Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: El hombre gris.- Zartan

100. Aspectos sociológicos
zartan :

Hace muchos años, al menos un par de eones, encontré un hombre gris. No me refiero a los hombres grises del libro Momo, esos algo hacían algo aunque no eran buena gente, yo me refiero al hombre que no hace nada, ni malo ni bueno, se mimetizan donde estén y es difícil identificarlos o, mejor dicho, es difícil notarlos, si están en un jardín puedes confundirlos con una lechuga, si se sientan en un banco se banquizan y si no te fijas bien y de cerca, puedes incluso sentarte en ellos y no darte cuenta...



Mi primer encuentro, como os decía, fue hace mucho tiempo y en unas circunstancias en las que casi estaba obligado a verlo. Yo quería llegar a mi centro para estar el día de reyes y tomé un tren con el que, como a las diez de la noche, hacía transbordo y seguía viaje para llegar a la ciudad como a las doce de la noche. Al llegar a la estación donde debería hacer el cambio de tren nos bajamos tres seres: un legionario (de uniforme y petate), el hombre gris y yo. La estación estaba en medio de la nada, era un simple punto de cruce entre dos líneas sin pueblo ni rastro de civilización alguna excepto una miserable iluminación eléctrica. Al preguntar al jefe de estación (antes de que se marchara) le pregunté cuanto tardaría en llegar el otro tren y… hacía diez días que no llegaba ese tren de las 10.30 y que el siguiente era a las seis de la mañana. Desconcierto completo, el jefe de estación desapareció y los tres individuos nos refugiamos en la sala de espera y nos dimos cuenta que ninguno tenía alimentos y, además, que hacía un frío de campeonato, no estábamos seguros de estar bajo cero… porque el cero también se había marchado, creo que con el jefe de estación.

El panorama era crítico: hambre, frío y soledad. Lo de civilización no tenía arreglo y, como derivada, tampoco había forma de conseguir algo de comer así que propuse buscar combustible para encender la chimenea de la sala de espera para no morir congelados. Los asientos de la sala de espera eran metálicos con asientos de algo parecido a la madera pero no tenían pinta de material combustible. Propuse lo de buscar algo para quemar, lo que fuera, y el hombre gris solo nos miraba al soldado y a mi, pero no opinaba, todo le parecía bien si eran otros a hacerlo o si no se le ordenaba algo, así que los dos -el soldado y yo- nos fuimos a buscar algo para quemar. Encontramos un viejo cartel de publicidad agrícola de nitrato de Chile y una cerca de madera de la misma estación que nos salvaron del frío y seguramente de los lobos. El hombre gris no opinó nada, solamente se acercó al fuego, ni siquiera se quejó mientras que los otros dos viajeros, al menos, nos acordamos de toda la familia de la RENFE y de sus antepasados, eso no quita el hambre pero te da algo de inútil satisfacción moral.

Durante años esa ha sido mi única experiencia con hombres grises, a veces he conocido a seres grisáceos pero, hasta hace unos meses, ningún hombre totalmente gris.

Mi segundo encuentro con un gris-gris ha sido una persona que empezó a trabajar en una de las empresas con las que consigo llegar a final de mes. La costumbre aquí es hacer primero un contrato temporal por tres meses y luego, si se demuestra que el contratado tiene suficientes dedos para el piano, se renueva el contrato ya en forma indefinida. El puesto exigía que la persona contratada fuese de una ética estricta, era un puesto crítico y de confianza, vamos que tenía decisión sobre gastos, compras y contratos así que lo primordial era tener certeza de que era una persona correcta, lo que seguramente convenció a contratarlo. Como un par de meses después de empezar a trabajar, me enteré que se trataba de un nume y otro mes después que no le habían renovado el contrato.

Diréis que soy un cretino, pero ya a esta edad no es fácil cambiar y le llamé para ver como ayudarle a encontrar trabajo, cosa que no le sería fácil por su edad: mas cerca de los 50 que de los 40. Le invité a una cervecita en mi casa y le pregunté qué estaba buscando y qué experiencia tenía. Este señor terminó joven su carrera universitaria y con muy buenas notas (premio al mejor alumno), como un mes después de titularse comenzó a trabajar en una empresa y estaba feliz. Todo bien hasta que antes de cumplir un año en su trabajo, los directores le pidieron que se fuera como director a un nuevo centro en los confines de la región. Haciendo uso de su libertad aceptó irse a una ciudad donde, con toda seguridad, no encontraría trabajo relacionado con sus estudios y, efectivamente pasaron los años sin poder trabajar en lo suyo, completamente dedicado a sacar adelante la obra tal como le habían encargado. Después de unos diez años le pidieron que regresara a la capital para colaborar en la comisión donde ha estado hasta que, tal vez por los últimos encogimientos de superestructuras, le dijeron que se buscara un trabajo y dejara la comisión.

Su experiencia laboral menor de un año en su profesión y el resto sacar la obra adelante. Le pregunté en concreto sobre sus últimos quince años y me dijo que se “dedicaba a hacer informes”. Casi le pregunto si eran informes de conciencia, pero me dio tanta pena que no quise ahondar.

Le he buscado un par de entrevistas de trabajo con conocidos míos pero … nada que hacer, que la gente no es tonta. La última vez que nos hemos juntado le dije que la obra ya tiene la fama de que se ayudan unos a otros en lo laboral, que pidiese ayuda entre sus contactos, total la fama no se va a estropear mas de lo que ya está, pero me dijo que “no está previsto”. No hay forma de conversar con él de nada, imagino que lo único sería hablar de ‘informes’ pero no es mi fuerte este tema, no hace nada mal, obedece, mira y guarda silencio.

Le he propuesto empezar con “trabajillos”, pero le han dicho que desdicen de su posición y demases. Contra este consejo le he dicho que mientras sigue buscando un trabajo mas serio, inicie dando clases particulares, vendiendo calcetines o elefantes de madera, lo que sea, ya que si no encuentra nada pronto y que sea conforme a la dignidad supuesta en una persona con años en la comisión, va a caer en un estado depresivo. Le he dado todo tipo de razones y sugerencias pero el hombre gris prefiere mimetizarse de nume bueno y fiel. Me da pena de él y no sé como ayudarle más. Ya lo sé: soy un cretino, pero eso ya lo sabía yo desde hace muchos años y no quiero cambiar.

Os cuento esto porque últimamente hemos hablado mucho de las auxiliares y el desamparo en el que se encuentran si dejan la madre guapa. Ya sé que no es igual. pero creo que es similar la situación de numes (ellos y ellas) con años dedicados exclusivamente a las labores internas y que, de repente, se encuentran inmersos en el mundo normal, en el de la gente corriente y moliente, sin currículum, sin seguridad social, sin imposiciones para pensión, sin nada.

Pero dejemos un momento de mirar lo evidente, al hombre gris, y veamos qué es lo que puede haber detrás. Este personaje fue namber-guan de su promoción en la Universidad, al mes de haberse titulado ya estaba contratado en una empresa, poco tiempo mas tarde lo mandan de director a un centro nuevo y después de unos añitos en el exilio, se lo traen a la capital para que ayude en la comisión … gris gris no debería ser, algún color debería tener. Pero ahora si que es gris ¿se apagó, lo apagaron, se institucionalizó?

Por otra parte hay que fijarse también en cómo han actuado los directores con esta persona ¿ha habido un mínimo de preocupación para que no se oxidara su profesión? Yo diría que no, que ha sido un nume de usar y tirar. Menos mal que esta forma de actuar no debe ser común ¿o sí?.

Abrazo múltiple desde mi selva una.

Zartán




Publicado el Monday, 07 February 2022



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 100. Aspectos sociológicos


Noticia más leída sobre 100. Aspectos sociológicos:
OPUS DEI’S IRISH ACTIVITIES DESCRIBED


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.132 Segundos