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RINCÓN DEL INTERNAUTA CASUAL Y APENADO
(sobre los forofos del Opus Dei)

EMEJOTA, 3 de junio de 2005

 

Para los Felipes Asteguietas pasados, presentes, y futuros

Queridos Felipes:

Cuando una lleva un tiempo asomándose a esta web, llega un momento en que comienzas a conocer a la gente, y hasta les empiezas a coger cariño. Iba a decir aquello tan cursi de la “gran familia”, y no, claro (no hay que usar la palabra “familia” en vano), pero sí que Mercy, Amapola, Emevé, Satur, Ana Azanza, Josecarlos (que en gloria esté), Isabel Nath, y otros muchos, pues bueno, no les pongo cara, pero sí que pesco un cierto “calor humano”, algo de voz de persona concreta, detrás de los renglones de email. Y mira que pensamos distinto, pero -yo que sé- compartimos algo que nadie que no haya estado en “The Thing” puede entender.

Y hay un personaje al que también empiezo a conocer (aunque a éste de calor humano nada; cara, no le pongo, pero haberla, hayla. Mucha). Tiene muchos nombres (¿hay algo más fácil, en Internet, que tener nombre y dos apellidos?); pero siempre dice, más o menos, lo mismo y por el mismo orden. El estilo puede cambiar un poco: tenemos la versión educada, la versión Santa Ira, la versión ingenua… Y bueno ¿por qué será, que se parecen tanto? Se me ocurren varias ideas, todas verosímiles:

- “The Thing” ha creado el “encargo apostólico” de escribidor de cartas a Opuslibros (encargas, en House los cargos son cargas). El encargado tiene que ser ducho en lingüística, para ir variando el estilo (no puede ser encargada, ya se sabe que los sabios son ellos. Ellas basta que sean discretas). Eso tiene la ventaja de que es una única persona la que se expone a la tentación del maligno; porque –aunque sea improbable- ¿mira que si aparte de escribir a la web se le ocurre también leerla?

- “The Thing” ha generado un tipo de personalidad estándar (de buen espíritu), tan bien enseñado, que cuando está en medio de la red como cualquier cristiano corriente, y se encuentra por pura casualidad con Opuslibros, ¡zas! Se les ocurre a todos sastamente lo mismito.

- “The Thing”, en su afán de cuidar los detalles, ha creado un “Vademécum del apostolado de la opinión pública” donde hay una sección sobre Internet, una subsección sobre páginas perversas, y una sub-subsección sobre Opuslibros y de cómo no hay que leerlo, pero si el director/a lo manda, se rocía el ordenador con agua bendita (poniéndole antes un plástico con volantitos, que se estropea y semos padres de familia numerosa y probe), y se escribe libérrimamente porque nos da la gana, lo siguiente (y ahí las instrucciones).

Yo creo que lo tendríamos que poner más fácil. Ponemos una sección en la web (podemos llamarla “rincón del internauta apenado”) con unas cuantas variantes de la Carta (uff, me suena). Por ejemplo:

“Estaba yo navegando tranquilamente cuando por pura casualidad me he encontrado con esta página. Conozco al Opus Dei (aunque no soy miembro) y siempre me ha llamado la atención lo buenos cristianos corrientes que son y la labor tan fantástica que hacen.

Esta web es una sarta de mentiras, me la he leído entera y veo que todos ustedes son unos resentidos, que están amargados por haber traicionado su vocación, y solo quieren hacer daño.

Además son ustedes unos cobardes que no se atreven a poner su nombre, será que se avergüenzan.

Me dan mucha pena. Y como soy asín de caritativo, rezaré por ustedes (todos los jueves, de siete a siete y cinco).
Firmado:

Johan Sebastian Mastropiero. Móstoles”

Luego podemos poner la versión Buen Rollo, que admite que puede haber alguna persona humana de La Obra que alguna vez como es humana se haya equivocado un poquito muy pequeño; la versión Ingenua (¿de verdad de verdad les ha pasado eso? Pues si yo todos los que conozco van siempre haciendo el bien por doquiera, la Obra es mu Santa, na más hay que ver lo rápido que el Papa canonizó a San Josemaria. Imposible). Y poco más.

Le ponemos debajo un botón para enviarla, y vualá, encargo cumplido. ¡Y guardando la vista, además, sin peligro de caer en la tentación de leer la web y convertirse en un amargado destinado al infierno!

¿Y qué ventaja tendría eso para la web? Pues que los Orejas se ahorrarían tener que perder el tiempo editándolas: sólo tendrían que poner “carta de Internauta Apenado, modelo Santa Ira, 2 envíos” (por ejemplo). Que ocuparía menos sitio. Y que los que sí leemos la web no perderíamos el tiempo ni nos daría el calentón de contestarles, que es como hablar con la pared. Yo misma, sin ir más lejos.

¿A que es buena idea?

Besos a todos los que cuando leen una web, la leen. A The Others no (y además no voy a rezar por ellos).

 

 

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