Acabo de leer la entrevista de Pilar Urbano al prelado del opus dei Javier Echevarría y he terminado con una mezcla de asombro y de indignación por la apología del sectarismo que supone.

La entrevista son recuerdos biográficos en los que todo gira, no en torno a Dios o a Jesucristo, no, sino en torno a San Josemaría y a Don Álvaro del Portillo. La entrevista suda sectarismo por los cuatro costados. Toda la existencia del actual prelado del opus dei está basada de manera idolátrica en dos personas, en sus dos antepasados de “familia”, de manera que queda patente que el gran fundamento de la vida de Javier Echevarría es el linaje de la obra de Escrivá, y no Dios.

Cito a continuación algunas perlas que no tienen desperdicio:

“[San Josemaría y don Álvaro] Han dejado el listón muy alto, pero también han dejado una pértiga muy fuerte. De una parte, ellos ayudan, desde el cielo. Y de otra, está muy nítido el ejemplo de cómo ellos actuaron. Bastará pensar, ante cualquier situación: ¿qué haría el Fundador? O, ¿qué haría don Álvaro?, para tener la seguridad casi total de que, siguiendo por ahí, acierta uno.”

No dice que ayuda desde el cielo Dios, Jesucristo, o muchos santos católicos, no. Dice que ayudan desde el cielo San Josemaría y Don Álvaro.

No dice que bastará pensar ¿qué quiere Dios?, ¿qué haría Jesucristo?, ¿qué dice el Catecismo de la Iglesia Católica?, ¿qué dicen los mandamientos?, no. Para el prelado del opus dei “bastará pensar, ante cualquier situación: ¿qué haría el Fundador? o, ¿qué haría don Álvaro?, para tener la seguridad casi total de que, siguiendo por ahí, acierta uno”.

 “Estoy muy orgulloso de haberme "criado" cerca de monseñor Escrivá. ¡Más me hubiera gustado aprender de él!”

La base de su identidad como sacerdote es “haberse criado cerca de monseñor Escrivá”, no “haberse criado en la Iglesia Católica”.

“Yo, como hombre de mi tiempo, como cristiano y como sacerdote, soy una persona realizada. Y tengo el corazón mundializado, gracias a haber vivido con dos hombres de espíritu grandioso, cristianamente grandioso.”

Parece que utiliza el eufemismo “mundializado” para no decir “universalizado” que es el término católico. Aquí sí que el sectarismo es descomunal: la causa de su universalidad no es la comunión con toda la Iglesia universal, con todos los hombres a través de Jesucristo, sino la comunión con… ¡San Josémaría y Don Álvaro! Fundamenta su universalidad no en la conexión con todos los hombres de todos los tiempos sino en la conexión con… dos personas. Sectarismo en estado puro.

Es inútil lo que le digamos al actual prelado. Como se ha “criado” con San Josemaría, por mucho que insistamos, ni lo va a ver ni lo va a oír. Su cerebro está bien fosilizado para el linaje de la obra y solo para el linaje de la obra.

A continuación incluyo el enlace a la entrevista completa:

http://opusdei.es/art.php?p=49297

 Simple-mente