Todos recordamos y en estas páginas de Opuslibros se ha comentado en varias oportunidades, que el fundador exigía que los supernumerarios, al hacer su aportación mensual, consideraran a la Obra como un hijo más. Pues bien, esa idea, como tantas otras que hemos visto que no se le ocurrieron a él, tampoco fue suya.

Leyendo una especie de libro entrevista, referido a un personaje español, encuentro el siguiente dato: a una pregunta relativa a la religiosidad del personaje, su hija, rememorando sus recuerdos de infancia, responde:

".... Pero una cosa que le preocupaba, para ser un buen cristiano, era cuánto dinero tenías que dar a los pobres. Eso lo recuerdo perfectamente, y también recuerdo que había preguntado a sacerdotes, y que le habían dicho que no sé qué santo, me parece que San Francisco de Sales, había dicho que hay que repartir tu dinero y tus rentas entre tu mujer, tus hijos y tú mismo, y que los pobres son un hijo más, que eso era lo justo."

Es una lástima que la cita sobre el origen de la idea no sea exacta y por lo tanto no se la podamos atribuir sin más a san Francisco de Sales, pero lo que sí es cierto, es que la idea original no fue de Escrivá. Este seguramente la leyó en los escritos de algún santo, tomó nota en uno de sus papelitos y luego le encajó la idea a los supernumerarios, atribuyendo a la Obra el papel de "los pobres" a los que se refería el Santo de marras.

Evidentemente los pobres a los que se refería el Santo dueño de la idea, son los mendigos, los que extienden la mano pidiendo una limosna o un mendrugo de pan, los pobres vergonzantes, aquellos que por diversas razones vivían en situación de pobreza extrema y no se atrevían a salir a pedir, los huérfanos de los orfanatos, las viudas como la del Evangelio, los enfermos que no tenían para comprar una medicina, los padres cuyos salarios apenas alcanzaba para llevar a su casa el alimento y el vestido para los suyos, aquellos que no tenían cómo enterrar a sus muertos.

En el Opus Dei no se daba limosna y a los miembros se les enseña que esos pobres ya están atendidos por otras instituciones y que, en todo caso, si alguien se extrañaba de esa conducta, se debía decir que la Obra como institución ya se encargaba de ello ¿lo hacía? No lo sé porque nunca se ha hablado de eso.

Pobre era la Obra y en la enseñanza y práctica del fundador era a ella a quien había que tratar y dotar como a un hijo más. El fundador se apropió para la Obra de lo que aquel Santo aconsejaba que se diera a los pobres de pedir como un acto de justicia.

Haenobarbo