Dejé la ceguera hace años... ceguera que mantuve por muuuuuuuucho tiempo. He leído OpusLibros y me identifico con la mayor parte de testigos y testimonios. Hemos vivido realidades paralelas, con miles de kilómetros de distancia, pero muy similares en procesos, procedimientos, hallazgos y desencantos, luces y contraluces... todo como que hubiéramos estado muy cerca unos de otros y de otras.

Me ubico en América Central, y acá hay un escritor nicaragüense, genial a mi parecer en sus formas de escribir, expresarse, describir las realidades y ver más allá de lo que el ciudadano de a pie identifica. Este domingo le han publicado un escrito que me ha hecho meditar y concluir SÍ COINCIDE CON LA REALIDAD que conozco. Y es que explica, con una anécdota, lo que los dictadores de nuestras naciones han hecho a lo largo de los 200 años de historia independiente: construir una sociedad, y un muro a su alrededor, de PODER y AUTORIDAD. Y a su alrededor una parafernalia de aduladores y siervos obedientes a sus desmanes y estructuras de miedo, represión y tiranía. Entre otros párrafos, el autor escribe: “El poder altera la neuroquímica del cerebro”, dice el neurólogo británico Peter Garrard; “lo degrada de forma más profunda y persistente cuanto mayor y más duradero es ese poder, y lo degrada del todo si carece de límites. Ser obedecido –o creer serlo– magnifica la autoconfianza del poderoso en sus propias habilidades hasta privarle de la capacidad de dudar de sí mismo y termina aislado de la realidad”. Y es que la neurociencia va identificando lo que ocurre en el cerebro y en las personas que viven en entornos específicos, adaptándose y mutando para sobrevivir en el planeta. Los descubrimientos positivos de la neuro biología nos refieren que la salud mental requiere una bioquímica favorable, serena, alimentada de un entorno estimulante o en su defecto, se degrada y enferma...

Lo que hemos leído sobre tantos enfermos depresivos, que hemos pasado -me incluyo porque así me ocurrió por diez largos años- sujetos a médicos (?) psiquiatras que nos doparon de cuatro, seis u ocho medicamentos, para "curar" la enfermedad mental que nos aquejaba: el hambre de libertad, independencia y autonomía. Los invito a leer a este escritor, que constituye uno de mis favoritos, revolucionario, poeta y promotor de muchísimas actividades culturales en Centro América y en general América de habla hispana. En este escrito: Juegos de espejos, explica cómo los dictadores se ubican en una posición de AUTORIDAD y necesitan un ejército de seguidores que los sostengan en el PODER que han creado.

Me ha dado luz, sobre mis 28 años encerrado y ciego, en esa JAULA DE LOCOS, donde está prohibida toda propuesta de cambio, de mejora, de ruta alterna, de divergencia de opinión, de sugerencia de enfoques diferentes o de pretensión de adaptarse a ideas distintas a las "dictadas por la autoridad"... Había que obedecer, aceptar que hice un compromiso -que no un voto- de obediencia. Y esto es lo que sigue diciendo este autor: "Pero en el cerebro de quien obedece, y entra a participar de la simulación, se produce también, por reflejo, una degradación simétrica. “Cree más en lo que supone que ve su líder que en lo que ven sus ojos, compartiendo así su delirio; a veces anticipándose a él y siempre reforzándolo”. "El neurocientífico de la Universidad de Ontario, Sukhvinder Obhi, explica que las neuronas del que obedece crean una “mímica inconsciente”, de ahí que no necesita vivir algo en carne propia para sentir empatía con el que manda, cuya “experiencia” es suficiente para convertirse en la experiencia del obediente".

En una ocasión quise leer, y pedí el "permiso" correspondiente, JUAN SEBASTIÁN GAVIOTA (John Livingston Seagull). El resultado fue una represiva respuesta, llena de amarga carga intelectual, por querer volar de una forma diferente a la bandada de gaviotas.

Los invito a leer JUEGO DE ESPEJOS y verán que cualquier coincidencia con lo que conocemos, sobre los dictadores y la autoridad, ES UNA TOTAL COINCIDENCIA !!! Felizmente, estamos fuera de ese círculo pero aún otros muchos -la mayoría de buena fe- giran aún alrededor de esa dictadura, creyendo ciegamente que "el sol gira alrededor de la tierra", porque así lo dicen los escritos inerrables del dictador. La alegría del ciego que vuelve a ver, es INDESCRIPTIBLE!!! Les invito a aguzar la mirada, a recrearse viendo, mirando con atención, deleitándose en los colores y la formas que hay en la creación, libre, espontánea y autónoma, ¡sin ataduras!

Ex-caecum!