El Tercer Reich, la URSS y el Opus Dei

Jacinto Choza. 7/07/2023

Queridos Agustina, Gervasio y todos:

            Hace unos días estuve con un amigo, numerario desde los 14 años y medio y que se acerca a los 70 años. Ha pasado mucho tiempo de baja laboral por trastornos psíquicos con diagnósticos dudosos, y ahora que ha cambiado de médicos, que ha dejado la medicación, y que ha caído en la cuenta de que su enfermedad no es orgánica sino provocada por la configuración biográfico-existencial de su vida, empieza una nueva vida con muchas ganas de vivir.

            Siente que su enfermedad ha consistido en que a los 14 años y medio, cuando le hablaron para pitar y se hizo numerario, le robaron su vida, su familia, su mujer, sus hijos, su casa, su dinero,  y todas sus ilusiones e iniciativas. Ese es el perfil de muchos de los usuarios de esta web…

            Ha hablado con un director de la Prelatura, antiguo amigo suyo, y se ha sentido comprendido y apoyado en su decisión. En esa decisión de empezar una nueva vida la salida de la Prelatura aparece como una posibilidad opcional, y no demasiado relevante.

            Mira, Jacinto, nadie sabe qué tipo de vinculación tenemos ahora con la Prelatura, y nadie sabe en qué puede consistir desvincularse de ella.

Punto 1.- He pensado en mi amigo y lo veo como un oficial alemán en enero de 1946 o un oficial de la URSS en enero de 1992. Y a su antiguo director lo veo como el doctor Zhivago. Es verdad que el Opus Dei no es un estado, pero confiere a sus miembros célibes un estatuto tan determinante de sus vidas como los estados nacionales a sus ciudadanos, o más. La ciudadanía es una identidad y el antiguo estado de perfección también lo es.

            Quiero comentar con vosotros dos, y con todos, esta analogía porque la encuentro útil para ubicar e identificar a distintas persona dentro y fuera de la Prelatura, y uno de los mejores sitios para  hacerlo es esta web.

            Creo que el motu proprio  Ad charisma tuendum del 14 de julio de 2022 tiene para la prelatura un significado análogo al que tuvo para el Tercer Reich la Batalla de Berlin de mayo de 1945 y para la URSS la disolución de la Unión Soviética entre marzo de 1990 y diciembre de 1991. Y también, a otra escala, un significado análogo al de la clausura del Concilio Vaticano II para la Iglesia Católica.

            Vamos por partes. En 1945 el Tercer Reich deja de existir jurídicamente y fácticamente, y en 1991 la URSS deja de existir jurídicamente y fácticamente. Eran ideales y proyectos efectivos de redención de la humanidad, protagonizada por alemanes y rusos que en muchos casos habían entregado su vida en cuerpo y alma a la causa. Millones de ellos habían muerto, los millones que quedaban estaban destrozados y no tenían un estado ni una autoridad que pudiera acogerlos y ayudarlos a recomponer sus vidas: sus ciudades, sus trabajos, sus casas, sus identidades.

            Poco a poco el Tercer Reich y la URSS se dividieron en naciones y estados diferentes, en los que los derrotados de esos dos grandes proyectos encontraron una nueva identidad y empezaron una nueva vida.

            El motu proprio de 2022  disolvió jurídicamente el proyecto de redención universal que la Prelatura había diseñado para su definirse a sí misma, integrando las sucesivas aprobaciones jurídicas de la Iglesia, en su interpretación particular de la Constitución Apostólica Ut Sit de 28 de noviembre de 1982.

Desde sus inicios la Prelatura era un proyecto en fase constituyente, como el Tercer Reich y la URSS, que a partir de 1945, 1991 y 2022, fueron respectivamente deslegitimados y declarados improcedentes, e iniciaron un nuevo periodo de redefinición que dio lugar en cada caso a una pluralidad de comunidades autónomas y heterogéneas.

            Punto 2.- Hasta aquí creo que la analogía vale en líneas generales. Ahora vienen las analogías entre el destino de las entidades y grupos  integrantes en cada gran proyecto inicial y entre el destino de las personas individuales de cada uno de ellos.

            El Tercer Reich se dividió en una Alemania doble, cada una con su propio patrimonio económico y cultural, autónoma, soberana. Eran dos países enfrentados entre sí.

            La URSS se dividió en las 15 grandes repúblicas que la constituían, cada una con uno o varios territorios más o menos autónomos, y el patrimonio económico y cultural de cada uno de ellos, originariamente propiedad del estado y del pueblo, pasó en parte a propiedad de los nuevos estados y en parte fue privatizado pasando a manos de los líderes político del partido único anterior.

            El Opus Dei del motu proprio de 2022 queda constituido por entidades diferenciadas y en cierto modo autónomas: 1) los sacerdotes de la Prelatura, 2)  los laicos consagrados de la Prelatura, hombres y mujeres, 3) los amigos y cooperadores de la Prelatura.

            Por lo que se refiere a su patrimonio económico y cultural, la Prelatura no es titular de bienes económicos excepto de algunos inmuebles simbólicos. Todos los bienes que utiliza pertenecen a sociedades autónomas con fines civiles sociales, que hacen posible la realización de sus tareas apostólicas.

            Para la ejecución del motu proprio, la prelatura ha celebrado un Congreso General Extraordinario, que comienza el 12 de abril de 2023 y que concluye en fecha no declarada, y en el que han participado 274 fieles, 126 mujeres y 148 hombres.

            La asamblea constituyente de Alemania Occidental establece, en el Consejo Parlamentario, la Ley Fundamental para la República Federal de Alemania en 1949. Konrad Adenauer se encarga de reconstruir la República Federal de Alemania, y por otra parte y en otro proceso, Wilhelm Pieck reorganiza la República Democrática de Alemania como primer presidente.

En el XXVIII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, de 1990, Boris Yeltsin reorganiza la Federación Rusa y coordina los antiguos países de la URSS.

            El Congreso General Extraordinario del Opus Dei (CGE), tiene cierta analogía con esos congresos de Alemania y de Rusia,  pues entre sus cometidos se encuentran las tareas de establecer las nuevas constituciones de las nuevas comunidades, la organización de sus economías y la definición de sus identidades jurídicas y culturales.

            ¿Cómo ha organizado el CGE la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, la comunidad de laicos consagrados, el colectivo de amigos y el de cooperadores? ¿Cómo quedan articulados entre sí? ¿En qué situación queda el patrimonio económico, y especialmente inmobiliario, en el que se ha estado apoyando la prelatura para realizar sus tareas? ¿Quién y cómo se gestiona? ¿Qué supervisión ejerce sobre él el dicasterio de los religiosos y personas de vida consagrada?

            Adenauer construyó un estado nación y tuvo un éxito que se denominó “el milagro alemán”. Pieck no tanto, y Boris Yeltsin no pudo evitar que los nuevos países de la Federación Rusa se convirtieran en estados corruptos gestionados por mafias.

Punto 3.-  Hay todavía otra analogía que tiene relevancia para la situación actual del Opus Dei. Aunque la República Federal de Alemania no se identificaba con el Tercer Reich, sí que en cierto modo se consideraba y fue obligada a considerarse como heredera de las indemnizaciones por los daños de guerra causados por el Tercer Reich.

            Las indemnizaciones por los daños de la guerra, provocada por el proyecto de salvación de la Iglesia y de la Humanidad  en el que consistía la prelatura Opus Dei, ¿serán asumidas por la nueva prelatura resultante de la Constitución Ad charisma tuendum? ¿Se pueden inventariar? ¿Se pueden juzgar? ¿Puede asignarle la Constitución ese cometido?

            Lo más parecido a un Proceso de Nürenberg iniciado sobre la antigua Prelatura Opus Dei es el conjunto de quejas, acusaciones y reclamaciones contenidas en la web Opuslibros y en las otras web hermanas.

            Los cometidos de esas web son tres:

1.- Hacer justicia a los caídos y maltratados por la prelatura durante la guerra.

2.- Prestarles cobijo a ellos en la medida de lo posible, o al menos escucharlos en su situación de desterrados a las tinieblas exteriores.

3.- Reclamar a la Prelatura que cumpla con unos cometidos concordes con los fines y medios de la Iglesia católica.

            ¿Hay una Fiscalía General del Estado en la Iglesia Católica? ¿Cabe un diálogo entre la fiscalía del Vaticano, la prelatura convocada de oficio como reo, y las acusaciones particulares? ¿Pueden presentarse como tales las webs hermanas?

Punto 4.-  Antes he dicho que la analogía entre el Tercer Reich, la URSS y el Opus Dei se puede hacer extensiva a la iglesia, y ahora me gustaría decir por qué.

            Se puede porque la Iglesia Católica, desde la encíclica Mirari vos de Gregorio XVI, de 1832, en que se condena el liberalismo como pecado y se prohíben dichas ideas a los católicos, hasta la llegada al pontificado de Juan XXIII en 1958, mediante las encíclicas, condenas y excomuniones generales de Pío IX, Pío X, Pío XI y Pío XII, a los socialistas, comunistas, librepensadores, lectores de libros prohibidos, etc., ha estado deportando a las tinieblas exteriores a muchos más millones de fieles que disidentes de la URSS deportó Stalin a las estepas heladas de Siberia desde 1922 a 1953.

            Se puede establecer la analogía entre el Tercer Reich, la URSS, el Opus Dei y la Iglesia Católica, porque, salvando las distancias, el Concilio Vaticano II supone para la Iglesia Católica una propuesta de modificación y actualización que tiene analogía con el Congreso que establece la Ley Fundamental para la República Federal de Alemania en 1949, con el XXVIII Congreso del Partido Comunista de la URSS de 1990 en el que Rusia se convierte en una federación democrática, y con la propuesta de reforma que el motu proprio Ad Charisma tuendum encomienda al Opus Dei.

            La aplicación de las directrices del Concilio Vaticano II a la Iglesia Católica, emprendida por las conferencias episcopales de diferentes países,  y especialmente la emprendida por el Papa Francisco en la Iglesia Universal, ha desatado en la misma Iglesia una especie de guerra civil o de guerra fría, entre los partidarios del Antiguo Régimen que emana de del Concilio de Trento y los partidarios del Nuevo Régimen que emana del Concilio Vaticano II, y esta guerra civil o guerra fría parece tener su reflejo en el CGE del Opus Dei.

            Parece ser que para el sector del Antiguo Régimen de la Prelatura la esperanza de una pronta muerte del Papa Francisco podría revertir la situación del Opus Dei a la interpretación que la Prelatura hizo de la Constitución Ut sit.

Punto 5.- Bueno, este apartado es el más importante y al que quería llegar, pero me parecía muy importante contextualizarlo sociológicamente, políticamente y jurídicamente. Porque en este contexto es donde viven su drama mi mencionado amigo, que comparte el perfil de tantos usuarios de la web Opuslibros y su amigo el doctor Zhivago. Yo también conocí a un Zhivago durante el tiempo que estuve en la Prelatura.  Da pena esa muchedumbre de deportados a las tinieblas exteriores, en muchos casos desprovistos de unas condiciones de vida dignas y de una integración social adecuada, porque son como ovejas sin pastor, vagando por campos de batalla y por desiertos, sin que alguien les ofrezca un refugio para descansar un rato.

            Creo que esta web cumple de algún modo la función del buen pastor para los deportados, y quizá también para los que todavía viven en territorios por definir constitucionalmente.

            Dirijo esta carta a Agustina y a Gervasio especialmente, y a todos, para daros las gracias de todo corazón por asumir de alguna manera la tarea de buen pastor, y también para darle las gracias a los doctores Zhivago.

            ¿Hay más doctores Zhivago ahí dentro? ¿Cuántos territorios comunicados e incomunicados hay ahora ahí dentro? ¿Qué es lo que cada uno puede hacer en el lugar del sistema que les ha tocado ocupar?

            No sé. Escribo esto porque me parece una descripción útil para que algunos, no sé cuántos, tomen mejor conciencia de la situación general y de su posición singular.

Si esto es una fantasía desmesurada que confunde más en vez de ayudar mirar el mapa… ya me lo diréis. Si Gervasio, Agustina y otros podéis corregir y ampliar esta especie de mapa histórico, mejor que mejor. Montones de abrazos para todos y que Dios nos lleve de su mano.

            Jacinto Choza