Opus Dei, sumisión y violencia

 “En toda estructura totalitaria, la existencia depende en gran parte de la
sumisión, por eso se puede hablar del “obedezco, luego existo”. Lifton.

El Opus es una secta que abusa de las personas y se enriquece manipulando y engañando. Sé que lo sabemos todos los que escribimos en este portal aunque con nuestras diferencias lógicas de parecer. Espero que pronto lo sepa la Iglesia Católica y haga algo al respecto si no quiere que las termitas sigan dañando la estructura e imagen de la Iglesia. Y el Opus es un cáncer dentro de la Iglesia.

Os paso este documento sobre la forma de proceder de las sectas coercitivas que me parece muy interesante y que imagino algunos conoceréis, yo he llegado a él ahora, La actuación de las sectas coercitivas. Cada cual que saque sus conclusiones, pero hay afirmaciones muy esclarecedoras como...

- Los fines reales de las sectas coercitivas se pueden resumir en uno, el logro de poder. Pero este logro de poder puede presentarse de diversas formas, fundamentalmente tres: 1. Como dominio sobre la vida de los adeptos. 2. Como acumulación de recursos económicos y todo lo que de ellos se deriva. 3. Como expansión del número de seguidores y extensión del dominio y control a otros espacios e instituciones sociales. Cuanto mayor sea el número de adeptos y el poder alcanzado en la sociedad, mayor tenderá a ser la legitimación social obtenida y mayor el ensalzamiento-divinización del líder o cúpula dirigente y su doctrina.

- El debilitamiento físico y la dependencia, unidos a la omnipresencia de la doctrina en los procesos de sentir, pensar y actuar del adepto, implican un estrechamiento y enlentecimiento en sus facultades cognitivas.

- La pretensión de estas sectas es promover un sistema de creencias absoluto y cerrado al que todo adepto ha de someterse y cuidar de la estricta pureza de su aplicación.

- “La verdad es lo primero que se sacrifica cuando se entra a formar parte de un grupo exclusivo”, sostienen diversos autores. La distorsión de la realidad y de la información, mediante la ocultación, la mentira o el engaño, es una de las técnicas más utilizadas por las sectas coercitivas, debido a lo eficaz que resulta en la consecución de sus fines. Las organizaciones totales en general justifican esta medida alegando la protección del individuo y la garantía de la consecución de los ideales y fines últimos.

- El adepto, al conformarse a los postulados de la secta e identificarse con su líder, obtiene un mayor sentimiento de seguridad, a costa de algún grado de infantilización mental y social. El fortalecimiento de la identidad colectiva, bajo la exaltación del poder del grupo, sirve para crear un sentido de pertenencia a un núcleo de escogidos que acrecentará la dicotomía maniquea del “nosotros o el abismo”. El sujeto acaba adoptando la conciencia del grupo como conciencia propia.

El estudio de la tesis doctoral de José Miguel Cuevas Barranquero, de 2016, “Evaluación de persuasión coercitiva en contextos grupales”, arroja estos datos:

El 67,91% (n = 91) de la muestra describe que su grupo abusivo pertenecía a la Iglesia Católica. En concreto el 51,49% (n = 69) pertenecían a la prelatura del Opus Dei y el 12,68 % (n = 17) a la organización Camino Neocatecomunal. También hay un 0,7 % (n = 1) que perteneció a la congregación católica Legionarios de Cristo y otro 0,7 % (n = 1) que describe haber pertenecido a un grupo abusivo perteneciente a la iglesia católica, sin concretar su denominación. Un 2,23 % (n = 3) pertenecieron a la organización Tradición Familia y Propiedad (TFP Covadonga) y/o a Heraldos del Evangelio.

La verdad es que da que pensar.

ManekiNeko gracias por compartir tu relato. Fuiste valiente y te respetaste finalmente a ti misma, eso es lo más importante en este mundo. Por lo menos yo lo veo así. Si uno no se respeta a sí mismo, y no lo hacemos cuando actuamos por deber en contra de lo que sentimos o pensamos, ya sea justificándolo tras el cariño, el daño que pueda causar si manifiesto mi opinión, por miedo, etc., los demás no lo harán y, además, repetirás el mismo patrón con otros. Es una rueda sin fin hasta que alguien rompe el engranaje.

Giovanni entiendo tu forma de verlo, pero creo que no es adecuado justificar por vivencias y experiencias buenas personales toda una estructura institucional que se asienta sobre una gran mentira. Tampoco estoy de acuerdo cuando hablas de lo enojadas que están las personas que escriben aquí. Yo no me he encontrado eso. No he encontrado “arrabbiati”; sí dolor y heridas que trato de entender, no juzgar, y de las que aprendo, y opiniones en contra del modo de hacer del Opus Dei bien fundamentadas y respetables. No dar la razón u opinar diferente no es estar “arrabbiati”. Claro que hay personas buenas y con mucho valor dentro del Opus, justo por eso, porque el valor lo aporta la persona individual, no la institución. Yo tengo familiares dentro a los que quiero y respeto pero no por eso voy a cerrar los ojos a lo que veo que falla de raíz en el Opus como institución y que es muy perjudicial para el desarrollo de la persona. Yo misma, en los 7 u 8 años que estuve, no viví cosas tan terribles si las comparo con las historias de otras personas que conozco o he leído en OpusLibros, tuve suerte pero claro yo no encajaba muy bien, aunque sí viví y presencié formas de hacer violentas y humillantes que atentaban contra la dignidad y libertad personales. Y no eran cosas de las personas con las que conviví, sino consecuencia de la ideología de la institución. Y te aseguro que un ambiente tóxico y soportar modos de hacer sectarios pasa factura. Te diré que es mucho peor la violencia manipuladora en pequeñas dosis que va calando y se filtra en la mente maquillada de afecto y comprensión que la violencia física. Ese tipo de violencia genera indefensión, la persona termina por no saber poner sus límites. Es más fácil rebelarte ante alguien que te agrede con un guantazo bien dado que de un ataque disfrazo de “es por tu bien”, “es lo mejor para ti pero no lo ves”, “no te corresponde opinar”, “estás causando un mal terrible a otros” y un largo etcétera. Es como un caramelo con un bonito envoltorio que dice “queremos lo mejor para ti” y te lo tienes que tragar porque lo hacen con cariño, a no ser que abras bien los ojos y quieras ver las características del envoltorio y examinar lo que en realidad estás engullendo.

He comentado que tengo familiares dentro del Opus a los cuales respeto aunque trato de no entrar en conflicto porque una simple frase que no concuerde con sus ideas en cualquier campo, ya sea religioso, social, político, ideológico conlleva una respuesta de menosprecio camuflado y mucha tensión. Es decir, yo respeto y tengo que andar con paños calientes a la hora de dar mi opinión sobre algo, pero ellos atacan siempre con descalificativos indirectos. Y claro que son buenas personas, ¿Quién dictamina quién es una buena persona?, pero encuentro mucha inflexibilidad e intransigencia en sus actitudes. Y creo que eso es culpa de la institución de la que forman parte. Si aprendes a mirar siempre por la misma ventana el mundo, acabarás creyendo que solo hay una ventana, que la ventana es el mundo y la realidad se reduce a lo que pasa ante esa única ventana.

Un saludo a todos,

La lectora