Nacho Fernández menciona a Luis Borobio en uno de sus últimos escritos, como autor de los cuadros que ilustran Santo Rosario y director de un curso anual de agregados.  

Borobio estuvo en Colombia quince años, desde 1953 (dos años después de la llegada del primero, don Teodoro Ruiz) hasta 1967. Yo pité en 1969, por lo que no lo alcancé a conocer, pero a cada paso por los centros de la Obra, uno lo veía, en su obra pictórica y de diseño.

Los logotipos (si se pueden llamar así) de Hontanar , Ingará (Bogotá) y Urabá (Medellín), los tres primeros centros, fueron diseñados por él. Todavía se usan en papelería, folletería y letreros de identificación.

Los oratorios tenían su sello. El de La Sabana, un centro que quedaba en el barrio La Soledad y que ya no existe, tenía un tríptico con san Miguel, san Gabriel y san Rafael pintados a espátula por Borobio. En el frontis del altar se leía MANE NOBISCUM QUONIAM ADVESPERASCIT, en letras de madera estilo Borobio. Su rotulación artística era inconfundible. Su obra máxima era el retablo de Urabá, una imagen de la Virgen rodeada de querubines y serafines. Ese retablo, ante el que era muy grato pasar media hora haciendo una oración estética, o eminentemente contemplativa, sin luxíndex a la mano, pasó a la Sección Femenina.

La revista Arco, versión criolla de Nuestro Tiempo usó durante casi toda su vida el logotipo que Borobio le diseñó para su identificación. Cuando la revista cumplió veinticinco años, Borobio elaboró unas viñetas para la edición conmemorativa. 

En la sala de Urabá había un cuadro que al parecer no le gustó mucho al autor, pues firmaba BOROBIO, pero al lado agregaba PRO HUMILITATEM.

En el Centro de Estudios había apuntes de las materias de filosofía, en versión de Borobio, copiadas al carbón. Los alumnos las usábamos con preferencia a los complicados libros de Roger Vernaux, de Editorial Herder. 

Su huella era imborrable en esa época. Años después, por allá a comienzos de los 80, de paseo por la Universidad de Navarra y cuando yo ya no era de la Obra, tuve la oportunidad de conocerlo. Borobio trabajaba entonces en la Facultad de Arquitectura.

¿Hay en España muchos cuadros de Borobio?

Apenas ahora vine a saber de su muerte (acaecida en el 2005). Paz en su tumba.

Gómez