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Recomendaciones sexuales que hacen las numerarias

Tancha, 3 de diciembre de 2003

 

Resulta increíble que algunas numerarias se atrevan a dar charlas de sexualidad cuando no saben nada (y menos si fueron de los bombones inmaculados que mamaron el espíritu del opus en biberones en casa de sus padres supernumerarios y luego fueron a colegios corporativos).

Resulta vergonzoso que se atrevan a dar consejos con carácter de autoridad moral (si no es que hasta divina) en materia sexual cuando no tienen ni idea de lo que hablan y sólo van por la vida repitiendo los reducidos criterios que recibieron (y lo sé porque varias veces me preguntaron cosas básicas y también sobre lo que considerarían perversiones porque ni se podían imaginar lo que pasaba. Y aclaro que soy una persona normal pero que pedí la admisión ya mayor y había tenido otras experiencias y educación más liberal).

¿Saben a qué se reduce su formación en el tema? A las clases que recibieron durante el centro de estudios (dadas por curas y más numerarias), a las continuas charlitas de pureza (genéricas, teóricas, dogmáticas) que se reciben y a las indicaciones que la obra les mete en la cabeza sobre el tema.

Aunque creo en la buena intención de las numes convencidas de su camino (osea en su disposición para seguir fielmente lo dicho en las indicaciones prácticas de la obra pensando que con eso se hacen santas y santifican a otras) soy testigo de que muchas no tienen ni la más remota idea sobre el tema. ¿Sus fuentes de información? Guiones, literatura interna y de cajón el manualito de “Saber amar con el cuerpo” y pocos textos más en los que seguro se hablará de pureza en términos espirituales (bendita virtud si es bien entendida) pero con poco o nada de conocimientos sobre temas relacionados: placer, pasión, erotismo… ( buenos en sí mismos y dispuestos por Dios por algo en nuestra humana natura).

¿A qué voy? A que viven en la luna y por eso causan daño (y hago alusión a la luna porque como ahí no hay gravedad todo funcionará al revés en términos sexuales ¿qué no?). Mientras no se forme bien a las numeraritas y aprendan a llamar al pan-pan y al vino-vino seguirán poniendo pesadas cargas en las espaldas de las supernumerarias sin comprender sus verdaderas circunstancias.

¿Qué más deberían saber las numerarias sobre tan escandaloso tema? TODO…

Además de la doctrina de la Iglesia ojalá y se pongan a estudiar otros temas que les permitan tener una visión completa del asunto antes de atreverse a aconsejar nada (que con todo respeto no le echen la culpa al Espíritu Santo de algunos de sus desinformados consejos porque el pobre no tiene que andar supliendo la ignorancia culpable).

En buen plan y en términos apostólicos ¿cómo se atreven a aconsejar a sus amigas cuando no saben bien ni qué les pasa, ni qué las mueve, ni qué consecuencias psicológicas y corporales (no sólo morales o espirituales) les afectan? ¿Cómo es que se atreven a “meterse a la cama” de las supernumerarias que dirigen para decirles qué es o no pecado en el tipo de caricias entre marido y mujer si es que “no van dirigidas a procrear”? ¿Pero cómo les podemos pedir más si ignoran radicalmente cómo se puede transmitir amor PURO, amor verdadero, sencillamente amor por medio de distintas manifestaciones corpóreas? ¿Por qué no se dedican a tratar el tema buenas supernumerarias casadas, con hijos, con cama, con visión, con problemas reales… en lugar de señoritas que a duras penas pueden imaginarse las manifestaciones, maravillas y problemas carnales en una relación amorosa? ¿Qué saben de tener o no tener ganas; del temor a embarazarse; de tener que aguantar o no las manías del marido-mujer cuando se apasionan en ese asunto; del tipo de INTIMIDAD que surge entre quienes se tocan justo por cómo se tocan y que no tiene por qué estarse ventilando con terceros? Y ya ni le sigo porque…

¿No resulta extraño que las charlas sobre “familia” las impartan dogmáticamente personas que en la vida tuvieron un novio-a/ esposo-a/ hijos-as? ¿Cómo hablar de temas existenciales basándose en manuales e indicaciones que van a estrellarse con la vida real cuando intervienen la pasión, el erotismo, la seducción (y no por ello acciones perversas)? ¿Qué tipos de consejos dan si sólo conocen la naturaleza humana en términos teológicos y antropológicos teóricos y nunca han experimentado sensaciones lícitas porque tienen metido en la cabeza (y grabado en su carne pinchada o flagelada) aquello de que no hay que darle satisfacciones al cuerpo (ni aunque sean lícitas)? ¡Curioso y más que curioso que teniendo supuestos conocimientos filosóficos ni se percaten de que ser persona es ser su propio cuerpo!

Y regresando a sus apostolados de caricatura ¿cómo orientar ante un ambiente hedonista del que ustedes pasan de largo cerrando los ojos (cuidando la vista como dicen) en lugar de hacer análisis directos (digamos fenomenológicos que si me equivoco ya me corregirás FEDE) que ayuden a sus amistades? ¿Cómo darse cuenta de lo que viven el resto de los mortales cuando no leen lo que ellos leen, no miran lo que miran, no saben ni lo que hacen porque viven en una burbuja, en un club de inmaculados y justos que han logrado aislarse del resto de los pecadores? Por eso no me extraña que cada día se cierren más las filas del opus sobre su propio sistema endogámico… ¡Por Dios directoras y directores en lugar de censurar periódicos, revistas, videos, películas; en lugar de reservas de libros; en lugar de evitar que vean lo que juzgan cochinadas de la T.V.; en lugar de controlar el tipo de música… empiecen por revalorar la dimensión sexual en las personas, analizar a conciencia y críticamente la realidad, el tema en todas sus facetas antropológicas y con todas las implicaciones culturales que se relacionan: sensualidad, afectividad, espiritualidad; dimensiones demográficas y los temas tal y como son: aborto; anticoncepción; homosexualidad; abusos sexuales; pornografía; juguetes sexuales;… y de paso háblenles de Sade o del Kama Sutra para que no se espanten y tengan la capacidad de emitir juicios bien fundamentados.

“¿Darle la vuelta al mundo como un calcetín?” ¿Influir en la cultura? Comiencen por abrirse a la verdad y el conocimiento con ustedes mismos-as.

 

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