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 Tus escritos: Florecillas.- Folies

010. Testimonios
Folies :

FLORECILLAS

Folies, 29 de agosto de 2007

 

La verdad, hasta ahora, en leer mis two [one and two] escritos me han parecido como que quedaban muy light. No era mi intención, esta era contar cosillas sobre ésta my life til today.

La verdad, hasta ahora, estos escritos compasionables no pueden ser tachados de ofendosos, desvergonzados, ni … “faltos de verdad” (¡locución!).

La verdad, hasta ahora, en estos escritos estoy mostrándome como una pava, pavita, tonta del… (¡perdón!) que no ha sabido sacudirse este polvo molesto de las tierras secas cuando las pisas con los pies descalzos (nótese la metáfora barata: tierras secas -nada que dar-, pies descalzos –sinceridad-)...

La verdad, a partir de ahora, y espero que se acabe aquí (porque personalmente –en mi persona y mi mente- le voy a pegar un manotazo a la Obra, que de Rusia no vuelve) y muy brevemente me pararé a describir el pelaje de la mayoría de cuidadanos (que conozco) de esa especial cuidad amurallada.

Angustias Moreno decía en su libro que los Supernumerarios se llevan a casa la mejor parte del Opus Dei. Bueno, si ella lo dice quién soy yo, solo añadir que de todo hay en la cuidad. De las, menos que más, doscientas supereso que cognosco. La mayoría absoluta (mitad más una, por lo menos), no se si escogen la mejor parte (no según el pasaje evangélico), pero si la de cohabitación (en sentido: sí, pero con reservas). Ahí, las de buena fe, alguna más buena (la palabra acoge la acepción de “se aplica a las personas con buen tipo”), en sólo rezando; cambiaria y pasaría a la fe.

Pero esta rama no es peligrosa, como tampoco lo es la de los/as que abrazan la soltería, la pobreza y la obediencia, en una vida en común –con ellos/as mismos/as (en lenguaje cuidadano, numerario/a), ni los/as otros socios (con nombre de sacerdote (no/a), agragado/a o numeraria auxiliar (no/o). Dejemos las cosas en su sitio, no les demos importancia, que se lo creen y se crecen. ¡Ei! tranquilos que no crecen.

No puedo referirme a ninguna otra Sección que la de mujeres (no sé de la de varones nada de nada, ni ganas. Debe ser la repera del trabajo pofesional y el postolado, porque en otros ámbitos: ni palo al agua).

Bueno, bueno, ¿cómo empezamos?, lo haría con un escrito de hace cuatro o cinco años a una de las tres amigas, pero no lo encuentro.

Mientras tanto, haré inventario:

Conocidas pero con la pista perdida (en la Obra): de 20 a 30.

Conocidas localizables (en la Obra): de 20 a 30.

Saludadas localizables (en la Obra): de 40 a 50.

De conocidas puedo dar nombre de 15 (ni nadie lo quiere, ni falta que hace).

De saludadas, más de lo mismo.

De queridas por mí (en la Obra), como unas 30 (las que perdieron el tiempo -¿He perdido el tiempo?... Del examen del círculo-).

 

De queridas por mí misma y querientes ellas hacia mi, ¡eso lo sé!, y no os avergoncéis de ello: ahora soy una losa, pero cuando la losa sea de piedra, seré vuestro principal mérito.

Ahora, rectifico, que es de sabios y eso me gusta (¡chula yo!, ¡SOBÉBIA!, más que ¡SOBÉBIA!). Mis amigas queridas y querientes no son tres, son cuatro.

La primera, la hermana de María (siempre estaba y está, siempre contestaba al teléfono y contesta, nunca estaba ocupada -aunque si- y esto antes de las consignas astuales), que jamás entrará en esta página, ni dirá nada malo sobre nadie, ni sobre nadie nada malo pensará. La hermana de Maria no es una santa, no se ha muerto, y espero que tarde muchos años -aunque el personal se llena la boca de lo enferma que está y la salud que anda gastando y la poca que le queda, ella no dice nada, con sus bolsas (creo que si estuviera en otro sitio vital, se haría colección) sus: si, si, si (sólo en esto ha sido díscola: no se ha acostumbrado a decir que no), su parquedad en el teléfono y en las cartas, sus felicitaciones de Navidad: no han faltado en los treinta (ni faltarán en los siguientes, lo se). Ni su profunda tristeza cuando sepa que no soy Cooperatriz (por razones de coherencia personal ¡Qué cosas!) y le quiera dulcificar, pero decir, la razón (que no es otra que escribir estas cosicas).

La hermana de Maria, es Marta y Maria a la vez: se inquieta por muchas cosas y no por la necesaria (ésta no inquieta, si va de veras). Siempre se ha movido intramuros, sólo hizo una sustitución de tendera cualificada en mi ciudad. Y si me le tocáis un pelo y me entero: temblad, temblad malditas (entonces sí que lo seréis) y yo la peor de los vengadores.

Con mi amiga a secas que es Maria –ella misma escogió el nombre- (esas amigas del alma que una tiene y puede contar con la mitad de los dedos de una mano) no sé qué pasa. Desde lo del Beato que cantamos “Cómo hemos cambiado”. No llama, no escribe, no recibe: el trabajo la sobrepasa, no llega a todo o a nada (que sé yo, pobre inactiva). Tenia el campamento en el centro y ahora (como sin querer queriendo) está en esta periferia desinfraestructurada (queriendo –ya lo hacía- y cuidando a su madre, desde un centro con pedigrí que no acaba de gustarle –por el pedigrí, por la situación o porque nada como cualquier tiempo recién pasado-). Nada que decir, no entiendo nada, pero no pasa nada, nada de nada, todo normal. ¡Estas normalidades me matan!. Añoro las conversaciones, las risas, el reloj de su padre y la sensación mutua de saber lo que íbamos a decir. Pero… así es esta vida, pasa a veces, las amistades, incluso las del alma, se pierden. Yo no me rindo. Espero a ver.

Sigo de florecillas y en cierto sentido, ya está bien: de las bobas, tontas, antipáticas, frías, distantes, superiores, pseudos alegres, espíritus puros, sonrisa heladita, sesudillas, atareadísimas recorriendo pasillos, atendedoras de diferentes labores (con rictus de sacrificio –digo mortificación- asumida al levantarse de la tertulia) conocéis a cientos y no se merecen una línea de este escrito, aunque prometo la entrega (soy generosa).

La tercera es Marisé, de la parte super guai de la periferia desinfrrr… Ha resistido mis bromitas directísimas hasta la saciedad, también calla si achucho, no le digo lo de quien calla otorga, aunque pienso que algo de eso hay. Es suficientemente joven para intentar tirar de este carro que tiene, al menos, tres ruedas cuadradas. Es sensata, crédula y simple (yo también intento, cada vez más, creerme lo que me dicen –luego, si se tercia, ya comprobaré- y lo de la simplicidad es un don (el DON –llámese virtud, si se quiere-), preocuparse por lo realmente importante (el problema podría darse cuando algo importante no te lo parece).

Mi última adquisición (un tesoro free –gratis y libre-) vive en su casa, a ratos con sus padres, tiene amigas y amigos, trabaja en una oficina (en la que a veces está imprimiendo por abajo –aún nos reímos por esto y por tantas otras cosas-), aficionada a los números, piensa en los suyos y en los otros, intenta ayudarles, escuchándoles y perdiendo el tiempo y tengo que aprender de ella muchas cosas, por ahora y casi otro proyecto de vida, el respeto por los pensares y haceres de los demás. Ella no corre, camina. Hemos vivido –cada una por su lado- temporadas de lluvias tormentosas, pero ahora está aclarando para ambas dos.

Me voy a buscar el archivo tirando a heavy y vuelvo.

Salud

Folies




Publicado el Wednesday, 29 August 2007



 
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