Os cuento un pequeño testimonio de la caridad que yo recibí en el tiempo que estuve en la obra:

En mi primera convivencia, tenía que marcharme unos días antes ya que coincidieron en aquellos días un montón de problemas familiares. Mi abuela acababa de ser operada a vida o muerte del corazón. El mismo día que mi abuela salió de la operación, mi tío sufrió un accidente en el que se fracturó el cráneo y estuvo a punto de matarse, y a mi madre la iban a operar esa semana de una operación grave, por lo que era necesario que fuera a ver a mi familia para echarles una mano.

Le comenté al subdirector que organizaba la convivencia que me tenía que marchar 3 días antes. Me dijo que se lo tenía que decir al director que organizaba la convivencia (el que nos había dado la charla sectaria en el que nos recomendaba repetir de manera compulsiva "Soy de casa, soy de casa, soy de casa").

En un descanso, me acerqué a él y le dije: "me tengo que marchar 3 días antes, porque se nos ha juntado todo en mi familia: a mi abuela la acaban de operar del corazón a vida o muerte, mi tío ha estado a punto de matarse en un accidente en el que se ha fracturado el cráneo, y esta semana operan a mi madre; así que tengo que ir a echar una mano". Cual fue mi sorpresa que este director se me queda mirando muy serio y me dice con desdén: "Menuda hecatombe me estás contando". Me mira con desprecio, se da media vuelta y se va.

Me quedé descolocado, no podía entender a qué venía esa reacción. A pesar de todos los problemas familiares, me hizo sentir culpable, como si estuviera haciendo algo malo. Me marché de la convivencia con la sensación de estar traicionando a la obra por marcharme antes de tiempo.

Hoy pienso que por mucha gente que conozca, creo que nunca me toparé con alguien con menos compasión, menos humanidad y menos caridad que la de ese director del opus dei.

Simple-mente