Opuslibros - El mejor regalo de Navidad.- JasonJonas

JasonJonas :

Tengo gratos recuerdos de los tiempos decembrinos que vivía en el Opus, sobre todo en los primeros años que me eran más novedad. Junto con el mejor ánimo y espíritu filial con Dios que estas épocas navideñas conllevan, el ambiente “envuelto” que propicia el Opus me aumentaba el gusto por estas fechas (considerando que todos los aspectos positivos vividos no son exclusivos del Opus sino que se viven en toda persona o familia con estas costumbres cristianas).

A saber:

+ La decoración en toda la casa-comedor.
+ El árbol navideño.
+ El nacimiento.
+ Villancicos navideños:

Sobre este tema habría que decir que en estas épocas también se intensificaban las dichosas y también fastidiosas canciones de “casa”, que por más que les buscaba cierto encanto eran un auténtico plomo para mis oídos comunes y corrientes. Me parecían carentes del más mínimo sentido musical, pero había que cantarlas porque las había escrito una figura a quien le debíamos devoción obligada, quien era -entre todas sus maravillas- todo un virtuoso musical al que no se le objetaban semejantes sonatas, arengas apostólicas, encumbradas y gloriosas autoproclamas de sus eventos, alocuciones a burros de noria -que culpa tienen los burros- y qué decir de la más cursi, empalagosa y hasta un tanto vil -por aquello del engaño- “pito pa que pites tu”…

Pero bueno, no olvidemos que para lograr estas excelsas composiciones el supuesto padre tenía grandes cualidades musicales como uno de sus tantos dotes, recordando que también era experto literario, doctrinal -al grado de padre de la iglesia-, arquitecto, interiorista, psicólogo, psicoterapeuta -todos tus problemas divinos se arreglan con unas pastillitas-, sociólogo, politólogo, vaticanista, administrador, empresario, visionario, y un largo etc. … ¡Ah!, y encima de todo, santo en vida… Todo un estuche de monerías quien verdaderamente es digno de ejemplo de vida en todo, resaltando su enorme caridad desbordada a quien no pensaba como él -digamos sus exhijos- que minutos atrás decía amar con locura y tras su salida pasaban a un total abandono… ¡un derroche de amor de Cristo en todos ellos!… aha.

(No olvido el elevado sarcasmo en aras de elevar también el nivel de interpretación y sensibilidad de reflexión para ti amigo numerario y numeraria. Puede ser sarcasmo pero los hechos allí están).

+ La cena de nochebuena.
+ La misa solemne.
+ El show con visitas:

En la que se invitaba a ciertos familiares que ocasionalmente acudían y que, dicho sea de paso, si acudían chicas de nuestra edad más de alguno se notaba que nos esmerábamos de más… Comentado esto como una escena un tanto patética al buscar la interacción con el sexo opuesto en momentos que considerábamos “validos” para ello… Hablo por mí pero también notaba el comportamiento de mis “hermanos” en estas situaciones, y que dicho sea de paso, de aquellos cuantiosos numes -digamos un par de cientos- diría que el 90-95% está fuera del Opus… ¿Por qué será? ¿falta de perseverancia en todos??... no, simplemente el descubrimiento de su falsedad…

+ El show post visitas.
+ El día de navidad y la entrega de regalos:

Todo un capítulo: En los regalos normales y sencillos vaya que había clasificaciones de numes, porque, como dice el dicho, todos éramos numes, pero había numes más numes que otros… Los más “picudos” recibían regalos que no eran tan sencillitos -dentro del margen de lo “permitido”- como gabardinas super nice, agendas electrónicas última generación, puros o habanos de la más alta calidad, plumas montblanc, etc., mientras que a otros apenas nos llegaban agendas luxidex de tropa, lapiceros y uno que otro suéter de estilo básico de abuelito... todo esto recordado como anecdótico.

Y en los regalos de broma también se notaban que muchos eran fabricados hasta con dolo, porque se reconocía que al otro le repateaba el presente pero la gente se reía -risotadas- aún más con ello… Pero todo había que tragarlo por el sentido de “humildad” en los dizque momentos oportunos para afrontar el ego y la soberbia para hacer felices a nuestros “hermanos”… aha.

+ Y bueno, alguna que otra cosa complementaria que hacía que aquello se viviera con mucha algarabía -esa es la mejor descripción personal que para muchos momentos tuve en el Opus- en compañía de nuestros supuestos hermanos, todos en una gran “familia feliz”…

Destaco por supuesto que en esta época y en muchas más estaba la mano silenciosa y entregada de las numerarias auxiliares a quienes agradezco profundamente su labor y de la cual conservo verdaderos momentos de auténtica alegría en ello (en esta época había que ver lo fantásticamente cuidado de la presentación de todos los adornos, el nacimiento bellamente colocado, la decoración del comedor y las deliciosas comidas que nos preparaban entre muchos detalles más).

Bueno, pero a pesar de estos momentos gratos la reflexión que te sugiero amigo y amiga numerario(a) es que jamás, jamás, JAMÁS esto puede justificar absolutamente en nada la adhesión a ninguna institución como lo es el Opus… No son cosas que se correlacionan jamás (sobre todo en tus primeros meses o años que aún no distingues realmente la verdadera cara del Opus y tu supuesta “vocación”): “Si la paso bien en este o cualquier otro momento, quiere decir que no esta tan mal la cosa, y como en cualquier lugar habrá momentos buenos y malos puedo seguir adelante aquí porque me parece que así más o menos serán las cosas…”. Pensar así supone un riesgo enorme a tu libertad, además de que sería de una gran estrechez de miras divinas y humanas (pero que no es tan sencillo de ver, por algo miles hemos caído en esa trampa de verborrea sobrenatural que tan elocuentemente manejan en el Opus).

Ningún momento -por más positivo o negativo que esta haya sido- cobra tal relevancia en esencia como para que en esencia TE SIENTAS OBLIGADO y entregues tu vida a una institución o secta como lo es el Opus (la exigencia y prácticamente obligación de hacerlo -so pena de la no generosidad de tu parte- te la inducen tal cual, son expertos en ello)…

Ojalá que en esta época recibas el mejor regalo navideño y divino que puedes verdaderamente recibir: El que logres vislumbrar el camino personal del que tu dispondrías (que Dios quiere de ti, EN REAL LIBERTAD) al no pertenecer a esta cada vez más desenmascarada y fallida institución mundana, y más aún, te muevas a la acción para lograrlo (por más momentos de algarabía que pienses estar viviendo dentro de esta…).

Al final, y sea como fuere, en esta época decembrina te deseo a ti amigo y amiga numerario(a) y a todos los lectores de Opuslibros la mejor de las navidades en compañía de sus seres queridos, y por supuesto, de la gracia y bondad del niño Jesus en el portal de Belén.

Feliz Navidad y un mejor año venidero.

JasonJonas

Publicado el Wednesday, 16 December 2020