Un día de la semana pasada al entrar a desayunar en la cafetería de siempre me encontré con un ex, que fue director durante años del centro donde yo pertenecía, era un centro de agregados en un barrio de la ciudad. Nos reconocimos a pesar de los años y nos alegramos por el encuentro, después de saludarnos nos sentamos con ganas de charlar.

Me preguntó por gente de aquellos tiempos. Yo la verdad no tenía ni idea de sus vidas actuales y le dije que desde mi salida no tenía apenas relación con nadie tan solo guardaba amistad con dos que aún estaban dentro.

-No me acuerdo de apenas nada, ya hace tiempo de todo; aunque al verte me vienen recuerdos negativos de actuaciones tuyas le dije, me pidió perdón no quiero ampararme como otros en el sistema o en la institución por la obediencia debida. De las decisiones que tomé yo soy el responsable. Le dije que tenía buena voluntad en todo. Y cambié de tema.

Comentó que leía mucho Opuslibros, me preguntó si la conocía, le contesté que sí que incluso hace años envié mi testimonio pero que no seguí frecuentándola. Me dijo que se estaba convirtiendo en un Opus Dei paralelo de exnumerarios que escribían algunos de forma erudita, después de 10, 20, 30 años dentro y ocupando algunos cargos de responsabilidad, como si no hubiera nada de qué arrepentirse, nunca rompieron nada. Toda culpa a la institución. ¿?

Me comentó que han cambiado cosas dentro en cuanto las formas, no de fondo. Está pendiente de rehacer su vida, como muchos, ya se lava la ropa y hace comidas en un apartamento de alquiler, habla de lo que cuesta todo, cómo ha subido la electricidad, …

Le han cambiado sus formas de vida de verdad, el fondo parece no estar superado.

Al salir de la cafetería para volver al curro me encuentro con unas de mis hijas. Aparte me pregunta que quien era ese, le dije que un Federal, término que en el centro de agregados llamábamos a los numerarios: director, subdirector y secretario que llegaban al centro juntos y trajeados todos los días.

Aunque esta colaboración es espontanea, deseo agradecer a Agustina y equipo que mantenga esta web abierta por todo el bien que hace.

En mis tiempos no había internet (1970-1982) de carta a carta (de 14,5 a 26 años) de cumple a cumple.

Sevi