Vega :
Ignoro qué será con el tiempo el
pontificado de Francisco. Ignoro cómo acabará, cuáles serán sus consecuencias y
cómo la calibrarán los historiadores del futuro. Lo que sí sé es que todos los
regeneradores y reformistas con algún éxito fueron personas que unieron el
puñetazo en la mesa en algunas escasas ocasiones, y para las cuatro cosas que
consideraban innegociables, con la negociación y la contemporización en otras
que no consideraban fundamentales.
Enfrentarse al status quo es muy,
muy difícil. No hay que dejarse engañar por la autoridad absoluta que en teoría
tiene un monarca absoluto: monarcas absolutos ha habido que no tenían poder en
la práctica ni para decidir qué traje se iban a poner ni qué iban a desayunar
ni a quien iban a recibir. Como para andar destituyendo cargos y cambiando
normas a diestro y siniestro.
Una persona lista y con tablas en la
política no se quema en batallas secundarias contra individuos que son malos
enemigos y por temas que no son fundamentales. Y beatificar a un dirigente de
una organización católica más o menos sectaria pero con poder real hoy en día
(aunque no sea tanto como quisieran), es una cuestión secundaria. Completamente
secundaria aunque haya gente que sienta que le va la vida en ello y otra gente
que sienta que es una bofetada en su conciencia.
¿Al final, a quién le importan estas
cosas? A cuatro. ¿Quién se toma en serio todos los santos del santoral, de los
cuales sabemos de bastantes que ni siquiera existieron, de otros que fueron
todo menos ejemplares? Pues menos gente todavía.
Si yo fuera hija de la iglesia, y
conservara la fe en que se va a regenerar y va a volver a ser la luz del mundo,
mi esperanza seguiría intacta con Francisco a pesar de estas finezas
ornamentales con el statu quo. Pues de momento está demostrando que no es
tonto, que come lo que comen otros, que vive en comunidad y con personas
normales, que tiene prudencia pero no miedo y que sabe dar ruedas de prensa. Caramba. De momento son indicios muy
positivos. A lo mejor también sabe guardarse y guardar los objetivos que más le
importen, entre los cuales el certificado de buena conducta a Portillo es un
precio barato por otras cosas.
Está dicho: "Sed sencillos como
palomas y astutos como serpientes". Está dicho, y no es una
sentencia de relleno. No es de relleno porque llama bastante la atención.
Sentencia rara donde las haya, pero
que cuanto más vivo, más sentido le veo. El cinismo es malo. Hay que conservar
la ingenuidad para seguir siendo quien somos (la aspiración de quien queremos
ser). Pero no hay que ser tonto, ni quemarse en cosas que no lo valen, ni
minusvalorar los obstáculos y los enemigos. Hay que ir a lo esencial, y valorar
cada proyecto en sus términos respecto a lo principal.
El tiempo dirá si Francisco consigue
algo o es engullido por la Curia y la política, pero de momento beatificar o no
a un mindundi tampoco es un tema grave, comparado con lo importante.
Vega
Publicado el Wednesday, 31 July 2013
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