En primer lugar felicito a Guillaume por el trabajo que ha realizado publicando los Reglamentos del Opus Dei. Para todos será una grata sorpresa conocer este documento fundacional que marcó la hoja de ruta del Opus Dei. La Jerarquía tendrá acceso a una fuente imprescindible para saber qué funda realmente San Josemaría. Miles de personas en el mundo entero podrán entender el origen del engaño al que estuvieron sometidas en el Opus Dei.

Explica Guillaume, comentando el reglamento del Opus Dei, en el aspecto sobre la vida en familia de los numerarios del Opus Dei lo siguiente: “Por más que Escrivá trate de disimular esta realidad de la vida comunitaria de los socios supernumerarios y numerarios (que hoy se llaman numerarios e inscritos), llamándola vida en familia, no conseguirá ocultar que este tipo de convivencia no se asemeja a la vida de las familias normales, donde la gente puede comunicarse con espontaneidad con quienes conviven, sino a la de los conventos y monasterios”.

Comparto con Guillaume que la vida en un centro del Opus Dei es horrible e inhumana. Esta afirmación no es gratuita. Viene avalada décadas alojado en centros de la Obra, en unos cuantos países del mundo, y de innumerables testimonios de primera mano que desgraciadamente he tenido que soportar. En incontables ocasiones la vida en un centro de la Obra se convertía en un llanto y rechinar de dientes.

Es difícil explicar al mundo civilizado cómo es la vida en un centro del Opus Dei. Son experiencias que deben vivirse. Se viven situaciones ordinarias tragicómicas (las televisiones se tenían bajo llave, los numerarios no podían llevar encima su propia tarjeta de crédito, ni su chequera, que quedaban en una caja fuerte custodiada también bajo llave, en los centros el Internet está vetado, salvo en ordenadores de uso común y a la vista de todos, para evitar que los numerarios se entretengan con la pornografía, etc., etc., etc., y miles de "pequeños detalles" que hacen la vida muy desagradable).

Dice Guillaume que la vida en una casa del Opus Dei no tiene nada que ver con la vida que hace una familia normal. Efectivamente, y por este motivo hay tantos que comienzan su andadura en el Opus Dei siendo normales y acaban enfermando psíquicamente.

No estoy de acuerdo con la afirmación de Guillaume de que la vida en el Opus Dei es parecida a la de los conventos y los monasterios. Me parece que en los conventos y monasterios la vida es mucho más alegre para quienes abrazan ese camino que la vida de los numerarios en los centros.

El camino en la tierra viviendo en un centro de la Obra acaba siendo camino de amargura y soledad.

En los conventos y monasterios hay espontaneidad, y hay caridad. No me parece buena idea comparar un centro del Opus Dei con un convento. No tienen nada que ver. En los conventos y monasterios hay mucha salud espiritual y psíquica, al contrario de lo que ocurre en las casas del Opus Dei. La vida en los centros del Opus Dei no es ni siquiera religiosa, más que un tipo de vida sobrenatural, lo que se practica en los centros del Opus Dei es un tipo de vida extraterrestre.