Estimado Bernardo,

Te mando mi más sincero pésame por el fallecimiento de tu hermano.

Yo he vivido 30 años como numerario en el Opus. Tras mi salida he estado varios años perseguido por estos individuos y he sufrido una gran depresión de la que salí con mucha ayuda profesional y personal. Los que siguen dentro están convencidos absolutamente de realizar la voluntad de Dios en todo lo que hacen, lo que les dice un director viene directamente del mismísimo Dios, no se paran, no les dejan pararse a pensar si es bueno o es malo, basta que se lo diga un jefe y es palabra del altísimo. Todo esto está muy bien o lo estaría, si no pasaran cosas, muchas cosas, como las acontecidas con tantos y tantos ejemplos que aquí se han publicado, pongo aquellos que me han llegado más al corazón; María del Carmen Tapia, los sacerdotes denostados y los "suicidados", conozco a uno de esos sacerdotes denostados personalmente, novaliolapena, al que también tengo el gusto de conocer, el caso del matrimonio de Murcia narrado por su hija Josefina H., que es algo que no entra dentro de mi cabeza humana. El último caso es el de tu querido hermano Camilo, que no sé si llegué a conocer personalmente.

En mi caso particular, el Opus, ha conseguido conmigo el desapego absoluto hacia mis seres queridos, el afecto es algo que desapareció de mi vida, puesto que con los que vives años y años tienes que practicar el -no afecto- y con tu familia de verdad el desapego total. Todas estas condiciones se agravan si no consigues rodearte de amigos con los que poder practicar dicho afecto en el mejor de los sentidos y compartir ilusiones, trabajo, ocio, alegrías y tristezas.

Tuve la suerte de hacer muy buenos amigos con los que pude evadir la mente y trasladarles personalmente todo mi recorrido de los últimos años. Cuando eres consciente que algo no funciona, que todo el mundo se mueve por la infinita lista de normas, costumbres, reglas, escritos y restricciones de lo considerado bueno para personas normales. Además, compruebas que los que tienes alrededor están mal de la cabeza, que la preocupación por los demás es aparente en muchos casos y que dices las cosas pero no te escuchan. Que se te ha acabado tu "juguete" apostólico; el club de bachilleres, la residencia universitaria, el colegio o cualquier otro instrumento apostólico por donde tenías una válvula de escape, el mundo se te viene encima y empiezas a darte cuenta de lo que eres realmente y a lo que has dedicado toda tu vida.

Unos consiguen escapar de la tela de araña con más o menos rapidez y con no pocos problemas personales, puesto que, como apuntaba antes, todos salimos dañados de una u otra forma. El problema viene cuando no consigues desenredarte de la tela de araña y te quedas pegado sin saber hacia dónde dirigirte ni cómo desprenderte de la misma.

Por otro lado se recetan medicamentos indiscriminadamente, cosa que me parece otra aberración, a mí nunca me los endilgaron -gracias a Dios-, ni siquiera me tomé los que me recetaron mis médicos de verdad, por lo que probablemente igual se imaginaban que nunca lo haría. Siento mucho por lo que debes estar pasando y te acompaño en estos momentos tan dolorosos.

Saludos cordiales

Pepgrass