Hondo :
Comparto todo lo que escribe hormiguita en su entrega anterior. Si la Obra quiere una revisión que la fortalezca institucionalmente, sea cual sea su encuadre jurídico, tiene que hacer un auténtico compromiso con la verdad.
Esa sinceridad salvaje que nos exigieron a nosotros desde niños, vivirla el propio Opus Dei.
Y no hace falta que sea "salvaje" (recuerdo los detalles humillantes a los que había que llegar y me dan escalofríos), basta con que se reconozca honestamente lo que no se hizo bien sin matices. Hormiguita señala de manera concisa el camino.
Si hacen eso, aire fresco entrará en la institución. Y lo bien que le vendría.
Otro aspecto que deberían revisar es el del proceso de salida de la Obra. El trato con los que se van.
La Iglesia tiene una experiencia milenaria. La Obra, apenas se acerca a su centenario. Podría aprender de otras instituciones como se acompaña a las personas que han dado su tiempo, su dinero, sus energías... a veces por décadas y en algún momento ven que ya es tiempo de irse.
Otras instituciones lo hacen con mucha delicadeza y sin agendas ocultas. La fraternidad no debería terminar un minuto después de la salida. Que alguien se vaya de la Obra no debería convertirlo en un paria.
Ahora se ha cambiado el RELATO (hasta se nos dicen cosas insólitas, que Don Álvaro en una ocasión elogió la labor de un ex numerario... que don Javier pedía perdón a quienes se marchaban... "Cosas veredes, Sancho, que non crederes"...).
Como los periodistas siempre preguntan sobre esto, los jerarcas se deshacen en afecto verbal para las personas que pasaron por la Obra. Ok, ese es el cuento que hay que decir. Directivas de la AOP: Palabras, palabras, palabras.
Reconozco que es mucho mejor que lo del rejalgar y la segura infelicidad temporal y eterna que nos auguraba el cariñoso fundador... Pero NO ALCANZA.
¿El Opus Dei va a hacer ALGO en serio sobre esta cuestión?
- A muchas personas es necesario compensarles el daño poniendo dinero. Lo que haga falta. Empezando por las numerarias auxiliares.
- A muchas personas se las debe rehabilitar. Si bien de quienes se iban ya no se hablaba más, en ocasiones se dijeron calumnias de diverso calibre sobre ellas: que se había escapado con la secretaria, que se había liado con una supernumeraria viuda (estas dos me las dijeron a mí y resultaron ser absolutamente falsas). Otras perdieron sus trabajos por indicación concreta de los directores. "Que parezca un accidente": de pronto había que reducir personal, mover horarios, o directamente te echaban sin explicaciones. En Obras corporativas y labores personales esto pasó muchas veces.
Hay directores (los que tomaron esas decisiones o las ejecutaron, no un imberbe que ni sabe de que se trató aquello) que tienen que ir a ver a esas personas y decirles PERDÓN, ESTUVE MAL, LO SIENTO.
-Incluir en las oraciones por los difuntos a aquellos que "participaron de los apostolados de la Obra" (se entiende que se refieren a los que pasamos por la noria, pero lo pueden disimular elegantemente).
La Obra ha hecho cosas buenas, nadie lo niega, pero ha dejado un tendal de escombros humanos a su paso. Tienen que reparar eso.
Porque si el tema del congreso es actualizar a veinte la contemplación de los misterios no hay esperanzas.
Pero pueden cambiar. Aunque ya no tengo NINGUN contacto con nadie de la Obra, me gustaría ver que las nuevas generaciones lo hacen mejor.
Después de todo, uno se ha dejado más de media vida dentro del Opus Dei.
Hondo
Publicado el Monday, 23 January 2023
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