Como estoy de vacaciones, puedo estar más activo.

1.       Soraya déjate de puñetas y piensa. Dios es un buen cocinero, da sus tiempos de discernimiento, da paz, sabe esperar, te adereza aromáticamente y cuando estás preparada, ves lo que tienes que ver, sin agobios y con armonía. Huye de la cocina rápida del opus, aparte de que son unas manazas, queman muchas almas, porque son ellos los que cocinan y no Dios. Esto no significa, que del Dios reconduzca algunas de esas almas hacia sí.

No entres en el juego. En una vocación se siguen unas etapas, más o menos iguales para todo el mundo y cada uno tiene su tiempo y sin prisa.

1. Etapa del Descubrimiento.

2.  Etapa de Búsqueda.

3. Etapa de Discernimiento.

4. Etapa de Decisión.

5. Etapa de Entrega o No Entrega.

En el opus dei se queman etapas en menos de que canta un gallo e incluso pueden anular algunas, sobretodo la del discernimiento.

Haz caso a A. Plaza y pásate por su tienda y cómprale un niño, al parecer los vende, en su escrito nos dice “tengo una tienda de niños”. Esto era para sacarte una sonrisa. Pásala a ver, si eres de Madrid, que las penas con buena compañía, casi, casi ya no son penas. IMPORTANTE HUYE DE LA SOLEDAD. Y por supuesto, no vayas con numerarias, ve con gente buena y variada, tendrás más amplitud de mente. Dios sabe esperar, no importa que tu entrega sea hoy o mañana o pasado o dentro de diez años. Y en esa entrega, puede estar un marido, un hábito, una prelatura, un instituto secular, o ser una parroquiana normal y corriente… mientras sea lo que Dios y tú queráis, adelante. Pero sin prisas, como bien te he dicho, Dios sabe esperar.

2.       Orange tienes toda la razón del mundo que el opus y la Iglesia tienen un deber de justicia moral, con estas situaciones de entrega y desentrega. No he querido abordar el tema moral, ya que no es tan simple como parece. Hay responsabilidades personales e institucionales, y aquí sí que debería de haber un gran descernimiento, es muy complicado. Aquí no entran calculadoras. El “te corresponde” o el “no te corresponde”, aquí no funciona. La ingenuidad y el desconocimiento no es un impedimento insalvable, tanto por parte de la Iglesia como por parte del individuo. ¿Qué responsabilidad/culpa tiene el opus?, ¿Qué responsabilidad/culpa tiene el la Iglesia?, ¿Qué responsabilidad/culpa tiene la persona afectada?

Ya que hablamos de la responsabilidad de la iglesia yendo a un plano más profundo. ¿Cómo se debe de comportar la iglesia con tanta injusticia?… Hambrunas, guerras, falta de derechos laborales en casi todo el planeta, abusos de poblaciones, genocidios... ¿Tendría que pagar la comida de las hambrunas? ¿Tendría que enviar un ejército más fuerte para parar una guerra/genocidio?, ¿Debería de vender las míticas grandes riquezas del Vaticano para paliar el hambre aunque sólo sea para una sola persona?, ¿Debería de pagar una pensión a un pobre anciano que no ha cotizado por el motivo que sea?, y esa viuda, y ese niño y ese hombre que…

Ya que apelamos a la responsabilidad de la iglesia, hablemos de nuestra responsabilidad (la tuya, la mía, y la del otro) como Iglesia que somos, ante todos estos temas. Me gustaría que alguien lo reflexionara, que diera su punto de vista.

Ojalá, yo tuviera todos los medios para solucionar todas las penas de todo el mundo, incluso las de Antonio, que espero que todo le salga bien, se lo deseo de todo corazón.

Un saludo

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