A l@s que me embaucaron, sedujeron con las actividades atractivas; a l@s que me pintaron el cuadro de ser un@ profesional con ilusión en medio del mundo; a l@s que me dedicaron tiempo y se ocupaban de que fuera por el centro, a un círculo, a hablar con un numérari@, gracias. Yo estaba en necesidad de ayuda porque estaba perdid@. De no ser por el Opus Dei quizás no sería ni cristian@, a lo mejor hubiera caído en malas garras. Gracias!

También me doy cuenta que much@s numerari@s que me trataron les pasó lo mismo. La estructura fue diseñada así y era y es? su modus operandi. Dios quiera que eso esté cambiando.

En los últimos años la Iglesia pide más discernimiento y acompañamiento, pero en el Opus Dei se trataba que pidieran la admisión tod@s l@s posibles, que ya se irían l@s que no aguantaban. Pero yo he visto, que esto ha dejado a bastantes fundid@s y herid@s entre l@s que se han ido y l@s que se han quedado.

Acaso el fin de servir a la Iglesia (o al Opus Dei) justifica esta manera de proceder?

El o la numeraria antes de pedir la admisión no sabía los alcances del compromiso que asumía. Empieza a enterarse después, pero entonces el mensaje es que no hay marcha atrás, porque una vez “visto” el camino, salirse de la “ barca” es ir al naufragio y traicionar a Dios.

En mi caso pienso que todo fue para bien! Estaré racionalizando?, A lo hecho pecho. La vida buena es cara, la hay más barata, pero no es vida!

Deseo que la Iglesia ayude al Opus Dei a incorporar prácticas saludables que reflejen su carisma.

Deseo también que l@s numerari@s entiendan a qué se comprometen al pedir la admisión y tengan el tiempo necesario para reflexionar si eso es lo que les conviene.

Es irónico que un Papá Jesuita sea el que brinde ayuda al Opus Dei para esto. Pero al fin y al cabo fue un sacerdote Jesuita el director espiritual de San Josemaria y el que lo animó a seguir con su proyecto del Opus Dei.

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