Querido Ex-inscrito,

siento mucho tener que decir lo mismo que hace mucho decía nuestro amigo Dante: “Lasciate ogne speranza, o voi ch''intrate”, lo que aplicado a nuestro caso se puede traducir como que si, que habrá ayuda, pero... cuando las ranas tengan pelo.

Recuerda las palabras, llenas de cariño, que usaba nuestro querido santo para los que dejamos la barca. Más o menos decía que no daba nada por la salvación de los náufragos y, si no hay muchas posibilidades de salvación, lo más probable es que todos nosotros estemos o estaremos del otro lado de esa puerta a la que se refería Dante. Y, siguiendo una lógica sencilla, si estamos ya condenados o en fase final de serlo, no tiene mucho interés hacer caridad con esa pandilla de desgraciados, simplemente no existimos por la inmensa distancia que hay entre el infierno y ellos, les importamos un bledo. La única posibilidad de que tu sueño se hiciese realidad sería que los bledos se organizasen y, todos a una, cayeran sobre cuanta comisión y delegación existe sobre la faz de la tierra para ocuparlas todas. Si ocurriese tal evento, sería posible que, por quitarse del medio a los ochocientos bledos que ocupan los pasillos y dependencias de Villa Tevere, pensasen algún tipo de ayuda económica pero no por ti o por tantos otros como tú o como yo, sino simplemente como medida higiénica y práctica ya que no es posible tener un círculo breve como Dios manda en una sala donde acampan cuarenta bledos desde hace días.

Como debes ser mayorcito posiblemente recordarás la época en la que, cuando se hablaba de los reverendos padres Ititas, además de suspicacias, se les miraba -en referencia a la vida de familia- un poco por encima del hombro: vivían en conventos.

Recuerda también la monjita enferma que expresaba que la trataban con caridad pero que su madre la trataba con cariño. De una u otra manera nos daban a entender que el cariño (el amor) es superior a las formalidades y que, en casa, sí que hay verdadero cariño. Bueno, pues no he encontrado ningún ex como tú, que haya sido tratado ni con cariño y, ni mucho menos, con justicia, mientras que sí que he visto a ex de institutos religiosos o similares, a los que sus hermanos de ayer han ayudado después de su salida.

Palabras bonitas muchas, realidades pocas, si es que las hay.

Desde mi selva abrazos a los bledos y a los ititas.

Zartan