agustina :
Querida
amiga,
Lo de hablar
con esa persona de la delegación con la que no te apetece mucho quedar, hazlo
cuando puedas encontrarte con ella de igual a igual porque, quizá tú la sigas
viendo como alguien por encima de ti y con autoridad sobre ti. Vamos, como que
tú no estás a su altura porque estás fuera y ella, en tu cabeza e inconscientemente,
la ves “fiel” y "en el buen camino". Tienes que ir, si vas, con aire
de superioridad y si te pregunta por tu vida interior, que sería el colmo que
lo hiciera pero es posible que lo haga, pregúntale tú por la suya y cuáles son
sus dudas, sus apegos, sus compensaciones, sus trampas, sus escapes…
Tú ya no
eres de la obra, no tienes que dar cuenta a ninguna de ellas; ya no hay
directoras para ti ni nadie que tenga más autoridad moral que tú. No están en
posesión de la verdad ni Dios habla por su boca.
Lo que
intento decirte es que nadie de la obra es más que tú ni tiene poder sobre ti,
ni importa lo que piense o diga. Cuando ellos se dan cuenta de que les tratas y
hablas como a una igual, cuando ven que estás contenta con tu nueva vida, se
desconciertan.
Yo he tenido
conversaciones con algunas directoras de delegación y de la Asesoría, y te digo
que la persona normal, ahora soy yo. Ellas se ven y las veo como un bicho raro
con muy pocos argumentos creíbles para rebatirme alguna idea. Lo de "tener
visión sobrenatural" como comprenderás cuando lo utilizan, es una tontería
como un piano. Hace años, cuando estaba en la obra, yo hubiera ido a ver a esa
persona como súbdita, sin ideas ni pensamiento propio, con miedo a que hubieran
“visto” algo mal que estuviera haciendo aunque no tuviera conciencia de haber
hecho nada malo. Ahora se acabaron los servilismos y el miedo y soy yo la que,
si procede y procede muchas veces, le digo todo lo que están haciendo mal porque son conscientes de que lo hacen y lo han hecho muy mal. Lo han sufrido y lo sufren en sus propias carnes por muy directoras que sean.
Haz lo que
te pida el cuerpo. Si quieres quedar, queda y si no, no, pero no dejes de
encontrarte con esa persona de la delegación por miedo, porque quien tiene que
tener miedo ahora es ella, no tú.
Un abrazo,
Agustina
Publicado el Wednesday, 12 June 2013
|