Tender camas no es cosa sencilla. La acción de tender una cama pudiera parecer simple, pero el tenderla bien no es nada sencillo: requiere un continuo ejercicio del cuerpo de arriba abajo, agachándose por momentos y levantándose en otros, yendo de un lado a otro. Es un esfuerzo constante de piernas y espalda que no es poca cosa. Ahora, hagamos esto sin salir de casa, día tras día, año con año, década tras década…

Al tender la cama de mi casa me vuelco a veces en pensamientos hacia las numerarias auxiliares escuchando del Opus lo siguiente: “Realiza únicamente este trabajo por toda tu vida”. “Todos tus anhelos y todas tus ilusiones estarán aquí”. “No tienes la más mínima oportunidad de otra cosa, ni siquiera te lo plantees, no hay alternativas para ti: Lo único que harás es tender camas, siempre…”. “Ah, pero no te entristezcas por ello, no tienes derecho... Consuélate acaso porque ¡tienes vocación para tender camas! Dios mismo te la ha dado por siempre, desde la concepción de los tiempos… Con esto te entregas a Él y ganas el cielo…”.

Entonces me surgió una vez más esa total desaprobación hacia los actos reprobables del Opus: ¡Esto es infame!, nuevamente pensé. No hay contextos históricos o geográficos, o referencias y deferencias en hábitos y costumbres que lo justifiquen jamás, ni mucho menos en la religión.

El tender toda la vida camas no es en lo absoluto nada infame. Es un trabajo noble que millares de personas realizan en diferentes ámbitos y contextos. No le resto valor a esta encomiable labor. Pero lo que es infame es que lo hagas engañado(a) y que siempre te mantengan allí… únicamente porque una mente muy corta, clasista y elitista, de poquísimo sentido común, de un altísimo fanatismo religioso y de un enorme rastrero humano lo planteé EN RAZÓN DE DIOS…

¿Hay en el pensamiento doctrinal del Opus cosas buenas? Indudablemente, en apego a las mismas costumbres y doctrina cristiana y católica de todos los tiempos (es decir, no es tan poco la gran novedad). Pero hay otras que de plano atentan a la misma libertad de las conciencias y se adentran de lleno al sectarismo manipulador. Y cualquier pensamiento sectario es en esencia malo. Esto diluye lo bueno que pudiéramos considerar sobre el Opus y sus objetivos como organización de la Iglesia (por cierto, ahora en el dicasterio del clero; que en la consideración del mal que hacen da enteramente lo mismo donde esté).

¡Que estrechez de mente! ¡Qué visión tan poquitera de las cosas! (de la vida misma). ¡Qué tergiversación del mensaje de superación hacia el ser humano! (que en el ámbito religioso es esencial para quienes creemos en Dios y en Jesucristo). ¿Cómo alguien pudiera conducir a una persona como tú y como yo por cualquier camino OMITIÉNDOLE deliberadamente toda opción u oportunidad de vida?... “Es que así fue educado en la religión”, “es que así eran las costumbres y pensamientos de aquellas épocas”… No. Jamás un pensamiento reduccionista es ajeno al sentido común en el concepto de libertad del hombre…

José María: Más que santo serías otra cosa…

El Opus no vale ni una sola pena. Algún día verás todo esto con claridad.

JasonJonas