Como suponía en mi colaboración anterior Sobre el uso de insignias pontificales, no fue Fernando Ocariz el primer prelado que las usó antes de ser obispo por la gracia de Dios y de la Sede Apostólica (no lo ha sido ni lo será ninguno de sus sucesores según establece el Motu proprio del papa Francisco).

El domingo 24 de abril de 1994, tras haber sido elegido por el segundo Congreso General Electivo, Javier Echevarría tomó posesión solemne de su cargo, en la iglesia prelaticia de Santa María de la Paz, siguiendo casi al pie de la letra lo prescrito en el Ceremonial de Obispos.

A la puerta de la iglesia don Fernando le presenta a besar un crucifijo y luego un acetre con su hisopo para que se dé a sí mismo y a los presentes el agua bendita. Lo acompañaran a la capilla del Santísimo y luego a la sacristía a revestirse de los ornamentos e insignias pontificales.

Ya en la cátedra el prelado escucha la salutación que le dirige Fernando Ocariz, flamante Vicario General del Prelado y uno de sus Custodes para, llegado el momento, pronunciar la homilía ceñida la mitra en la cabeza y empuñando el báculo pastoral.

Al final de la misa, el prelado - siempre desde la cátedra - impartió la bendición apostólica, concediendo la indulgencia plenaria a los presentes.

Inmediatamente, los sacerdotes concelebrantes, comenzando por el Vicario General, rodilla en tierra procedieron - como hacen los cardenales con el Papa recién electo - a prestar “obediencia” al nuevo prelado, cuyos pies reposaban en mullido almohadón. Posteriormente y desde el plano de la nave, recibió el homenaje de los electores y de sus hijos que viven en los centros dependientes del Consejo.

 Esto de la “obediencia”, todo sea dicho, está previsto que lo hagan los presbíteros y algunos fieles con su nuevo obispo, los monjes con sus abades y los religiosos con sus superiores. Quizá, en los tiempos que corren, lo que ha variado es el modo.

Queda claro pues que no fue Fernando Ocariz el primer prelado en usar las insignias pontificales sin ser nombrado obispo, él solo siguió lo que quedó escrito en la correspondiente ficha de "experiencias". Acá quedan estas imágenes, para perpetuas memorias, por si luego los originales se pierden, con mi agradecimiento a quien amablemente me las hizo llegar.

Haenobarbo