Pero en este gran escenario, lo que sí distinguimos todos, es que indudablemente hay de locuras a locuras… Cuando yo era del Opus (pensando hoy en la más pura observación de la fe y de nuestra propia naturaleza humana), pienso que era un verdadero loco de remate, un auténtico loco de atar (podría definirlo con otra denominación, que empieza por la sílaba es…). Pero no era un loco de amor a Dios como románticamente era lo que suponía yo ser, sino un total loco desorientado siguiendo a otras gentes más locas aún…

Haciendo un brevísimo recuento, aquí 10 joyas de esta demencia de atar:

1. Tragarme al principio y por muchos años el cuento de la vocación divina, de toda la eternidad dada por Dios para ser numerario del Opus.
2. Tragarme ese mismo cuento de boca de un zoquete que se hizo mi amigo con el único objeto de captarme para el Opus.
3. Pensar que un señor don nadie* era mi Padre espiritual.
4. Pensar que los padres, hermana y hermano, y todos los parientes de ese señor don nadie eran como mis tíos, abuelos y abuelas (viendo sus fotitos de antaño en las frías casas donde vivía, como si el colocarlas allí ya le dieran ese carácter de familia y hogar… ¡Qué cosa tan ridícula!).
5. Exaltar a ese señor como un “predilecto” de Dios por fundar esta institución.
6. Exaltar a ese señor como ejemplo de lo que debía ser mi vida.
7. Aceptar que el Opus es una familia, con lazos más fuertes que los de sangre (¡todavía más ridículo aún!).
8. Aceptar abrir enteramente mi intimidad a cualquier tipo en turno (o director) en las charlas fraternas (y que después propagaba indebidamente en juntas locales y demás).
9. Renunciar a mi futuro y producto de mi esfuerzo profesional-laboral, dando todo mi dinero a esta institución.
10. Renunciar a mis ilusiones de amor de juventud, y a mi sana sexualidad.

Todas estas ridiculeces y locuras hacían perfecto sentido para mí cuando era del Opus. Todas estaban perfectamente alineadas a esa ingenuidad e insensatez. De cada una de ellas hay cientos de correos experienciales que se leen en Opuslibros. Todo es falsedad, y toda esa falsedad se vive en ese estado de locura (pienso, como ejemplo, en el numerariodebarrio: ¿Cuánto le va a durar ese impulso? Me apena en el buen sentido, me duele que todo joven siga allí en esa locura Opusina).

Pero la buena noticia que hay para ti es que al final todas estas sandeces y locuras son extremadamente fáciles de solucionar (al menos esta clase de locura que es verdaderamente dañina), pudiendo dar un paso a ser sólo un loco-sano más en este mundo. Y ¿Cómo se puede dejar de ser este loco de atar de forma tan sencilla? Ah, pues sencillamente salte de allí… (al menos ESE ES EL PRIMER PASO). Recuerda que las puertas para salir del Opus “están abiertas de par en par” (dicho por ese mismo señor al que me refiero).

Dentro de los estatutos que hoy se están revisando, definitivamente habrá alguno que refiera el dejar de coaccionar con rollos divinos -y otras muchas artimañas que bien se conocen- para que no salgas de allí. Y si te coaccionan, esa sería una prueba más de la clase de secta que son (una razón más que apuntala justamente la razón de salir).

“Hay que aprender en cabeza ajena” se dice por allí, o de plano sólo usar la lógica y el sentido común que clama no seguir a un montón de locos en un sectario camino. Dirán: ¡Claro que estamos locos, locos de amor por Cristo! Pero una cosa es amar con locura a Cristo y otra cosa es hacer literalmente estupideces (aquí sí lo digo) como las joyas mencionadas.

Definitivamente es una locura brindarte y entregar tu vida en el Opus. Así que, atendiendo a los tiempos de hoy sobre lo que habrá de cambiar o no con los dichosos estatutos (el buen Papa les da un buen jalón de orejas, indiscutible efecto POR EL MAL QUE REALIZAN), quedan para tu reflexión estos aspectos de demencia para tu consciencia. Los argumentos que tienes para debatirlos tarde o temprano se desvanecerán, dando paso a tu sana locura.

JasonJonas

PD:

*En mi propia apreciación, esta denominación es exacta. Un fulanito llamado Jose Maria Escriba era un perfecto desconocido para mí en aquel entonces. Cuando entré al Opus lo exalté y pasó a tener el mayor significado (totalmente impuesto al aceptar la doctrina del Opus), pero ahora lo vuelvo a ver como lo que es, un don nadie... Si acaso -lo comentaba en mi primer correo hace años- de este señor considero que sí amo a Dios, pero al final hizo una obra para sí, una obra que, a la luz de los hechos, hace mucho más mal que el bien que dice hacer.

Un ejemplo claro es el caso de las 43 ex-numerarias auxiliares, así como el de Gaztelueta y otros que han salido a la luz (y tantos más que no son tan públicos pero que son vejaciones de todo tipo, basta leer Opuslibros). ¡Qué inhumanos! Primero están los derechos humanos de las personas y después toda la palabrería de fe que dicen seguir, pero que no se acerca a la humanidad y caridad de Cristo... Está bien propagar muchos rezos divinos, pero mejor es propagar y actuar en la propia dignidad humana (que es la verdadera dignidad y caridad cristiana)... Con o sin nuevos estatutos ¿¿qué esto no lo ven?? El Opus es soberbio hasta la médula…

Si este señor fundó, construyó y propagó toda esta infamia, nada más lejos de ser modelo de santidad y ejemplo de vida… Para mí, es un don nadie.