El confinamiento ha traído cambios sustanciales en la vida de los centros, no tener Misa es uno de ellos y, en la sección de varones, el hecho de que no hay administración. Lo repito porque, alguien me corregirá si me equivoco, es la primera vez que sucede en la historia de la institución: no hay administración en los centros de la sección de varones, desde las comisiones al último club de niños, pasando por las delegaciones, centros de agregados y centros de mayores. No hay administración.

Y os escribo a vosotros, numerarios de toda la vida, de todas las hornadas, de todas las edades y de todo pelo: aprovechad la oportunidad que os ha brindado la vida en forma de confinamiento para ser, de verdad, “los demás”. ¿Os dais cuenta? Por primera vez en la historia de la institución, no sois los seres fuera de la galaxia que erais hasta ahora, con la cama hecha, con la limpieza hecha, con la comida servida y la ropa lavada y planchada. Esta manera de funcionar, a 2020, era un anacronismo compartido por menos del 2% de la población española, si vamos al resto de Europa, a Estados Unidos, a Canadá, a Australia, el tanto por ciento se reduce.

Aprovechad la oportunidad de ser, de verdad, “los demás”. Profesionales que, cuando llegan a casa, preparan la cena, ponen lavadoras, limpian, se planchan la camisa del día siguiente y ponen (o quitan) un lavavajillas. Profesionales que, antes de salir a trabajar, dejan la cama hecha y el desayuno en la pila, porque igual no tienen tiempo para más. Os aseguro que “los demás” funcionan así, esa es su vida.

Y, ¿sabéis qué tiene de bueno esa manera de vivir? Que hace seres independientes, capacitados para lo que se les ponga por delante. Sé que os cuesta creerlo, que no queréis oírlo y que solo queréis que todo vuelva a vuestra normalidad. De hecho, hay un vídeo que circula por ahí, hecho con todo el cariño del mundo sin que me quepa la menor duda, pidiendo a la administración que vuelva. Pidiendo recuperar lo que hasta ahora había sido vuestra vida. Pidiendo que se os siga haciendo seres dependientes, incapaces de funcionar solos.

No caigáis en esa tentación, de rodillas os lo pido. Aprovechad la oportunidad de haceros independientes, de vivir la vida que las personas reales viven. Siempre se ha dicho que quienes conviven juntos en un centro son “familia”. ¿Qué pasa por cocinar para vuestra familia? ¿Qué pasa por ir a comprar para ellos? ¿Qué pasa por probar una receta nueva, con los riesgos que conlleva? ¡Es lo que hacemos todos!

Aprovechad la oportunidad. Haced de la sección de varones algo normal, quitaos la coraza de inutilidad que os ha aprisionado hasta ahora. Hablando de corazas: ¿sabéis cuál el momento más vulnerable de la vida de la langosta? El momento en el que debe desprenderse del caparazón viejo para que el nuevo pueda crecer. Durante ese tiempo, que son solo unos pocos días porque la naturaleza es sabia, la langosta está inerme frente a sus enemigos. Se esconde en la arena, entre algas, en las cuevas, para no ser vista hasta que el nuevo caparazón ha crecido y la protege. Los principios son duros, nadie dice lo contrario. Pero la recompensa es que, después de esto y si queréis, si habéis sabido aprovecharlo, seréis independientes y normales, os habréis dejado de muchísima tontería y seréis “los demás”, esta vez de verdad.

Contad con mi granito de arena si en algo puedo ayudaros. ¿Queréis recetas nivel 0, nivel 1, nivel 2? ¡Hablemos!

Venga, chicos: toca ser langostas valientes. Vale la pena, ¡esta vez es cierto!

Mediterráneo

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