¿Nuevas numerarias auxiliares siglo XXI?

«Me atrae ese animal paciente y laborioso, porque el borrico es recio y austero, porque es humilde. Pero, sobre todo, porque trabaja: porque sabe perseverar día tras día dando vueltas a la noria, sacando el agua que hace florecer el huerto. El borrico se conforma con todo, hasta con los palos. Trabaja y trabaja, y con un puñado de paja o de hierba tiene bastante. Así hasta el fin, porque la historia de mi borrico termina bien: muere trabajando. Y que lo destrocen después, que lo despellejen…*» (Escrivá, Carta, 15-X-1948, nn. 10-11, citada en Meditaciones II, p. 107)

Posiblemente este texto de Escrivá citado más arriba sea uno de aquellos pasajes donde el fundador expresa qué espera él de todos los miembros célibes del Opus Dei, pero especialmente de las numerarias auxiliares, porque su entrega se expresa de manera física y bien concreta: que trabajen como burras, se conformen con poco, incluso con los palos que reciban y que mueran trabajando, viviendo una vida rutinaria como es el girar alrededor de una noria (cualquier progreso personal va en contra del girar alrededor de la noria, es incompatible). Es la idea del holocausto del yo, también predicada por Escrivá, que consiste en terminar aniquilado en sacrificio por el Opus Dei: por eso Escrivá agrega el que lo destrocen, lo despellejen. No queda nada del burro...

Curioso es que una organización que desde el principio se iba a dedicar a los intelectuales tenga como modelo emblemático al burro. Imaginemos el escudo de una universidad con el burro en el centro: no quedaría muy bien. ¿Quién querría ingresar a esa universidad? "Aquí te preparamos para que salgas burro". No hay modo.

¿Ahora resulta que a la noria le van a poner luces de colores para hacerla más entretenida?

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Mediterráneo nos contaba el viernes último que las nuevas numerarias auxiliarles «tendrían estudios, algunas incluso carreras universitarias, serían personas muy instruidas y muy capaces, profesional e intelectualmente», lo cual uno podría decir "qué bien, está mejorando el Opus Dei".

No descarto que haya mejoras, las cuales habrán tenido un precio alto: todo lo sufrido por las numerarias auxiliares que precedieron a esos cambios (que por supuesto difícilmente tengan su merecido reconocimiento).

Los superiores del Opus Dei deben estar preocupados por asegurarse vocaciones de numerarias auxiliares actualmente y para las próximas décadas. Pero ese no es el punto más importante.

Falsa promesa

El problema aquí es que esa "promesa profesional" esconde nuevos engaños, porque encierra contradicciones. Una nueva promesa del Opus Dei, que no dice toda la verdad.

Si es una promesa que no se cumple desde hace tiempo en el caso de la sección de varones, ¿por qué las numerarias auxiliares habrán de esperar algo distinto?

Demasiados miembros numerarios (varones) con título universitario terminan trabajando en encargos internos antes que en su propia profesión, porque recordemos, los Estatutos nada dicen de santificarse con la profesión a la hora de definir a los miembros numerarios (varones y mujeres) sino que los define como aquellos que «se dedican a las tareas apostólicas propias de la Prelatura con todas sus fuerzas y con la máxima disponibilidad personal» (cfr. Estatutos, n.8).

El truco está en convertir las tareas apostólicas en trabajo profesional y resuelto el dilema. Pero ese argumento es el que permite a las ex numerarias auxiliares reclamarle al Opus Dei por su jubilación, sueldo y todos aquellos derechos que provienen de ejercer un trabajo profesional. Argumento también válido para toda aquella persona que haya trabajado profesionalmente en tareas internas, en la burocracia de la prelatura, etc.

Estudiar pero no ejercer

Si una numeraria auxiliar llegara a ser muy instruida o con estudios universitarios, lo más probable es que cambiara de profesión, aquella para la cual estudió en la universidad, por ejemplo.

¿Dejará entonces de ser numeraria auxiliar? ¿Para qué va a estudiar si no es para cambiar de profesión? ¿Puede una numeraria auxiliar cambiar de profesión sin abandonar la vocación? Por los Estatutos (n.9), sabemos que no.

O será como el caso de los sacerdotes numerarios que se ordenan jóvenes y estudian una carrera para obtener el título pero no ejercerla, ¿las numerarias auxiliares harán lo mismo? Sin embargo, en el caso de los sacerdotes no se les ofrece la posibilidad de estudiar una carrera después de ordenarse, lo han de hacer antes, porque luego la han de abandonar.

En el caso de las numerarias auxiliares la vocación y la profesión están ligadas casi tanto como en el caso de los sacerdotes. Son los únicos casos dentro del Opus Dei en el que, si cambian de profesión, pierden la vocación y «los únicos miembros que usan uniforme» (cfr. Gervasio).

¿Por qué el Opus Dei no hace lo mismo con la vocación sacerdotal? Primero, porque no quiere para nada dar opciones al margen de trabajar para el Opus Dei y segundo porque quiere que sus curas se queden en el Opus Dei para siempre. Que se vaya un cura es mucho más complicado que se vaya una numeraria auxiliar. El Opus Dei tiene que responder frente a la Santa Sede, no así el caso de una numeraria auxiliar.

¿Empezará a haber castas dentro de las numerarias auxiliares, aquellas que tengan profesión y aquellas que no? ¿Entre aquellas que tengan un trabajo a tiempo parcial afuera (por las tardes, por ejemplo, y por las mañanas en el centro haciendo las tareas del hogar) y aquellas que no lo tengan? Parece difícil que una numeraria auxiliar abogada pueda hacer una vida de ese tipo, lo mismo que una numeraria auxiliar médica. No dan los tiempos ni las energías. El cálculo no cierra.

Estudiar para irse

Se irán del Opus Dei el día que obtengan el título universitario. Pero mientras tanto la carrera les habrá costado mucho más tiempo debido a la condición de numeraria auxiliar (que no es sólo tareas del hogar, es una vocación de entrega total haciendo tareas del hogar y de ahí el hecho de terminar exhaustas las numerarias auxiliares), algo que al Opus Dei le habrá beneficiado durante todo ese tiempo que contó con esa mano de obra a su servicio sometida a una vocación de entrega total. 

Al Opus Dei no parece importarle el destino de las personas (hacia dónde se dirigen finalmente cada una en su vida) sino de qué forma las puede utilizar mientras tanto (entre los 15 y los 35 años, por ejemplo). Por eso no le preocupa ni la jubilación ni qué sucederá en el futuro con las personas: sabe que la mayoría se irá. Y mejor aún para el Opus Dei, porque ya no les sirve (como los débiles mentales**) y son un estorbo. Crudo planteo vocacional, pero claro, esto no se dice jamás.

El anzuelo de los estudios universitarios es cambiar una caña de pescar por otra, pero el objetivo no parece ser distinto del habitual: el proselitismo.

La depredación espiritual

Aquí entra en juego lo que se podría llamar la depredación espiritual, en este caso, usando la dirección espiritual (incluida la predicación) para otros fines que no fuera el progreso espiritual de la persona que recibe dicha dirección. No es sólo un problema de que la dirección espiritual esté sometida al gobierno sino de que los contenidos mismos de la dirección espiritual estén contaminados por objetivos nocivos, como usar la idea de holocausto (en sentido religioso, del Antiguo Testamento) o del burro de noria para someter -en nombre de Dios- a las personas en beneficio de objetivos corporativos, usando la excusa de la entrega a Dios para tomar control sobre las conciencias de las personas, hasta quedar ellas psicológicamente indefensas frente a la autoridad de los superiores, proceso que no se da de un día para otro sino de manera casi imperceptible ("plano inclinado"). La indefensión es la que permite la prolongación de la depredación a lo largo del tiempo.

A diferencia de la depredación sexual (que suele ser cometida por individuos localizables), la depredación espiritual puede darse de manera corporativa, institucionalizada y generalizada.

No sólo que no habría una disociación sino que, al contrario, parecería haber un vínculo entre los abusos que denuncian las ex numerarias auxiliares y los contenidos de la dirección espiritual y predicación llevada a cabo por el Opus Dei de manera corporativa (cfr. Catecismo del Opus Dei, 2010, n.211: «es el mismo Opus Dei el que imparte la dirección espiritual»). Los abusos se darían gracias a la dirección espiritual y la predicación llevada a cabo «por el mismo Opus Dei» y no a pesar de ella. La depredación no se da por accidente sino por necesidad y, por lo tanto, de manera premeditada. De establecerse dicho vínculo, sería el fin del Opus Dei.

La depredación espiritual puede tener como fines explotar a las personas laboralmente (numerarias auxiliares) como también someterlas psicológicamente para que dediquen todas o gran parte de sus energías en provecho exclusivo de la organización, reclutando vocaciones, obteniendo medios de financiamiento, y en definitiva, manteniendo en funcionamiento la organización.

En ningún caso la sana dirección espiritual está para nada de eso.

Conclusiones

A las numerarias auxiliares se les está prometiendo algo imposible. O algo engañoso.

Posiblemente sea un nuevo modo de volver a enganchar chicas temporalmente para que -al menos por unos años- sean numerarias auxiliares y luego se vayan del Opus Dei (cfr. Los días contados). Mientras tanto, cubrirán la necesidad de mano de obra para tareas domésticas.

No obstante, el Opus Dei recurriría a todo tipo de presiones para que las numerarias auxiliares perseveraran dentro del Opus Dei el mayor tiempo posible, incluso poniéndoles trabas a los estudios universitarios tan prometidos (alargándolos, por ejemplo), con la excusa de una entrega mayor, etc.

Mientras el objetivo de una numeraria auxiliar (o cualquier otro miembro numerario) que se propone un título universitario es usualmente el de ejercer dicha profesión en el futuro, el objetivo del Opus Dei es otro muy diferente: pareciera ser el mismo, pero no lo es. Ahí está el engaño, en creer que al Opus Dei le interesan esos estudios y esa capacitación. Pensar que al Opus Dei le interesa el burro en sí mismo. Sólo le importa su capacidad de trabajo y finalmente despellejarlo si su cuero es de buena calidad.

La promesa profesional es sólo una zanahoria, y mientras tanto, palos para rendir apostólicamente, trabajando como burros y burras. No es casual que a Escrivá le gustara predicar y proponer la imagen del burro de noria.

«…siempre al mismo paso. Siempre las mismas vueltas. Un día y otro: todos iguales» (Escrivá, Camino, n. 998)

«…debemos desear vivir muchos años, y trabajar. Es propio de nuestra vocación morir viejos, y bien estrujados, como un limón que no puede dar ni una gota más» (Escrivá, Carta, 15-X-1948, n. 11, citada en Meditaciones II, p. 108)

Lo mismo ha hecho el Opus Dei con el resto de las vocaciones: usarlas como combustible, o como a un burro, que duren lo máximo que puedan durar (pero raramente para siempre) y luego descartarlas.

Lo importante para el Opus Dei es sobrevivir y abastecerse de mano de obra para seguir en funcionamiento, en este caso, de numerarias auxiliares. Para ello es capaz de prometer lo imposible e incluso lo contradictorio.

Que la noria siga girando y los burros vayan pasando: eso es lo único importante para el Opus Dei.

E.B.E.

Notas

* «… y que, con su piel, hagan tambores, para una guerra de paz; y zambombas, para cantar al Niño Dios» termina diciendo el texto, un fin poético que termina borrando y escondiendo la crueldad del texto precedente.

** «No admiten coacciones más que los débiles mentales. Y ésos no sirven para la Obra» (“Catecismo de la Prelatura Opus Dei”, edición 1995, nro. 289 y edición 2003, nro. 298)