Hola, a todos. Tras una temporada en que he estado en silencio por temas de trabajo y, en el fondo, falta de tiempo, me siento a escribir un poco. Ni que decir tiene que sigo leyendo semanalmente los escritos que se publican en la página y, por lo general, los disfruto y comparto. De mis anteriores escritos, que nacen de un deseo de desahogarme y compartir algunos de mis pensamientos, he sacado trato cercano con algun@ de vosotr@s y eso, al final, es lo que queda y me reconforta. Y aseguro que, poco a poco, dejo atrás el Opus Dei...

Llevo días pensando en qué escribir, en un tema concreto, pero me vienen varios a mi cabeza. Desde la falsa libertad, hasta la nueva carta sobre la amistad (espero opiniones al respecto), la corrección fraterna, la falsa pobreza, la penosa página web de la Obra… Pero los voy a dejar para más adelante. Si alguno tiene sugerencias para aportar ideas sobre esos temas, son bienvenidas. Lo que voy a hacer hoy es reflexionar sobre un tema que ha salido últimamente en algunos artículos: SAXUM.

La verdad es que cuando estaba en el Opus Dei, nos hablaban de la ilusión de Don Javier en su construcción, de que la idea era que todo el mundo de la Obra, a lo largo de su vida, pasáramos al menos una vez en la vida por Tierra Santa. He de reconocer que había mucho cariño en aquello y, qué queréis que os diga, me parecía fenomenal y me hacía una enorme ilusión: ¿qué mejor que ser seguidor de Jesucristo que recorriendo sus pasos de un modo físico? Poder ir allí y recorrer los Santos Lugares, como ya algún numerario había podido hacer haciendo su curso anual en el centro de la Obra en Jerusalén… Incluso creo recordar un regalo que “el colegio romano le hizo al Padre por su cumpleaños”, que era un sagrario para Saxum. Lo pongo entre comillas porque ya era curioso que el “pobre” colegio romano hiciera un regalo de ese calibre -no sería un Sagrario de latón-, cuando se sostiene de ayudas y donativos de todo el mundo, pero bueno, cuando hablemos de la pobreza ya me explayaré convenientemente;-).

Pero la construcción de Saxum tenía un problema: la sede. Era imposible comprar en Tierra Santa si no eres judío. Llevó años conseguir el terreno. Incluso recuerdo el enfado de Don Javier porque era imposible conseguir los terrenos. Me llamaban la atención esas cosas de Don Javier. Si algo era imposible, se rezaba. Si era absolutamente imposible, se rezaba más… Vamos, que no tenía los pies en la tierra. Si quería sol a las tres de la mañana y no salía, era una falta de fe y responsabilidad por nuestra parte. Y si quería 500 vocaciones por región, también lo era. Ya me he despistado. Volvemos.

Pues bien, se buscaba un terreno, parecía que sí aparecía, luego que no, y vuelta a empezar. Mi impresión era que los judíos tendrían sus normas y leyes, pero que, como pasa mucho en este mundo, el dinero hace que las normas sean relativas. Poco antes de irme de la Obra, se dijo que ya había terreno para construir Saxum. Y pensé, sin mala idea: habrá costado una pasta, pero es para durar muchos años, pasarán por esa casa todos los numerarios, numerarias, agregados, agregadas y muchísimos supernumerarios y supernumerarias del mundo. Valía la pena el esfuerzo: no era un gasto, sino una inversión...

Nunca me comentó nadie lo que sería Saxum, la verdad. Se hablaba de una construcción. Mi idea, e imagino que la de la mayoría, es que sería una casa de convivencias. No en plan Castelldaura, Molinoviejo o lugares similares que realmente valen un dineral y de pobreza no tienen nada, con sus piedras, mármoles y bosques (sí, bosques, no arbolitos). Una casa sencilla, pequeña, porque cada metro cuadrado tendría que costar un dineral… Pero de verdad que nada más.

Me fui de la Obra, y tanto Saxum como el resto de cosas -instrumentos de mortificación corporales que apenas usaba, incluidos-, las dejé todas dentro.

Sin embargo, recientemente vi un video y muchas fotos de Saxum en construcción y del edificio ya acabado. Casi se me desencaja la mandíbula al ver semejante coloso en Tierra Santa. Y de casa de convivencias, poquito. Imagino que serán como las de Torreciudad. Está el santuario y, escondidas, seguro que más de una casa de convivencias. Pues ahora resulta que Saxum es un museo exposiciónrequete-ultra-archi modernísimo sobre Tierra Santa. Un “Visitor Center”. Es de agradecer que su página web lo explique todo muy bien, y es impresionante. Pero mi sensación no es de impresionante: lo que se ha construido allí es lamentable.

¿De verdad los “donativos” de tanta gente son para que los turistas que visitan Tierra Santa tengan un lugar con imágenes en 4D para aprender cosas de la vida de Jesús? Que no niego que sea una cosa muy buena pero… ¿de verdad se gastan dinero que no hay en una cosa que, seamos claros, no es necesaria? ¿El turismo de Tierra Santa precisaba una exposición de ese tamaño? Cuántas instituciones religiosas llevan custodiando, protegiendo con sus vidas, mostrando los santos lugares durante siglos, que ahora llegas “tú” con muchísimo dinero, a lucirlo y a lucirte. ¿Está la Obra en crisis de vocaciones y centros vacíos, que dedicas un dineral para que turistas vayan a verte? ¿En serio? ¿Ese es tu mensaje de santidad en lo ordinario?

Por cierto, ¿qué pasa si no van los turistas? Tengo una duda: se cobra la entrada, ¿verdad?

La verdad es que cuando vi lo que era Saxum me entró un profundo resquemor, para nada rabia, sino lástima y desorientación… ¿El homenaje a Don Álvaro es un centro de visitas descomunal en Tierra Santa? Me imagino al turista que llega a ese lugar llevado por una agencia de viajes -me invento esta idea, que alguien me corrija o aclare-, que entiendo que pagará la entrada, le explican cosas de la vida de Jesús de un modo muy moderno, seguro que mezclado con frases de Fundador de la Obra, y luego se irá de allí un poco sorprendido del tremendo edificio que ha visto… Y que tenía un nombre de un Obispo que fue allí que era muy importante para ese santo… Raro, raro, raro. Eso sí, con capilla y confesonarios por doquier. Quizá exagero mi percepción, pero no creo que mucho. Tengo conocimiento de turistas que van a Torreciudad de casualidad y flipan en colores… alguno se acercará a Dios -ojalá- o a la Obra -ojalá les vaya bien-, pero la sensación siempre es: ¿qué hace este santuario en un lugar que, por mucho que se quiera situar en una ruta mariana, está perdido en el frío norte de Huesca?

Y hablando de Torreciudad… Igual que en ese santuario está atendida por personas de la Obra (numerariOs o agregadOs que hacen de guías), me temo que los guías que explican la exposición de Saxum serán miembros de la Obra también. Lo de España no es muy sangrante, porque quieras que no están en su región de origen, les destinan unos años al santuario y bueno: aguantan. Pero... ¿dejo mi país para irme a Israel, un lugar complicado para vivir, para hacer de guía turístico, al más puro estilo franciscano? Dejo esa pregunta en el aire. Me gustaría que alguien me dijera la respuesta. Por lo que se ve en el vídeo, aparece una chica haciendo de guía que tiene un aspecto de numeraria considerable...

Como veis, mucha tristeza y muchas preguntas me genera Saxum. Creo que se les ha ido la fuerza por la boca, que es algo totalmente innecesario y se desvía de lo que debe ser el Opus Dei. Saxum, guarderías, centrarse obsesivamente en colegios… Han perdido el norte, no tienen una dirección concreta. ¿Qué fue de la aristocracia de la inteligencia, del mundo universitario, de los intelectuales para llegar a todo el mundo? Y sobre todo, ya no tienen cómo sostener tantos medios que se hicieron en años de bonanza. Se hizo todo sin plan B y así están… Como se dijo hace siglos en esa misma Tierra Santa, “no quedará piedra sobre piedra”, jejeje.

¡Qué a gusto me he quedado! Espero que os haya gustado. Como siempre estoy abierto a comentarios en mi correo: sinrencordenada@gmail.com

Por cierto, una última consideración. Suelo ver de vez en cuando la página web del Opus Dei. La verdad es que me resulta absurda. Es una página de artículos sobre doctrina (trabajo y afectividad especialmente), sobre escritos del Papa y algunos testimonios, no muy divertidos. Recuerdo hace años alguno más gracioso, como el famoso carnicero segoviano. Lo único que sale de los centros es cuando hacen alguna labor social, que hace una vez cada mucho tiempo. Creo que la dirección que controla la página es bastante petrea, insulsa, y que no es nada atrayente para quien desea conocer cosas del Opus Dei. No estaría de más que salieran los centros, actividades que realizan, cosas un poco más agradables, cosas que se hacen en colegios “bajo la inspiración del Opus Dei”... No sé, algo gracioso. Entrar en una página una vez a la semana o cada diez días y ver exactamente lo mismo, es un poco cutre, ¿no os parece?

Me despido. Si no escribo antes del 25, os deseo a todos, de corazón, una muy feliz Navidad

Sinrencordenada