Querido Sevi, me hizo gracia lo de “un federal”, me sonaba que a los numes se les aplicaba algún tipo de sobrenombre colectivo pero este no lo había escuchado. Vamos a ver, te respondo a ti aunque en realidad es a tu amigo, el federal de la cafetería (que posiblemente lea esto ya que es asiduo de OpusLibros según te dijo). Si puedes transmítele mi mensaje.

En primer lugar quería decirte -querido federal- que si lees artículos anteriores, podrás ver que en muchos de ellos se pide perdón por los desaguisados que se pudieron cometer a través de las personas de carne y güeso (las que tuvieron cargos, carguitos o cargones), esas que escriben y que piden perdón en nombre propio sin pasar las culpas a la institución y sin ampararse en ella.

Pero tampoco hay que ser una lumbrera para entender que, si pidieron perdón una vez, no es necesario que lo vuelvan a hacer cada vez que aquí escriben. Si te das la trabajera de revisar todo lo que he escrito en OpusLibros podrás ver que yo no he pedido perdón (soy uno de los malvados recalcitrantes) porque en realidad no sé de qué pedirlo, en mi cuarto de siglo dentro, jamás he tenido el más mínimo cargo (se vé que no era de confianza, no era manejable o que todos me veían como tonto útil). Cualquiera que sea el motivo… me importa un rábano afgano o un bledo imperial.

De cualquier manguera, cuando tu escribas aquí, si es que decides hacerlo, puedes pedir perdón por lo que creas necesario o simplemente no hacerlo y, en ambos casos, que sepas que te entendemos y respetamos tus sentimientos. ¿Te ayuda? Pues lo haces. ¿No te ayuda? Pues todos tan panchos, que esta página no lleva cuenta de los arrepentimientos ni de las pertinacias, sino que -creo- que Agustina la mantiene en gran parte como ayuda a los internétidos que se acercan a ella.

Si fuera posible me gustaría que nos explicaras por qué dices que esta página se está convirtiendo en un opus paralelo. Como creo que no es la intención de ninguno de nosotros, me gustaría saber la razón por la que llegas a esa idea para, si es el caso, poder corregir el rumbo. Si he dejado Guatemala no ha sido para terminar en Guatepeor (pido perdón a los guatemaltecos si esta broma les molesta, he estado feliz en Guatemala y tratado como rey por los guatemaltecos sobre todo después de haber probado la mejor piña-colada del mundo. Gracias Carlos).

Como podrás intuir, mi respuesta es bastante desinteresada pues no me doy por aludido con eso de pedir perdón y, mucho menos, con lo de escribir en forma erudita. No soy un erudo, no pretendo erudir a los demás, no creo haber erudido a nadie y, si alguna vez algún escrito mio pueda haberse considerado como erudito creo que más bien es un problema del lector al confundir la gimnasia con la magnesia.

Tus comentarios de la cafetería me hacen rumiar dos ideas. La primera es preguntarme por qué lees esta página y la segunda es también cuestionarme la razón que yo tengo para escribir en ella.

Para la primera pregunta no tengo respuesta y sería estupendo si algún IN se dignase contarnos aquí la razón de frecuentar a esta panda de amargados-resentidos-opusofobos-pecadores. De verdad, queridos IN, sería maravilloso escucharos, que una mano lava la otra y entre las dos lavan la cara. También vosotros nos podéis ayudar, que no es pecado hacerlo aunque no esté previsto.

Respecto a mi escribición en esta página podría decirte que inicialmente fue un acto de auto-ayuda, una búsqueda de terapia ya que, cuando fui un traidor y abandoné la maravillosa barca, quedé a merced de las olas del mundanal ruido, con una mano delante y otra detrás y sin ayuda alguna de lo que hasta hacía poco era mi familia con lazos más fuertes que la sangre. De verdad te aseguro que, hasta el día de hoy, nunca he visto el más mínimo interés por parte de la prela en ayudarme ni material ni espiritualmente y ha habido momentos en los que la he pasado muy mal. Bueno, en una ocasión sí hubo interacción con algunos colaboradores orgánicos y cooperadores, pero -dejando claro que no creo que fuese algo organizado por el mando sino algo espontáneo de ellos- lo que recibí fue un intento de hundirme más, de proporcionarme una fuerte dosis de rejalgar en contraste con esa supuesta caridad que hay que ejercer con quien se marcha. Fue algo muy triste sobre todo al pedir ayuda al mando para que dejaran de atacar y obtener la callada por respuesta. Pero, como es algo triste y negativo, quedará oculto por un estúpido velo de piedad.

Superado el primer momento, cuando entendí que yo no era un perro verde, que había muchos más cretinos como yo que habían pasado por mis mismos derroteros, que habían sentido lo mismo y que también habían conseguido no ahogarse en el amargo rejalgar, mi intención pasó a ser la de ayudar (o intentarlo) a náufragos mas recientes o, incluso, ayudar a la prela aunque creo que esto último te cueste admitirlo.

En consonancia con lo anterior y con la posible idea de hacer alguna sugerencia a la prela para que mejore su imagen (o mejoras de fondo) me gustaría saber cómo están algunas cosas ahora al interior de la barca. Por ejemplo me gustaría saber si realmente se puede elegir con libertad un confesor o un escuchador de charla fraterna, si ya es praxis real eso de cumplir las obligaciones previsionales que impone el estado (y no solo con las nax, también con otras personas dedicadas a tareas internas), si se ha suavizado algo el desequilibrio contractual de los colaboradores orgánicos con la prelatura,… por hoy basta con estas tres ideas.

Gracias Sevi por la oportunidad que me has dado y por lo que escribiste sobre tu paso por la barca. Si puedes, asegúrate de que tu amigo lea esto y que responda.

Desde mi selva un fuerte abrazo a todos los lectores IN o OUT y gracias Agustina.

Zartán.