Agustina :
Por nuestro propio bien: recuerdos del cura acusado de abusos sexuales del Opus Dei
Por Francisco Javier Leturia 12 de febrero de 2019
Me cuesta creer que hace no tantos años, hubiera un lugar donde nadie mirara con extrañeza el afán de indagar en áreas tan íntimas de la vida de un adolescente, sin siquiera cuestionarse las razones de fondo que pudieran existir para ello. Por otro lado, esas “tutorías involuntarias” solo podían darse dentro de un esquema de relaciones asimétricas de poder, donde la posibilidad de decir “no” por parte del invitado era casi inexistente, convirtiéndola, en la práctica, en una coacción. En otras palabras, un uso abusivo de poder, completamente normalizado.
Pasé buena parte de mi infancia y adolescencia en el mismo colegio donde Patricio Astorquiza (el sacerdote del Opus Dei recientemente acusado de abusos) ejercía sus funciones ministeriales.
Se destacaba sobre los demás sacerdotes por su alta dedicación al colegio, su figura espigada y atlética (corría alrededor del colegio varias veces a la semana, más de una hora y a muy buen tranco) y por el rumor de su un hombre preparado en finanzas (se decía que era economista).
Pero lejos, su conducta más llamativa era la de buscar comida en los basureros y… comerla.
Se decía que había adquirido ese hábito en sus años de misionero en Africa, y que era un ejemplo de renuncia, sacrificio y austeridad. Algo que debíamos valorar. Sin embargo, para la mayoría de nosotros, simplemente comía basura.
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Publicado el Wednesday, 13 February 2019
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