Estimado Armando,

Gracias por tu contribución a exprimir el concepto del rejalgar, tengo pendiente hacer un escrito aportando la visión del rajalgar desde la medicina o de  la Psicología, pero el trabajo y los nuevos artículos sobre el tema me tienen algo retrasado.

Respecto a tu escrito tus recuerdos de “un oratorio, todo en penumbra, los ojos clavados al Sagrario y escuchando aquella condena a los que se iban la cual laceraba la conciencia y te hacía pensar en los que se habían ido de “casa”. Esto cíclicamente, sin dejar pausa, sin olvidarlo, metódicamente recalcado para tenerlo siempre presente...” es una confirmación de que el rejalgar se inculca a los miembros de la obra desde el primer día que pitan y se mantiene durante toda la vida, de forma machacona. Y este rejalgar se utiliza en su estado mas puro cuando te quieres ir de la obra y te amenazan como bien dices en tu escrito :”Después de años de repetirlo en cuanto medio de formación se pueda el asunto del rejalgar, cuando has dicho que te vas, viene un interrogatorio severísimo y en algunos casos, prolongado. Algunos dirán que es porque me querían y cuidaban de mi alma, pero si realmente era así aunque sea un poquito, bien pudieron ahorrarme el daño que supuso para mí ese tratamiento tan poco cristiano de torturarme psicológicamente

 El fin del rejalgar, querido Armando, no se hace con la intención de machacar a los que se van, aunque algunas veces lo consiguen, sino que su finalidad es la de machacar a los que están para evitar el abandono de la barca del Opus Dei.

En mi caso yo no opté  como tu en romper con la obra, y  como tu también pasé “momentos duros, de soledad, de no encontrar un rumbo” mi rejalgar se transformó en buscar una necesidad que tenía mi alma y que no la encontraba en ningún lugar excepto en la Obra, la cual ya no podía ser porque  en  mi ya se había producido un proceso sin retorno, había descubierto la existencia de la otra cara oculta de la  “luna” es decir la Obra tenía otra cara oculta, que yo y todos desconocíamos y que en Opus Libros hemos podido contemplar Produciéndome la situación actual que de decepción, con lo bonito que es teóricamente la obra y su mensaje y la verdad de su gobierno, esa es mi catarsis,  gracias a Jacinto y Aquilina me di cuenta como tu, “el darme cuenta del engaño, y  el tener que reconocer que había sido parte de una secta y obviamente, al derrumbarse todo el entramado que sostenía la supuesta vocación que había dejado, el asunto del rejalgar cobró su justa dimensión”

La vida, estimado amigo, sigue con sus luces y sus sombras, estamos de paso y el Señor nos prueba, pero no nos castiga, hemos de ofrecer lo bueno y lo malo como nos enseñaron en la obra, pero hemos de desterrar ese concepto de Dios vengador que con el rejalgar se nos quiere transmitir. 

Y termino como con tu mismo final: 

¿Qué aún aquello que a los demás hace felices a mi me sabe como hiel, como rejalgar?. ¡Mentira!. Nada más lejos de la realidad. Todo está en uno, en la posición que se desee para la vida, lo demás son secuelas de las quimeras que nos metieron en la cabeza para mantener el control aún después de habernos ido.

Gracias Armando por tu aportación.

¡Un fuerte abrazo!

 Oliver