Opuslibros - Legionarios y Numerarios.- JasonJonas

JasonJonas :

Cuando era del Opus había una consigna informal -no oficial- que era nunca hablar de los Legionarios de Cristo, o cuando ocasionalmente se hablaba de ellos se hablaba con un dejo de superioridad, viéndolos como una institución que “copiaba” en todo al Opus. Aquí no importaba si estos acercarán gente a Dios y a la Iglesia, importaba más el recelo que esto provocaba porque no éramos nosotros quienes los acercábamos, sino ellos; además de que en el apostolado/proselitismo los jóvenes se dirigían a sus centros o labores apostólicas en lugar de con nosotros. En palabras llanas y en el argot de los negocios, eran “la competencia directa” (el término negocio no está tan fuera de lugar aquí)…

Al margen de los muy delicados y horrorosos acontecimientos sucedidos en esta institución (evidentemente la aborrecible conducta de su perverso fundador), encuentro más congruencia en lo que en aquel entonces esta institución comunicaba ser y lo que era, que con respecto al Opus en los años en que viví allí (al menos desde mi conocimiento). No sé si esto haya cambiado con la intervención papal y las reformas que hayan tenido en su momento, pero yo distinguía dos elementos que me parecían más congruentes que en mi caso siendo numerario:

• La primera es que uno podía entregar solo años a su servicio (así lo escuchaba yo). Es decir, se te pedía o tu decidías dedicarte por un tiempo definido a sus labores apostólicas. Yo escuché alguna vez a algún joven en nuestro centro decir: “Estuve 2 años comprometido con los Legionarios y ya concluyeron, así que ahora a otra cosa”. Claro que también aquí se abría la posibilidad de acoso doctrinal (de entrega rigurosa a Dios muy al estilo del Opus), pero al menos lo veías como un tiempo específico el cual tu valorabas en consciencia y libertad si seguías o no. En el Opus no, en el Opus “tu entrega” es de tiempo total -toda tu vida literalmente- y pobre de ti y de tu consciencia si osas pensar mínimamente en salirte de allí (miedo infundido).

• Y la segunda es que creo recordar que al miembro legionario se le denominaba “consagrado”. Es decir, se reconocía que este miembro realizaba votos de castidad, pobreza y obediencia. Así que el legionario era realmente un consagrado “viviendo en el mundo”, siendo un joven más inmerso en las actividades de la sociedad. En este sentido yo no distinguía si cantidad de jóvenes que para mí eran simple laicos y que veía dedicarse a esta organización (por ejemplo llenando sus congresos universitarios) tenían esta consagración o no, pero lo que sí es que si éstos eran legionarios, entonces formalmente eran consagrados. En cambio nosotros, siendo numerarios, nunca nos denominamos como tal cuando en realidad éramos -en la práctica real de nuestras vidas- personas más consagradas y religiosas que un monje, viviendo como adeptos de una institución que nos custodiaba en todo -por máximos policías llamados directores- en una supuesta vida de no-votos...

Yo recuerdo que pensar en términos de votos en el Opus era prácticamente un pecado, y defendíamos a capa y espada nuestra laicidad a costa de acaloradas explicaciones y discusiones para toda persona en todo tipo de circunstancias y conversaciones, haya sido en la universidad, trabajo o familia… Pero lo cierto es que para efectos prácticos vivíamos los votos como el que más.

A mí me tocó ya la época de la Prelatura Personal, que para "acabarla de amolar" es una figura que siempre fue falsa en lo que nos comunicaron ser al no formar parte de “la Opus” (todo claramente explicado en varios correos de esta web acerca de quiénes eran realmente miembros o no). Así que en el Opus éramos lo que no éramos, tanto en la vida real como en el aspecto jurídico-canónico.

Por eso, considerando estas razones, encuentro mucha más congruencia en los Legionarios que con respecto al Opus: Ellos aceptaban formalmente ser consagrados metidos en los aconteceres ordinarios del mundo, y no como el Opus, tratando de comportarnos como gente normal pero muy lejos de lo ordinario del mundo.

En el Opus, cuando muchos nos dimos cuenta de sus trapacerías y engaños religiosos-doctrinales, pudimos “librarla” mandando a la porra toda amenaza en contra de dejar a la institución, pero muchos otros fueron arrojados al mundo de las drogas terapéuticas para “salvar su dichosísima e inventada vocación”. Yo me pregunto, ¿este INFAME Y PERVERSO camino se habrá seguido también con los Legionarios?

Sobre estas prácticas en los Legionarios yo no escuchado o leído nada, pero del Opus sobran los casos: La tristemente famosa cuarta planta de la clínica universitaria de Navarra y la gran cantidad de “fantásticas medidas espiritualmente saludables” que el Opus encontraba para retener a sus adeptos, como poner a psicoterapeutas numerarios(as) y supernumerarios(as) recetando antidepresivos por doquier, simplemente por poner en duda su dizque vocación en el Opus, o porque alguien ya pretendiera largarse de allí… En estas acciones médico-espirituales, que por supuesto son de una total inmoralidad, NO CABEN las palabras que puedan describir tal villanía: Esto es un perfecto reflejo de un completo fanatismo y de una distorsión religiosa-sectaria de la cual se está completamente convencido (como su fast track santo fundador lo estaba): Así es como se es un buen cristiano y así es como se cuidan y protegen los asuntos de Dios (drogando a sus miembros…). Ah, y encima de todo, así es como se gana el cielo de por medio, siendo fiel a tu dizque vocación… ¡Caray, estas acciones son simplemente enfermizas e inhumanas!

Regresando al tema de la incongruencia, dirían los del Opus: ¿Por qué tendría que decir que soy numerario del Opus si no cambió en nada mi situación laical? (como en el caso de los legionarios que se reconocían consagrados). Pero al ser numerario ¡vaya que sí es cambiar radicalmente tu posición laical!: No es sólo tener mayor trato con Dios practicando innumerables normas de piedad cada minuto del día, sino es volverte MIEMBRO de una institución radical con infinidad de compromisos como obligación de por medio. Esto es más que ser un consagrado, porque es ser en todo como un consagrado, pero a la vez negarlo.

A pesar de estas comparaciones entre Legionarios y Numerarios, en muchos aspectos ambos “are the same”. De ambas instituciones miles y miles de miembros han sufrido agravios, vejaciones y manipulaciones en contra de su persona y de sus consciencias, en donde se pueden encontrar iguales o similares eventos de adoctrinamiento y de invenciones de “entrega y vocación” a cántaros (sobre todo también en niños y jóvenes). Por ello de cualquier institución sectaria -dentro o fuera de la Iglesia- hay que estar siempre muy alejados, y también mantener muy alejados de estos ambientes a nuestros propios hijos e hijas, y familiares todos.

Para concluir, a mi parecer los legionarios no escondían lo que realmente eran, y en este sentido eran más congruentes que el Opus, porque en el Opus decir que se era numerario(a) para mí siempre ha sido un estigma.

JasonJonas

Publicado el Monday, 03 July 2023