Cuando fue nombrado el nuevo Prelado, Ocariz, mis expectativas de que se redescubriera la grandeza del Evangelio y la Iglesia, por encima de cualquier otro proyecto o idea, recibimos una carta fechada el 14 de febrero de 2017, en la que manifestaba cuál iba a ser su programa de gobierno, en concreto en el punto n. 8 se dice "En primer lugar se ha considerado, la centralidad de la persona de Jesucristo, a quien deseamos conocer, tratar y amar". 

Una gran oportunidad para retirar todos los guiones escritos para la formación ascética de sus miembros, que son totalmente obsoletos y para nada se transmiten las enseñanzas evangélicas fundadas en Jesucristo ni lo que es la verdadera oración, camino de contemplación, (no sé si los "DIRECTORES" saben lo que es porque no veo ejemplos de su práctica en el gobierno).

Quiero fijarme en los cursos de retiro. 

- Es verdad que muchos sacerdotes que acumulan años siguen en sus trece, todo gira en un círculo obsesivo, guardar el espíritu y sus costumbres. Es inaguantable tener que oír por ejemplo que si no vas a Misa con el MISAL en el centro donde vives, estás en el camino de la perdición. Sr. Ocariz, ¿es que no puede dar un golpe de mesa y decir ¡esto se acabó!? Hacen un profundo daño a los asistentes, a unos los rebota y a otros los entontece más de lo que están.

Hay otros de mediana edad, que se van por las ramas e introducen algunas originalidades. Por ejemplo, en un curso de retiro la espina dorsal del mismo fue en torno a unas escenas bordadas de una casulla, regalo de un parroquiano (este regalo fue ocasionado por la pregunta del sacerdote que daba el retiro, "¿Cuánto cuesta un traje de novia?" pues te invito que por esos mismo € hagas la donación para una casulla - tengo que decir que esa iglesia es de alto standing-- y así lo hizo. Un ejemplo muy evangélico.

Otro que ha quedado en mi memoria es el siguiente. El sacerdote que predicaba el curso de retiro acaba de leer el libro "Eichman en Jerusalen" de Hannah Harendt. Se había quedado deslumbrado del pensamiento de esta conocida filósofa y escritora, así que esto fue otra espina dorsal del mismo, transmitir durante varia meditaciones el pensamiento de dicha filósofa dándonos a entender que éramos unas incultas. Mi rebote fue mayúsculo, yo había ido para que me hablaran de Jesucristo y su evangelio, para calentar mi corazón, y salí cómo un témpano de hielo.

Esto que cuento es bastante reciente. 

Considero que sin esta reforma, a la que el Sr. Ocariz se comprometió, todos los demás gestos no son válidos y hieren profundamente a la Iglesia. 

Feliz fin de semana

Nancy