A mi parecer (y evidentemente no estaría definiendo nada extraordinario) todas son válidas y felicito a Agustina como Administradora y a todos porque en prácticamente todos los escritos y respuestas -aunque a veces no se esté de acuerdo en la opinión de otros- hay un marco de respeto y educación en cada escrito o debate en algún tema.

Mi punto ahora es que, sea cual fuere mi intención de escribir (valida, genuina) e independientemente de ella, la interpretación de quien te lee puede ir en mil vertientes: alguien puede leer un escrito con matices plenos de reclamo y desahogo y obtener de allí, en dicha interpretación, un aspecto que lo motive al cambio… ¿cambio de qué? Puede ser, entre más, de pensamiento, de actuación. Es decir, quien escribió lo hizo con una intención, pero quien lo leyó formula en él no solo una probable empatía y lastima (en este ejemplo y en el buen decir porque a una buena persona le lastima que otra persona sufra) sino que puede llevarlo verdaderamente a actuar, a partir de esta lectura(s), verdaderamente diferente, a ser disruptivo a nivel personal.

En mi anterior escrito me preguntaba cómo debería ser entonces el Opus Dei ante tanta contradicción humana y operativa como una organización jerárquica y directiva en donde su “materia prima” es la consciencia de las personas… ¡vaya! (sin obviar el tema espiritual) y animaba a que, por simples y sencillos o estructurados y complejos fueran, se propusieran planteamientos al respecto.

¿Cuál fue mi intención? Pues la enunciada. ¿Cuál es el alcance de mi intención? ¿Reformar al Opus Dei? ¡Pues sí! ¡¡Claro!! Cada escrito que se vierte aquí, incluso aunque no sea tu intención especifica y particular, tiene esta interpretación… (el alcance es otro razonamiento). Escribes, como ya dijimos, probablemente por desahogo, pero ese desahogo busca precisamente que alguien más no sufra lo que tú o yo sufrimos (en diferentes escalas, la mía fue poca con respecto a otras), y eso, en una consecuencia natural, implica que esta organización del Opus Dei deje de hacer lo que precisamente estas comunicando y alertado con tu vivencia y desahogo. Esto ya es Cambio. Y como todo en la vida, de un pequeño cambio y otro y otro más resulta que, después se va conformando una dimensión y tamaño tal que, al paso del tiempo se empieza a hablar de un término conocido como Reforma.

Todo cambio en una gran organización jerárquica como lo es el Opus Dei surge de lo pequeño, de una forma de pensar y actual diferente al status quo. Pocos cambios provienen de una disrupción institucional si más, más bien la “disrupción” proviene de forjarse en pequeñas situaciones que se vienen acumulando (en la persona, en uno a uno). Es decir, si el hoy Prelado se le ocurre hacer un cambio disruptivo -cosa que indudablemente pensaríamos No sucederá hoy- surgirá de aquello que, al paso de tiempo, de un día a día, por semanas, meses, años, haya escuchado, visto, leído, experimentado, etc. Y si no es este Prelado, ¿será el siguiente? y si no es el siguiente, ¿el otro tal vez?... Si a ti no te importa o no te ves en ello o no crees que esto es factible, es por demás valida y genuina tu opinión, es respetable y altamente razonable y congruente. Pero, sea esta tu intención o tu opinión, cada escrito que formulas, aunque no lo desees o no te veas en ello (es respetable), puede provocar cambio en la interpretación del otro y eventualmente Reforma.

El alcance de mi intención o meramente mi intención de escribir ¡claro que es a nivel de Reforma! Ahora bien, ¿creo en mis cabales que eso sucederá ahora…? ¡verdaderamente no! No creo que yo, ni mis hijos (como simple secuencia generacional) lo vean, ni los hijos de mis hijos… (de hecho a ellos no les importará porque los he educado muy ajenos al Opus Dei ¡gracias a Dios!, pero a otros sí, como a mí) pero, ¿será que lo que escribes hoy, quien te lee, no sea ese numerario que, independientemente de tu intención al escribir (reitero por demás valida y genuina) le esté llevando a ver las cosas de otra forma y, sea como sea el destino, llegue a ser un director “de peso” que sea avalado por otros que también piensen igual que el (en la CARIDAD de Cristo y no en la rigidez de actuación de Jose Maria) y que eventualmente logre “colarse” hasta las altas esferas y sea Prelado (no ahora, sino dentro de 20-30-50 años) y logre este cambio que eventualmente sea llamado Reforma? (de hecho, la palabra es lo de menos, lo relevante es el actuar correctamente en todos los aspectos que el Opus Dei hoy no actúa).

Así que, por tanto, sí, la intención que tengo cuando escribo es de Reformar al Opus Dei… ¿Por qué no? ¿Creo que eso va a pasar ahora? (¡ni de luces!, ¡ni cercano a ello!) pero que ¿eventualmente pasara? Puede ser… Ya será cuestión opinable si el Opus Dei, en su derrotero, sucumbirá o dejara de ser lo que es o se transformara en algo diferente o qué se yo. Los cambios se dan en la vida humana, por mas impensables que sean… A lo mejor en otro orden de ideas alguien de nuestra generación habría alguna vez pensado escuchar a un Papa decir ¿Quién soy yo para juzgarlo? (refiero solo el hecho y respeto enteramente cualquier opinión al respecto, pero eso es otro tema, solo es el hecho fundamental de escuchar esta frase a partir de un Santo Padre…). De igual manera las futuras generaciones (o tal vez nosotros) ¿no pudiésemos llegar a escuchar de un Prelado? (si este fuera el caso o como ejemplo): “hijos, ya no se le va a llamar “vocación” a una “invitación” que se les haga a las personas de pertenecer al Opus Dei. La vocación es muy ajena a como la expresamos hoy y el cómo manipulamos a las personas en ello”… ¿Qué tal escuchar esta frase? ¿la escuchara nuestra generación? (tal vez no, lo más probable es que no). Pero ¿nunca será escuchada? ¿habíamos pensado escuchar en nuestra generación alguna frase como las que hoy enuncia el Papa? ¿Es tan diametral como cualquier otra que en los cambios de pensamiento y actuación se dan al paso del tiempo?

En una dimensión clara y nivel de cambio que intento con este o algún otro escrito puedo decir que esta intención es más inmediata: es efectivamente el que hoy, quien te lea, pueda provocarle una forma diferente de pensamiento… Miles leen la página… por mera probabilidad (puede ser que en ninguno) ¿habrá alguno en el que sí lo haga? ¿habrá algún numerario, numeraria, sacerdote, agregado, supernumerario, supernumeraria, cooperador, cooperadora, y todo el circulo que rodea al Opus que, independientemente de cual sea tu intención, le provoques, en su interpretación de tu lectura, un cambio? Yo estoy convencido de ello, por eso escribo y es el cambio que busco hoy, el individual, el de uno a uno, no busco estrictamente hoy (sí en la proyección de lo que implica) el de la Reforma, ese se ve lejano, pero sí el que puede provocar en una persona, más el otro, más el otro y que al paso del tiempo se de a tal nivel que este escrito, en la pequeña contribución incluso numérica y en los miles de escritos de esta Web, se vuelva organizacional. ¿Pensaríamos que esta página, en todos los años que ha hecho presencia en la Web y con sus miles de escritos no ha generado cambios en las personas dentro y fuera del Opus Dei? ¡Claro que sí! A nivel personal de miles y miles… ¿a nivel de Reforma Institucional hoy? No... ¿no? ¿A nivel personal de un cambio de cierto numerario o numeraría, etc.? Sí, sin duda alguna. Esta es la que más valor tiene. Tal vez nunca los llegues a conocer y ni te enteres de ello, pero se da.

Por último, ¿qué puede provocar mi correo anterior o este? ¿risas, consuelo, compatibilidad, concordancia, empatía, desacuerdo… cambio? no lo sé, a cada quien su propia interpretación. Sea cual fuere la consideraría bienvenida, ¡Bendito Dios! Y si esta fuera de hilaridad, ¡excelente! porque aun en la tragedia que suponga el tema del Opus Dei (también recordemos que hay infinidad de cosas buenas, pero eso es otro cantar), buena falta le hace a nuestro mundo un mucho de risas en tanta penuria y maldad en la que vivimos, pero siempre con la virtud que es la que no debe desaparecer, la Esperanza.

JasonJonas