Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: Resaca de verano.- Antonio Moya Somolinos

125. Iglesia y Opus Dei
Antonio Moya :

 

En un lugar de Hispania de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho (el verano pasado) hubo un curso anual de numerarios en el que J.M.V.G.P., numerario, canonista comprometido con las posiciones del Opus desde que se erigió la prelatura, dio una de las charlas, en la que arremetió contra el Papa ridiculizando el motu proprio Ad Charisma Tuendum así como la constitución Praedicate Evangelium, dejando al Papa como un verdadero ignorante en materia de derecho canónico.

En este mundo globalizado uno se entera de todo. Hacía tiempo que no tenía noticias de J.M.V.G.P. Es un tipo simpático pero muy ácido respecto de la jerarquía de la Iglesia, quizá como compensación psicológica para mostrar ese “complejo de superioridad” del que tanto se habla y se fomenta por parte de los directores del Opus para argumentar que son “hijos predilectos de Dios”, que eso es para ellos la filiación divina, el aspecto más importante de su espíritu, según dicen y según decía continuamente su fundador, el marqués emérito de Peralta...



El citado canonista es, podríamos decir, a pesar de sus sesenta y pico años, un exponente de la vieja guardia opusina, cuya referencia es Villa Tévere en vez del Vaticano, con odio-ironía hacia los jesuitas, como no podía ser menos, lo que hace que lleve unos 9 años y medio como si estuviera siendo purgado con agua de Carabañas.

Por estas mismas fechas, en otro curso anual, Marianín, o sea Fazio, estuvo de tertulia con unos numerarios y salió a relucir el Motu Proprio. El vicario del protonotario apostólico supernumerario Ocáriz se mostró conciliador. Tuvo palabras de elogio contenido hacia Giancarlo Ghirlanda, recién nombrado cardenal, jesuita él, y quitó importancia a la ya próxima reforma de estatutos que se avecina, diciendo que es algo normal y que no va a plantear ningún problema hacerlo. Se ve que ha aprendido la lección del verano anterior en la que se fue del pico comentando la estancia de un obispo en una casa de convivencias del Opus y, por tanto, vulnerando el derecho a la intimidad de ese obispo.

Es lógico que J.M.V.G.P. se dedicara a dar coces al Papa. Al fin y al cabo, viene siendo utilizado por los directores del Opus desde hace por lo menos 30 años para fundamentar jurídicamente algo que se ha visto que es una mentira: el carácter cuasi episcopal del prelado, la conveniencia de que sea obispo, el carácter de pertenencia de las prelaturas personales a la estructura jerárquica de la Iglesia.

Que de la noche a la mañana Ocáriz, sin más razonamientos, reconozca que el prelado no tiene por qué ser obispo, después de su escrito de 1991, del que nunca se ha desdicho, todo esto deja con el culo al aire a los profesionales del Opus que se han dedicado durante décadas a bailarle el agua al prelado abdicando de su criterio profesional para ser unos auténticos borregos intelectuales que demuestran que ni siquiera se han leído con atención los cánones 294 a 297 del Código de Derecho Canónico.

Ante una situación así solo caben dos posturas: O envainar o insistir hasta la muerte en la ignorancia y en la falta de humildad intelectual. Parece que J.M.V.G.P. ha optado por lo segundo, por la huida hacia adelante antes que reconocer el continuado error y la continua mentira desde 1982 hasta hoy.

Ahora bien. Si los directores saben perfectamente esto y cómo es J.M.V.G.P. ¿cómo es que le encargan dar una charla de este estilo ante dos docenas de numerarios en el curso anual?

Parece como si Fazio fuera el “bueno” de la película y J.M.V.G.P. el “malo”, pero al que se da voz institucionalmente para que haga un poco de trabajo sucio que ni Ocáriz ni Fazio quieren hacer.

Sea como fuere, parece que con vieja guardia o sin ella, no queda más remedio que hacer ese famoso borrador de estatutos y presentarlo pronto. No lo he podido confirmar, pero parece que el Papa les ha dado un plazo de modo que, si en diciembre no estrenan nuevos estatutos, “nuevo Opus Dei”, serán intervenidos como una larga y cada vez más extensa lista de instituciones que más que servir a la Iglesia lo que hacen es darle problemas.

En cuanto al modo de aprobar esos nuevos estatutos parece que se va a evitar lo establecido en los actuales estatutos, precisamente para evitar que esa vieja guardia saque los pies del tiesto. Será el Papa quien los apruebe con su autoridad de legislador supremo de la Iglesia a partir de ese borrador que deberá ajustarse a las líneas rojas que parece que también se les ha señalado.

Por lo pronto, Ocáriz ha convocado a 170 individuos al famoso “simposio del centenario”. No os perdáis el enlace: “Be to Care”: tormenta de ideas con la vista en el centenario del Opus Dei - Opus Dei

Y yo me pregunto, como en el Apocalipsis: esos 170 individuos ¿Quiénes son y de dónde vienen?

No es cuestión de hacer apuestas, pero me jugaría los dedos de una mano y dos o tres de la otra a que esos 170 misteriosos personajes que van a pasar unos días en Roma son congresistas del Opus Dei camuflados.

Puede ser que no se haya convocado un congreso tal y como estatutariamente debe hacerse. Puede ser que, al amparo de ese simposio en el que todo cabe, se haya convocado a esos 170 posibles congresistas, que probablemente son menos de los totales, para formar una especie de “núcleo duro” que tome una postura unánime con vistas a un eventual congreso. O quizá ni siquiera eso. Podría ser que esos “congresistas” hubieran sido convocados no como tales sino a título individual para trabajar contra reloj en ese borrador que hay que presentarle al Papa para la refundación del Opus Dei.

En cuanto al ambiente creado en el seno del Opus por el Motu Proprio, la sensación que tengo, tras lo oído este verano, es que están todos en estado de shock, aunque hay tres modos de entender el mismo entre los numerarios.

En primer lugar está la vieja guardia, cada vez más vieja y decrépita, desnortada totalmente, desubicada en un mundo que cada vez entienden menos, insoportables en sus centros, perdidos en las mil y una manías de solterones místicos, hijos predilectos y coetáneos del marqués emérito de Peralta, todo el día “encomendando” que el Papa muera cuanto antes y que la salvación de la Iglesia, de la que ellos son protagonistas, pues “recibieron el espíritu del Opus Dei de labios del fundador”, se abra paso, ya que “el Cielo está empeñado en que la Obra se realice”.

Hay un segundo grupo muy minoritario, el de los numerarios bienpensantes, que no es que hablen poco; es que no hablan nada, ya que en el Opus Dei quienes están más a gusto son los mudos y los muertos. Los de este grupo han entendido perfectamente el Motu Proprio, y en consecuencia, callan, como no podía ser menos, en espera del nuevo Opus Dei, ya próximo.

Un tercer grupo, el mayoritario, formado por aquellos que piensan que lo importante es lo espiritual, no lo jurídico, olvidando que el fundador y su primer sucesor nos tuvieron día y noche rezando por “la forma jurídica definitiva” durante muchos años porque la misma era la “garantía” del camino seguro que daría estabilidad a la fisonomía espiritual del Opus Dei y de sus miembros para siempre. Este grupo es totalmente acrítico e inculto en materia canónica.

Este grupo ha optado sin darse cuenta por no pensar, por tirar para adelante, aunque no entienden la esterilidad sobrevenida y severa que ven con sus propios ojos en el Opus Dei desde hace años: centros que se cierran por doquier, ausencia de nuevos miembros numerarios, desbandada de numerarios y agregados imparable y cuantitativamente mucho más numerosa desde hace unos veinte años, fusión de centros, de regiones, de delegaciones, peligro de extinción de las numerarias auxiliares, cierre de casas de retiro (como por ejemplo, la Zulema, en Aracena, que empieza ahora un cierre de seis meses que podría ser definitivo), cierre de centros de estudios (como Almonte, Santillana, etc.,), descenso meteórico de alumnos del Colegio Romano de Cavabianca (lejos quedan los 250 alumnos de los años ochenta; ahora solo hay sesenta, y muchos de ellos mayores de cuarenta años, ya que para ordenarse ya no hay apenas numerarios veinteañeros y hay que echar mano de numerarios mayorzotes, profesionalmente oxidados, de delegaciones fusionadas, que se han quedado “sin trabajo”, y cuya única salida es hacerse curas y vivir como curas de la prelatura, es decir, con poco “tajo”, como los antiguos curas “de misa y olla”).

En cuanto a los supernumerarios, hay de todo, pero sobre todo suelen ser ignorantes del motu proprio, totalmente incultos en esa materia y ajenos a lo que está pasando, totalmente acríticos, como el tercer grupo de numerarios mencionado.

Por lo demás, se advierte un cierto caos en general: Muchos numerarios ya no hacen la charla, cada vez más supernumerarios tampoco; la gente del Opus Dei cada vez se confiesa menos “en Casa”, las convivencias de supernumerarios ya son de 5 días en vez de los siete de antaño, aunque con tres días de asistencia ya les ponen la cruz para indicar que han ido, incluso haciéndolas como “externos”. Muchos numerarios “desaparecen” del centro y vuelven a aparecer sin que se sepa dónde y cómo han estado en ese tiempo. El cilicio y las disciplinas pasaron a la historia en la mayoría de numerarios y agregados. Ya son bastantes los que no entregan el sueldo al secretario, sino que entregan solo el dinero que cuesta vivir en el centro; la “Administración” ya no sirve el plato a los señoritos numerarios en el comedor, sino que estos se apilan en el extremo de la mesa y la “doncella” (como internamente se conoce a quien servía la mesa) los retira todos a la vez; en cuanto a las películas, cada cual ve en su dormitorio la que le gusta, en el ordenador o en el móvil o en la tablet. Las tertulias siguen igual de aburridas pero cada vez hay menos temas de qué hablar, aunque el fútbol es un lugar muy socorrido para quienes san Josemaría definía como “los aristócratas de la inteligencia”.

Si hay algo muy generalizado en el Opus Dei es que una gran mayoría lee OpusLibros, aunque no en el ordenador, pues el wifi del centro podría dejar constancia en el historial de búsqueda de las consultas efectuadas. Mientras existan los smartphones se puede leer OpusLibros sin problemas. Esto es algo con lo que el miope de san Josemaría jamás soñó.

En cuanto al tema de las 43 ex numerarias auxiliares, en la sección de mujeres se sabe, pero no se habla. En la de varones se sabe menos y tampoco se habla.

La reapertura del caso de Gaztelueta ha supuesto un nuevo quebradero de cabeza que se une a los ya nutridos casos de pederastia. En cuanto a los casos de abusos de poder y de conciencia, eso es una historia que no ha hecho más que empezar, aunque en el Opus Dei lleva desde toda la vida y dentro de poco van a empezar a aflorar los casos como setas.

Hablando un día del verano pasado con un amigo numerario, de los del segundo grupo, de los bienpensantes, coincidíamos en que nunca el Opus Dei tuvo tanto dinero, tantos inmuebles, tantos colegios, tantas influencias, tantas fundaciones y sociedades opacas y nunca ha estado peor. Los dos coincidimos en que los mejores momentos del Opus Dei fueron aquellos del Sotanillo, en la calle de Alcalá, en los que quizá tendrían problemas para pagar la consumición, pero tenían claro el carisma y las ilusiones y estaban libres de tantas regulaciones, criterios, catecismos, praxis, glosas, instrucciones, etc. Y sobre todo estaban libres de “controladores y tocahuevos” y de esa asfixia espiritual de la que “disfrutan” hoy día.

Antonio Moya Somolinos.

 




Publicado el Monday, 26 September 2022



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 125. Iglesia y Opus Dei


Noticia más leída sobre 125. Iglesia y Opus Dei:
El Opus Dei, Instituto Secular (III): Conmemorando las bodas de plata.- Idiota


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.139 Segundos