Salypimienta se pregunta en su último escrito cuál es el futuro que le espera a la Obra. Dejadme que os cuente lo último, ultimísimo que se dice en los círculos y se hace llegar a sus miembros en las charlas fraternas.

A los círculos han venido corriendo los directores de las delegaciones a explicar lo que se avecina, la última novedad que viene de Roma. En la parte del círculo dedicada a hablar sobre un tema ascético, recientemente se ha dedicado a hablar del futuro. De lo que sus miembros deben hacer. Ya estamos otra vez con ese dirigismo desde arriba que todo lo enmaraña hacia personas adultas que deben aceptar lo que se les dice sin rechistar. Criticar es de mal espíritu.

Pues al tema voy. Ahora hay que hacer un apostolado más profundo (de vez en cuando desaparece la palabra proselitismo de los medios de formación, aunque no del todo). Esa es la palabrita. No se habla de campaña porque ya se ve el resultado de la última: los 500. ¿Y qué significa un apostolado más profundo? Pues hay que buscar gente que ya conocemos, que fue de la Obra, o se acercó a ella, o pasó de largo por el club y nadie le prestó atención. Se trata de aprovechar los hilillos de conocimiento e información que tenemos de esas personas para recuperarlas.

En fin, que ya no saben dónde buscar gente. Los clubs se cierran o medio cierran porque los padres no se atreven a llevar a sus hijos ahí (y hablamos de supernumerarios). Así que el objetivo es recuperar gente, fomentar otra vez vocaciones de supernumerarios (ya no es necesario que sea de agregados y numerarios. Estas dos castas están destinadas a desaparecer) y que los futuros hijos de esos supernumerarios vuelvan a llenar los clubes para volver a empezar la juerga flamenca.

¡Que no! ¡Que las vocaciones no hay que promoverlas entre los niños! Otra vez el mismo error. El hecho es que en el fondo ni cambiando de plan de ataque van a evitar llegar al precipicio en el que ya se encuentran.

En fin, que todo este desastre es también voluntad de Dios, que siempre sabe más. Y si quiere que la Obra desaparezca de la faz de la tierra... ¿quién contra Dios? Deo Omnis Gloria

Crítico