Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: Mi trayectoria. Reflexiones.- GPS

010. Testimonios
gps :

MI TRAYECTORIA. Reflexiones.

GPS, 1 de febrero de 2010

 

Felipep, me hago cargo de tu situación: estás “bajo mínimos”, confundido, perdido, solo, a oscuras y sin nadie que te pueda orientar. Me he alegrado mucho al ver la cantidad de respuestas que has tenido en esta web. Ojalá te haya servido de apoyo el comprobar que no estás solo, y todo lo que a ti te pasa realmente nos importa y yo por mi parte, si te puedo ayudar en algo, haré todo lo que esté en mi mano (Agustina, si lo deseas te puede facilitar mi dirección de e-mail). Cuenta con mi cariño y oraciones.

 

Por experiencia sé que se sufre mucho, sobre todo cuando -como tú dices- no se distingue entre lo malo y lo bueno.

 

Es posible que estés un poco maltrecho a nivel físico y psicológico, con depresión, lo que también influye en la ceguera espiritual… si contactas con un buen psiquiatra que sea capaz de entenderte en estos 3 niveles, podría ayudarte a reponer fuerzas vitales y a aclarar tus ideas y decisiones.

 

En relación al escándalo que según dices se produciría si te retiras, quizás te oriente la lectura de Lo Teologal y lo Institucional” de Antonio Ruíz Retegui (capítulos:10. Las "llamadas" o "vocaciones" divinas, 11. El sentido de la perseverancia, 12. El difícil equilibrio)

 

No conozco tus circunstancias concretas y lo único que se me ocurre, por si te sirve de ayuda, es transmitirte mis propias vivencias y conclusiones...



MI TRAYECTORIA.

 

He sido numeraria durante 25 años y hace unos pocos que me marché.

 

Desde el inicio había modos de vida que no entendía por ir contra conciencia, el sentido común y mi persona. Poco a poco me iban minando, me faltaba oxígeno y me iba apagando.

 

Al principio cuestionaba en la dirección espiritual todo aquello que no podía asumir como propio y, en ocasiones, hubo algún sacerdote que me dijo que tenía razón, agradeciera a Dios mi claridad de visión y que no me cansara de decirlo siempre. Confiaba en que todo eso iría cambiando y que sería capaz de adaptarme, por lo que decidí seguir dentro mientras me quedaran fuerzas.

 

Dudaba y no entendía permanentemente mi vocación; no me parecía lógico que la Voluntad de Dios fuera destrozar a las personas, en aras de un supuesto apostolado. Lo hablaba semanalmente en la charla, pero no parecían entenderlo ni ponían en duda mi vocación. Les decía: “Es curioso, cuanto más hago lo que me decís que hay que hacer, peor me siento… me voy convirtiendo en una marioneta sin iniciativa ni vida propia, cada vez con menos ilusión por vivir y protegida en una burbuja que no me deja madurar, me aísla de las personas. La Voluntad de Dios me estropea”.

 

Decidí seguir, estar al 100% e ir gastando todas las energías que me quedaran en este empeño.

 

Para sobrevivir y adaptarme, fui probando distintas actitudes:

 

-          Inicialmente decidí no cuestionarme nada, había comprobado que la crítica constructiva no se admitía y pensaba:”esto es un horror, pero si Dios necesita gente, aquí estoy yo pues me ha tocado… ya me aguanto”. Esto no funcionó porque a base de tragar y tragar lo que no podía asimilar, mi cabeza se atascaba y seguía empeorando. Era incapaz de asumir y vivir como propio algo que no comprendía.

 

-          Para mí siempre fue de vital importancia la obediencia a Dios que, según se me explicó, se transmitía a través de los directores y había que acatarla aunque fuera contraria al fuero interno. Por eso funcioné con ellos claramente, sin que hubiera doble juego en mi conducta. Cuando preguntaba algo y contestaban que NO, era que NO. Llegó un momento en que me ahorraba la consulta pues sabía que no iban a entender mis planteamientos y de antemano la contestación iba a ser NO. Además no tenía sentido el forcejeo ni el engaño (siempre había algún criterio interno prohibitivo y de no existir no se atrevían a arriesgar nuevas formas y aplicaban justificaciones rocambolescas que ni ellos mismos creían). En este caso no ponía en práctica ninguna de mis ocurrencias y me comportaba de forma gregaria.

 

Me venía muchas veces a la cabeza el pasaje  del Antiguo testamento sobre el plato de lentejas y la venta de la primogenitura y me decía “si lo que quiero, que no me dejan hacer, no es importante, no lo pienso vender por mi compromiso de Obediencia; estoy aquí libremente por Dios y no por esta gente”.

 

-          Más adelante, ya no podía más y empecé a actuar según mi conciencia, pasando por encima  multitud de tonterías de formas de vida a las que se daba mucha importancia pero que eran irrelevantes y me parecían ridículas y arcaicas. En consecuencia me caían montones de correcciones fraternas provenientes del escándalo farisaico de algunas personas. Pensé entonces que debía evitar dañar a quienes no entendían mi comportamiento. Al final, no sabía ni como actuar… caí en una actitud de parálisis interna.

 

Acabé como un cadáver andante, exhausta e incapaz de dar un paso más. Aunque lo decía, nadie se daba cuenta de ello ni me creía, pues llevaba una vida normal de mucha actividad y, aparentemente, parecía contenta y realmente, a un nivel profundo, lo estaba: había llegado a esa situación consciente, voluntariamente y por un motivo sobrenatural, lo que genera una cierta paz interna… pero psíquicamente había ido cayendo a lo largo de todos esos años en una profunda depresión y sólo deseaba morirme.

 

Tuve una experiencia espiritual que me ha marcado hondamente. En esa situación final que duró años, mi relación con Dios cambió: no podía hacer oración discursiva como antes, con temas y diálogo… mi cabeza estaba perdida, bloqueada y, sin embargo, me sentía atraída y abrazada por El en todo momento, palpaba su Amor inmenso y me abandonaba en El y su Madre por absoluta necesidad… No podía ni intentaba hacer ningún esfuerzo y, sin embargo, esta relación fluía de modo fácil y natural: me producía una paz y alegrías inquebrantables y compatibles curiosamente con mi depresión.

 

El sentirme tan profundamente mimada por El, fue mi tabla de salvación para evitar el suicidio y no tirar la toalla. Mi desmotivación era absoluta. Me decía “tengo que seguir tirando de mí aunque sea a rastras, aunque no pueda, ni quiera, ni me importe vivir… pues a El le importo). Comprobé que las virtudes sobrenaturales Fe-Esperanza-Caridad pueden permanecer a nivel espiritual, aunque el orden psíquico esté destrozado y pueden coexistir paradójicamente con vivencias opuestas de ámbito inferior.

 

No podía salir sola de ese pozo. Los directores se portaron bien: se prestaban a hablar conmigo, pero al decirles que prefería no hacerlo -pues no entendían lo qué pasaba y no me podían orientar, me dieron la razón, respetaron en todo mis decisiones y se mantuvieron al margen. En todo momento fui clara con ellos, transmitiéndoles mis pensamientos, dudas y situación vital… pero callaban y no decían lo que personalmente pensaban. Con los demás tampoco podía hablar: inmediatamente me hacían correcciones fraternas de falta de unidad.

 

Al igual que Felipep, yo también sufría mucho al no saber lo que estaba bien o mal, ni lo que tenía que hacer. Mis referencias anteriores habían cambiado y no podía hablar con nadie para asegurarme de que estaba en lo cierto y desconfiaba de mi cabeza, pues sentía que me estaba volviendo loca. Me era imposible hacer examen y seguía una única regla de moralidad con el VºBº de mi director espiritual: “Es bueno todo lo que me da paz, me hace sentirme mejor y me acerca a Dios y los demás” “todo lo demás es malo”. No podía hacer ningún esfuerzo ascético pero sí era capaz de detectar cuando yo había sido un obstáculo para dejar hacer a Dios.

 

Fue de gran ayuda para mí el que algunas directoras y sacerdotes me dieran la razón y corroboraran lo que veía que estaba pasando en la Obra; incluso ellos mismos eran víctimas que han decidido seguir para arreglar la situación: “Si nos vamos los que nos damos cuenta de lo que pasa, ¿quién lo arreglará?”. Son verdaderos mártires que pasan desapercibidos.

 

Se mantienen dentro, viviendo en todo momento según el dictado de su conciencia y procurando no escandalizar a los demás. A veces esto resulta difícil, pues depende de los encargos y directores que les toque: no se puede transmitir ni inculcar a los demás algo que uno no comparte, y a veces hay directores que no les entienden y con los que no se pueden tener una verdadera dirección espiritual. En esta situación se va solo, manteniendo una línea muy directa con Dios y el Espíritu Santo.

 

El 80% de las numerarias con las que convivía iban al psiquiatra y varias se han marchado ya.

 

Pensé que si yo mejoraba, podría ser uno más de los que se quedan para aportar su granito de arena en resolver la situación. Hablé con sacerdotes que me dijeron que todo iría cambiando muy lentamente y que, como yo ya llevaba 25 años intentando resistir, a lo mejor me superaba esta espera.

 

Inicié un circuito de psiquiatras; las directoras no me impusieron ninguno y se mantuvieron al margen en todo momento tal y como se lo pedí. Yo les iba comentando como iban las cosas y mis dudas; ellas me respetaron y apoyaron siempre en lo que les propuse.

 

Decidí acudir a un psiquiatra que no fuera de la Obra, pensando que así sería más objetivo e imparcial…. pero con el tiempo ví que “se me quedaba corto” y no se atrevía a poner el dedo en la llaga. En cualquier caso me indicó que para recuperarme dejara de hacer todo (normas, reuniones de familia, medios de formación….) que fuera “a mi bola”. Consulté a las directoras si me era posible vivir así en el centro, aclarándoles que no es que “pasara” de todo, sino que era incapaz de hacerlo pues me producía un rechazo visceral. Me dijeron que no había ningún problema. La convivencia allí en esos meses fue buenísima; como ya he dicho había varias personas que también estaban mal y todo se vivía con naturalidad, sin encubrirlo, realmente éramos una familia y se palpaba el cariño… hasta había sentido del humor dentro de tanto sufrimiento. Por otra parte hacía ya años que no iba al curso anual, ni otros medios de formación, pues no me ayudaban, sino que al contrario me dejaban hundida (era una continua lucha por filtrar y endereza lo que a mí me parecía torcido).

 

Mas tardé pensé que era mejor que pertenecieran a la Obra y hablé con otros dos psiquiatras, de gran talla personal y profesional. (Deseaba que la conocieran bien y tuvieran finura interna y espiritual, para orientarme en mi gran problema de conciencia sobre si mi salud psíquica me permitiría o no seguir en la Obra).

 

Tanto el uno como el otro me dijeron ya el primer día que “no estaba loca”, mi cabeza funcionaba perfectamente, pero tenía una personalidad que no se había podido desarrollar dentro de la Obra, “me había estropeado” y ahora tenía que “desaprender”. El único modo de mejorar era marchándome.

 

A pesar de todo yo seguía con mis dudas: ¿¿y si mejoro un poco y aprendo a vivir dentro de otra manera –como lo hacen ya otras personas- de modo que no dañe mi salud psíquica??  Hablé con varias personas de la Obra que lo entendían y me conocían para conocer su opinión y les agradezco que ninguna quisiera influirme… al final lo vi claro, “Dios no me puede pedir algo que me excede”… (lo demuestran 25 años de haberlo intentado)

 

Cogí mi hatillo y me marché; no tuve que irme a escondidas, lo había comentado hace tiempo con todas las personas de la casa y conocían mi situación de espera previa a la decisión. Y ahora, seguimos tan amigas.

 

La segunda parte de esta historia dura 10 años y comienza así:

 

Me ví en la calle sola, enferma e incapaz de dar un paso, sin trabajo, en “camiseta” con las manos en los bolsillos… pero con una semilla dentro que aún estaba viva (necesitaba solo un poco de sol y agua)… bastaba con esperar, tener mucha paciencia y cuando pudiera, dar pequeños pasos al frente...

 

Etc, etc, etc….

 

La verdad es que para mí ha sido muy costoso; fui cayendo a lo largo de muchos años en una depresión y llevo unos cuantos subiendo poco a poco… pero ¡¡¡¡ha valido la pena!!!!, ha sido una liberación, ahora soy yo la que vivo mi vida y no otros que la vivían por mí.

 

Tengo claro que  ¡¡¡¡Lo mejor que he hecho en la vida ha sido hacerme de la Obra, y lo mejor que he hecho después ha sido marcharme de ella!!!!!  Y lo volvería a hacer otra vez. En cada momento actué y decidí libremente, a veces erróneamente, pero con las circunstancias y datos que en ese momento tenía en mi cabeza. Doy gracias a Dios por todo lo que me ha dado antes y después… y lo que vendrá…

 

Y esos años no los doy por perdidos; aunque en algunos aspectos he salido perjudicada, también he recibido mucho de positivo, cosa que en mayor o menor grado puede ocurrir en cualquier situación vital. Es verdad que en esta institución hay mucho que arreglar, pero también hay personas que actúan con buena intención y de las que he recibido cariño y no las olvidaré.

 

 

ALGUNAS REFLEXIONES PERSONALES

 

A lo largo de estos años, tras mi trayectoria,  e llegado a las siguientes conclusiones:

 

La única Vocación es al AMOR: (Dios + yo) ® los demás

Es muy sencillo: no se trata tanto de “querer a Dios” sino de “dejarse querer por El

Las demás formas vocacionales dependen de las circunstancias y pueden variar con ellas; no tienen por qué ser perpetuas. La única Perseverancia que tiene sentido es la de ese Amor por el que nos abandonamos en sus brazos mientras El nos contempla.

 

El único modo de transmitir el bien y la alegría, es estar bien uno mismo. La propia salud psíquica hay que cuidarla y sería una gran injusticia ponernos conscientemente en situación de perderla. El amor a Dios y a los demás empieza por uno mismo (la autoestima es necesaria).

 

En la Obra los medios se han convertido en fines. La Forma ha adquirido tanta fuerza que está ahogando el Espíritu cuya Vida va perdiendo dinamismo y flexibilidad; se ha convertido en una gran máquina teledirigida que devora a sus miembros y que cada vez requiere más recursos y normas para girar en torno a sí misma no desplazándose hacia ninguna parte .

 

Hay que romper cuanto antes esa “burbuja” y ese miedo que nos protegía del “mal” exterior para comprobar que hay muchas personas distintas y maravillosas de cuyos errores y aciertos se puede aprender siempre. No somos mejores ni peores que nadie, pues cada persona es “Hija predilecta de Dios” y todos tenemos cabida en El. Incluso tratando de cosas divinas nosotros somos estrechos, pero Dios está por encima de todo limites y no nos compara.

 

En la Obra se tiene un denominador común, pero no es posible tener un numerador variadísimo.

 

Todas las Instituciones constituidas por hombres son limitadas y perfectibles, dada la contingencia de la persona. Por tanto es compatible que en la Obra, aunque tenga un fin sobrenatural y responda a designios divinos, esté llena de carencias que deben subsanarse, es increíble que ella no lo reconozca, pues cierra las puertas a la mejora. A nosotros nos toca evitar que haya más victimas.

 

Por suerte el Espíritu Santo sopla cómo, dónde y cuando quiere, y arregla los desperfectos que nosotros hacemos.

 

Un abrazo  especial para ti Felipep y todos los que estéis en situación similar y otro para todos los demás. Perdonad que me haya extendido tanto: me cuesta simplificar y aclarar las ideas.

 

GPS




Publicado el Monday, 01 February 2010



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 010. Testimonios


Noticia más leída sobre 010. Testimonios:
Diecinueve años de mi vida caminando en una mentira: OPUS DEI.- Ana Azanza


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.123 Segundos