¡Felicito a Tuces por lo bien que escribe en Opus Libros! Refleja cien por cien lo que pensamos muchas y quizá a veces no encontramos las palabras justas.

Ocupada en trabajar (yo vivo en Miami y estoy bastante preocupada ya que el alquiler aquí está en las nubes imposible de pagar… pero hay que pagar para llegar a fin de mes), no estaba al tanto de lo que estaba pasando estos días… ¡Nos armaron una comisión para escuchar los testimonios de las 43 denunciantes! Como si no supieran cómo es la vida de una nax dentro de una administración.

Me recuerda a las comisiones de servicio que de servicio no tenían nada. ¡Daba miedo esa directora que venía de Roma! Había que brillar pisos hasta altas horas de la noche para impresionar y que al padre le llegara el buen espíritu de sus hijas auxiliares.

Ahora estamos fuera, Gracias a Dios y no necesitamos creo yo, de nadie que nos obligue a hablar con nadie. Para eso hay un abogado. Nos siguen subestimando. Somos las pobres sirvientitas hijas pequeñas que no sabemos lo que hacemos. ¡Vivimos dentro del Opus Dei! Algunas ocho, diez, veinte años, rezamos allí adentro, confiamos en las directoras y en el confesor, trabajamos como burras, ¡cuando nos fuimos nadie nos ayudó! Tuvimos que empezar desde cero. Nos fuimos sin nada porque nadie nos escuchó, nadie nos dio la mano, nos hicieron salir por la puerta de atrás sin saludar.

¿Ahora recién se acuerdan de escuchar y reparar con unas disculpas? ¿Cuántas numerarías auxiliares están viviendo en la pobreza por culpa de la negligencia de los directores que en su momento no quisieron ayudarlas con un trabajo digno fuera de la obra. No pedíamos mucho: salir por la puerta grande, algo de dinero en el bolsillo y un trabajo digno para comenzar una vida en libertad.

Lawrence