Hola a todos.

No me imaginé que la única respuesta a mi escrito provendría nada menos que de mi único amigo de la vida real que conozco en esta Web: Austral. En fin, así es la vida. Te voy a dar mi opinión acerca de lo que escribiste. Comentas que “no hace falta un Mesías”, que no debería uno matricularse en nada. Bueno, estoy en parte de acuerdo: no es necesario matricularse en nada, pero no se puede vivir sin creer en nada. No es que no se pueda intentar, sino que es imposible. Una vida que no defiende algo, que no trasciende… no tiene sentido, se hace insufrible; pero sé que tú ya no crees esto (aunque sé que sigues teniendo fe).

Con respecto a lo que dices que no hay que pedirles respuestas a los demás… Honestamente, es un consejo que lo podríamos aplicar aquellos a los que nos gusta la vida intelectual, pero a tu “ser humano del común” no le puedes pedir que se siente bajo una roca a reflexionar. Además, si uno ve a su sociedad y se da cuenta de que lo que cree la gente tiene más o menos sentido, se da cuenta de que sus padres y abuelos han llevado una vida más o menos pacífica y útil, ¿por qué salirse de eso? A mí, como sabes, me basta con la mera existencia de las obras de un Santo Tomás de Aquino, la vida de un San Agustín, la belleza de la vida consagrada de las monjas, el servicio de muchos sacerdotes a los más necesitados, las universidades, las obras de misericordia espirituales y corporales y veinte siglos de arte… ah, y el manto de Turín, para decir: “Sí. Creo”. El que tenga oídos para oír, que oiga. Además, lo importante son las ideas; los seres humanos erramos y erraremos siempre, pero lo que importa es el ideal. Y confío en que cuando esté cerca la inevitable muerte (porque sin duda te llegará tu Dies Natalis :) ), estas realidades se harán más patentes… Y espero que sin desesperación. Por cierto… vivir escéptico, sin aferrarse a nada… ¡qué verdadera desesperación! ¡Eso sí es como estar como oveja sin pastor!

No sé si estaré loco, pero para mí, la Iglesia tiene mucho, pero mucho, sentido. Y dejarla después de conocerla, se me hace una locura. Que el Opus Dei tiene cosas muy equivocadas, de acuerdo; pero muchos de los santos de la Iglesia y de las personas devotas que conozco, no son monstruos. Por el contrario, son muestras de Amor. Lo diré con una frase del Padre: “No es de Dios lo que te quita la paz del alma”. Parece que el Opus Dei le quita la paz a muchos. Ergo...

Muchos saludos a todos.

Max