Hola a todos!

No pude escribir antes. Me conmovió mucho el escrito de Gómez y me quedé apenada por la situación de Gonzalo, que Gómez contaba.

Quizá solo nos quedamos con lo que rígidamente se nos inculcó en la obra cuando la vivencia de nuestra fe es más rica y nos impusieron cargas muy difíciles de llevar como nos cuenta en su testimonio:

Si durante tantos años les enseñé a los chicos de san Rafael y a los supernumerarios y cooperadores que las relaciones sexuales debían estar abiertas a la vida, no iba a hacer en mi caso una excepción. No era justo. Yo sí tuve una época, unos diez años, entre mi salida de la Obra y mi matrimonio, más o menos entre los 47 y los 57 años, una vida un poco más relajada, mientras me ubicaba en el mundo libre, conocía candidatas a novia y demás. Pero, una vez casado, me ajuicié. Lo que había aprendido en mis nueve años en Roma y Pamplona y lo que había enseñado en mis treinta años de labor apostólica, era lo que debía practicar. ¿O no?

Yo recuerdo que en una convivencia de vocaciones recientes, un sacerdote español que había atendido labor en una de esas obras sociales en América Latina y que le ayudó a abrir su mente, nos dijo. "Ustedes no pueden aconsejar a cualquiera que no use métodos anticonceptivos, deben ver antes su situación, que lo hablen con el sacerdote y si tuvieran algún caso, que sean métodos no abortivos".

Luego con los años, no tuve que ver tratar el tema pues me tocaba atender la labor de San Miguel. Cuando salí y realmente te tocas con la VIDA, me encontré con una ex numeraria con la hicimos una gran amistad. Ella se había casado y tenía una niña pero aún estaba con tratamiento antidepresivo luego de varios años en el dark side y tratando de sacar adelante su situación económica. Su esposo tenía otro tipo de problemas de salud. Aunque deseaban tener más hijos les era imposible poder atender a más niños dadas sus condiciones y ya no eran tan jóvenes. Buscaron el consejo de un buen sacerdote y les dijo que busquen con el médico un medio no abortivo. Tampoco era justo que esos niños tengan padres a medias o los vean constantemente enfermos.

Aun ahora la están luchando. Él está en el paro y ella dividiendo su tiempo entre un trabajo exigente y la atención a su familia.

La programación repetitiva dentro del opus destroza y anula tantas personalidades. Me he encontrado con varios casos que aun seguían con las devociones impuestas en su paso por el opus e incapaces de plantearse nada distinto.

Gracias a esta web, a vuestros testimonios y escritos, hay una lucecita en medio de la oscuridad.

Felicidades a todos!!

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