Hola a todos,

Salypimienta leyéndote, se me están revolviendo muchos recuerdos que tenía muy alejados, o medio olvidados, y aunque sea otro país, la tensión es parecida. El horario similar y la intensidad de la vida casi igual, cierto que hay como dos horas libres, pero depende del día se queda en nada y ya hay que regresar al trabajo a las 7, sí o sí.

Al leerte relatar lo de los pañuelos... recordé la primera vez que me tocó, era un montonazo de ellos pues era un colegio mayor.

Y me costó bastante, había que ponerlos a remojo, para empezar,  vamos un atraso, pero han pasado 39 años y la frase era “que todo el mundo los usa”. Pues bien, aprovecho para decir que es de lo más desagradables que he visto y hecho y no me considero una persona tiquismiquis porque en mi vida he hecho de todo y he cambiado muchas veces a mis sobrinos, pero no tiene nada que ver. Animo a decir que hay kleenex, maravillosos de varios tamaños color y aroma.

Y sobre todo que es mucho más higiénico que llevar unos pañuelos súper sucios guardados. ¿Que alguien en su trabajo de cara a los demás no puede usar los kleenex?  pues que tenga uno de algodón pero habitualmente esos pañuelos que llegan tan sucios deberían erradicarse.

Pienso que me he desahogado bastante con este tema y me he quedado aliviada.  Porque también lo hemos hablado entre otra compañera de trabajo y yo, que qué podríamos hacer para que no vinieran estos pañuelos tan sucios…  Y yo le dije pues nada a aguantarse, no le vamos a poner una nota, porque no podemos, qué ganas ¡¡no me han faltado claro!!  Y se me puede caer la peluca a trozos. Para hacer llegar una nota le tiene que parecer bien a la administradora. Y en este caso no le pareció bien sino que me dijo: “que cada uno use lo que le da la gana, que libertad”. Claro, como ella no los va a lavar nunca, qué encanto. Usamos la libertad para lo que nos interesa porque yo también podía tener la libertad de no lavarlos. Pero eso sería la hecatombe.

Asique seguiremos como siempre y amén.

Gracias por leerme

Hasta otro día,  y  un abrazo a todos.  

Antonia