Después de 30 años dentro me fui :-) Es fácil. Desapareces del centro y ya está. Tal como están las cosas no te van a perseguir, no te preocupes. Pasa de ellos unas cuantas veces; no atiendas sus llamadas, mails, mensajes,... como si no hubieran existido nunca. Si lo intentan no lo hacen porque te quieren, lo hacen para que no se depriman más de lo que ya están, los que siguen dentro al ver que se ha ido alguien con unos cuantos años dentro. Lo importante es mantener las apariencias de felicidad, de que todo va bien. Que no te engañen. No va bien.

A lo largo de estos años he visto más gente irse que entrar. Creo que casi todos los ex conocemos esa realidad. Ahora los centros son de gente mayor con algunos numerarios que les cuidan. Como si esa fuera su vocación! La de asistente de enfermos! Algunos tendrán esa capacidad pero la mayoría no son aptos para cuidar bien de los ancianos.

Ya os iré contando pero lo más grave fue ser conocedor de esa sutil filtración de aspectos de mis confesiones al consejo local donde como todos sabemos no se trata nunca del fuero interno de las personas, solo de aspectos organizativos y bla, bla, bla. Hacia fuera siempre se dice que eso no ocurre, pero habiendo un cura en un consejo local, es muy fácil utilizar gestos, señales faciales, y un largo etcétera de pseudolenguaje para conocer qué le pasa a fulanita o menganito. Y lo que le pasa lo dijo en confesión.

Si quieren arreglar algo, lo primero de todo, los curas fuera del consejo local. En segundo lugar que te lo expliquen todo antes de pitar porque están acostumbrados a explicarlo todo después. Y claro, haciendo las cosas así se van la mayoría después de un tiempo dentro, decepcionados, porque se van encontrando sorpresas sobre la marcha.

Yo era un joven universitario; no sabía nada: ni lo que era un agregado, o un numerario, o un cilicio; nada. Iba a misa los domingos, tenía una novia, me confesaba varias veces al año; intentaba hacer las cosas bien, sabiendo que Dios es un padre bueno. Quería a la virgen.

Pues sí, pité al ver el ambientazo del UNIV. Organizar cosas lo hacen bien (imagen). Entonces pitaban muchos en los UNIV. Después, al cabo de unos días, despitaban, claro. Unos años después se dió la indicación de que no se dejara pitar a la gente en el UNIV. ¿Por qué? Porque en el ambiente que se crea en el UNIV en Semana Santa todo el mundo se apuntaría a vivir toda la vida así. Pero la vida no es así y mucho menos cuando ya eres del Opus Dei.

El mismo día, después de pitar, recalco después, me explicaron cosas muy interesantes:

tienes que dar todo tu sueldo, tienes que utilizar cilicio y disciplinas, tienes que vivir el celibato (no me hablaron de los supernumerarios). Momentos antes de escribir la carta solo me dijeron "di que pides la admisión como agregado del Opus Dei y pide la bendición del padre).

Pues eso es lo primero que deben hacer para que nadie se sienta engañado. Explicarlo todo antes. Así de fácil. A ver cuántos se apuntan a eso.

Deseo que el 19 de marzo sigan dentro los que se consideran felices, conozco a algunos que en general tienen una personalidad infantilizada; y deseo también que se vayan sin temor los que no son felices. Es que la vida es corta y creo firmemente que solo se vive una vez.

No sabéis la tranquilidad que da no tener que cumplir el plan de vida. Nunca fue un guante que se adaptaba a mi mano aunque insistían en que tenía que serlo.

Aprovecho para felicitar a todos los Pepes, Pepas, Josés y Josefas.

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