Hondo :
Leo en Alfa y Omega: "Con 34 años, Luis Poveda Talavera fue ordenado sacerdote el pasado sábado 5 de mayo. Junto a este madrileño, profesor hasta ahora de literatura en el colegio El Prado, otros 30 miembros del Opus Dei se convirtieron también en presbíteros. Tras la ordenación, Poveda Talavera se muestra ilusionado por poder «servir a la Iglesia ahora como sacerdote, administrando los sacramentos y predicando la palabra de Dios. El magisterio del Papa Francisco durante los últimos años ha sido un empujón decisivo para secundar esta llamada al sacerdocio».
Mis mejores deseos para el joven Luis. Pero en mis tiempos, el empujón decisivo para secundar una llamada al sacerdocio era que el Padre lo decidiera. Punto pelota. Lo que dijera Pablo VI o Juan Pablo II, tus cartas rogando ir a Roma, tus deseos auténticos de ordenarte (o de no ordenarte) no contaban para nada... ¿Han cambiado las cosas o esto es marketing?
Sigue diciendo el artículo: "Luis afirma ser «un pirao del Camino de Santiago, de la poesía, de los cantautores y de que la gente sea muy libre y tremendamente diferente. Me encanta salirme del molde y romper cualquier molde. Me encanta saber que la vocación al Opus Dei potencia todo tipo de personalidades y que en este camino caben muchos, muchos más».
También me llama la atención de que le "encante salirse del molde". ¿Lo sabrá el Prelado? ¿Ya le han hecho la correspondiente corrección fraterna o es más marketing?
"La vocación al Opus Dei potencia todo tipo de personalidades." ¿Qué opinaría el Padre Danilo (q.e.p.d), patrono del regimiento de depresivos que ha generado el molde de hierro de la asfixiante espiritualidad de San Josemaría, con sus innumerables normas, criterios, indicaciones, vademecums, etc., tan ajenos al magisterio del Papa Francisco?
¡Que Dios te ampare, Luis!
Respecto a lo de la repesca y la búsqueda de dinero, lo confirmo.
Me ha llamado un sacerdote -este no es ningún "pirao" de que la gente sea muy libre y diferente- que ahora ocupa un cargo en una delegación. Muy efusivo, quería invitarSE (sic) a comer y que habláramos de los buenos viejos tiempos (???). Traté de no ser grosero y empecé a excusarme. Entonces tuvo la mala idea de agregar, como si el argumento fuese decisivo: "¡Y no me volveré al centro sin tu ficha de cooperador!". Menudo gilipollas. Ahí se acabó la conversación.
Desde su cómodo despacho, habrá tachado de la lista mi nombre y ya estará marcando el número siguiente. Lo conozco. Nunca registró al otro, avanzó por la vida como un tanque Sherman, dejando detrás suyo un surco de personas deshechas y abatidas. Si deseaban establecer contacto conmigo no podían elegir alguien menos indicado.
Hondo
Publicado el Monday, 14 May 2018
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