Hoy sólo escribo para daros las gracias a todos los que os habéis tomado tanto tiempo en escribir.

Os había escrito un mini-mini-mini-resumen de cosas que me han pasado con la Obra (a la que pertenecí màs de 20 años) y me he dado cuenta de que no podía enviarlo. Demasiado reciente como para publicarlo. Pero lo haré.

Tras algunos años sin ser de la Obra, hasta hace bien poco todavía no me ATREVÍA a mirar esta página. He leído varias historias, no puedo parar de hacerlo. Especialmente las de No_valio_la_pena, las de una antigua auxiliar y las de un ex director de agregados... Ahora entiendo muchas cosas de mi vida. Ahora sólo sé que soy libre. Que no voy a repetir ciertos errores. Que es cierto: no le tengas miedo a la verdad, aunque la verdad te acarree la muerte. Y que mantener cosas en secreto, puede ser tener un secreto a medias con el demonio, porque hay gente (así me sucedió) que, por tanta discreción, pensará que lo suyo es un caso aislado, y que vale la pena ofrecer todo el dolor por el fruto espiritual de la Obra.

Curioso, ahora que no soy de la Obra ya no tengo depresión. Será que Dios no me pedía eso, como tantas veces sugerí en la "dirección espiritual". Ahora toca, tanto tiempo más tarde, curar heridas e intentar que ni la rabia ni el miedo ni la angustia se queden a vivir en mí.

Perdonad el desorden del texto, hay demasiado dolor/rabia para hablar con claridad. No estoy preparada para ser reconocible en este escrito. Lo dicho: gracias, porque sin lo que habéis escrito, quizà seguiría consultando cosas vitales de mi vida.

Casiopea