Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: La vinculación de laicos a la prelatura.- Gervasio

070. Costumbres y Praxis
Gervasio :

 

La vinculación de laicos a la prelatura

Gervasio, 18/08/2023

 

Muchas de las colaboraciones que aparecen en OpusLibros —tanto verbales como escritas, sobre todo últimamente— se centran en la vinculación o no vinculación de los laicos a la prelatura Opus Dei. A mi modo de ver lo relevante en esta relación no proviene del tipo de vinculación que se pueda adoptar: votos, no-votos, juramentos, vínculos sagrados o no sagrados, cooperación orgánica, contratos, convenios, etc. Ni siquiera considero importante que los laicos “pertenezcan” o “no pertenezcan” a la prelatura. Podrían quedarse simplemente en “amigos” de la prelatura, del mismo modo que también hay “amigos de OpusLibros”, “amigos de los castillos” o de cualquier otra cosa. Podrían quedarse en benefactores o en otra relación aún más débil o por el contrario mucho más fuerte. Al parecer, partiendo de los documentos del Concilio Vaticano II que se ocupan de las prelaturas personales, no está previsto que formen parte de ellas laicos. No pretendo ni voy a entrar a ese trapo...



 

Esa relación —comoquiera que deba ser llamada: vinculación, implicación, afiliación, adscripción etc.— especialmente en los numerarios y agregados hoy por hoy exige que esos laicos sean obsecuentes; que estén dispuestos a darlo todo y a entregarse plenamente y sin reservas al cumplimiento y ejecución de lo que los superiores del Opus Dei les manden, sugieran o indiquen. Representativa de actitud obsecuente es la de un supernumerario que proclamaba:

—Y si el Padre nos dice que tenemos que ir por la vida con un gorro verde, yo lo llevaría por todas partes y a todas horas, mañana tarde y noche, por la calle y en el trabajo y no me lo quitaría ni para dormir.

Ese es el quid al que quiero referirme.

Cuando hice el servicio militar hube de “jurar bandera”, ceremonia en la que hay que declarar que uno está dispuesto a derramar, me parece que por la patria, hasta la última gota de la propia sangre. Tuve que jurar la constitución española de 1976 con motivo de la toma de posesión de algún que otro cargo. Tuve que comprometerme, no sé muy bien si bajo juramento o bajo promesa, a cumplir no recuerdo bien qué obligaciones con motivo de haber trabajado una temporadita en las oficinas de Villa Tevere. En fin, que a lo largo de mi vida “contraje” una serie de vínculos, vinculitos y vinculones. Decía un paleto de su hija que acababa de contraer matrimonio:

—Mi hija se contrajo.

De esto es de lo que quiero hablar. En el Opus Dei todos hemos estado “contraídos”. Los numerarios lo hemos estado mucho; y más aún los numerarios sacerdotes. De lo que deseo hablar es de esa contracción, de esa relación con el Opus Dei, pero entendida más bien como algo psicológico, vital, vivencial; no desde un punto de vista jurídico, ni moral, ni filosófico.

Pues bien, entrando ya en materia, lo que deseo resaltar es que dentro del Opus Dei se dan en demasía relaciones tóxicas. El Opus Dei es proclive a generar relaciones tóxicas. Entiendo por tales las que dañan a ambas partes: en este caso a la persona y al propio Opus Dei. Tal sucede con los “empastillados”: los que tienen que ingerir muchas pastillas de esas que forman parte de la farmacopea psiquiátrica. Suelen dejar de necesitar esas pastillas al abandonar la institución. También es tóxica la dirección espiritual consistente en ganarse la confianza y sinceridad del dirigido y servirse de ello a la hora de tomar decisiones de gobierno. También se producen manifestaciones de toxicidad en la fraternidad, en el trato dado a las numerarias auxiliares y en tantas cosas. No voy a irlas enumerando y analizando una por una, porque la mayor parte de ellas ya han sido dadas a conocer en esta página web, con tintes de mayor o menor dramatismo y a veces incluso de humor. Hay hasta relatos llenos de lirismo y de gran valor literario.

He oído hablar de un annuns horribilis, a propósito de la que le está cayendo encima a la prelatura: que si otro motu proprio más, que si un altercado en Torreciudad acerca de quién debe nombrar al rector del santuario, que hay que proceder pronto a una nueva adaptación de estatutos, etc. A veces en el patio del colegio donde estudié, al grito de ¡Hay pelea! ¡Hay pelea!, rodeábamos en corro a dos que se peleaban, contentos por tener espectáculo. Algunos periodistas y muchos que no lo son, han sugerido que existe una pugna similar entre el Opus Dei y el Vaticano. Considero significativo al respecto el artículo, publicado el pasado domingo 13 de agosto 2023 en el diario madrileño ABC, por el columnista Salvador Sostres en el que afirma que el ataque de Francisco al Opus es populista, montonero. La Obra es la élite de la Iglesia y Francisco la persigue porque no alcanza su nivel intelectual ni espiritual. Por mi parte lo que veo es más bien una colaboración de ambas partes para llegar a resultados que no vayan ni en detrimento de la Obra ni de la Iglesia.

Ciertamente a los jefecillos y canonistas del Opus Dei no hubo más remedio que ponerlos en su sitio. Ha habido que decirles que la jerarquía interna del Opus Dei no forma parte de la jerarquía de la Iglesia. Una consecuencia práctica de esa realidad afecta a Torreciudad. El Opus Dei es una prelatura personal y como la palabra indica sólo le corresponde ocuparse de las personas, pero no de los lugares sagrados, cuáles son los templos y los cementerios. Los lugares sagrados no son personas, sino cosas. En consecuencia, a quien compete nombrar rector del santuario Torreciudad es al ordinario del lugar; no a un prelado personal. Los prelados personales no tienen competencia sobre los lugares sagrados.

A la jerarquía interna del Opus Dei —ideada por Escrivá— le corresponde todo lo que hace referencia al fin de esa prelatura personal, que tengo entendido que está dirigida, al menos sobre el papel, principalmente hacia los intelectuales. Quizá no lo haya expresado bien, pero la palabra intelectual o intelectuales está presente y aparece por algún sitio en eso del fin de la prelatura. Es verdad que fundador del Opus Dei sólo ha habido uno, mientras papas ha habido muchos; pero es igualmente verdad que los fundadores no forman parte de la jerarquía eclesiástica, antes al contrario, están sometidos a esa jerarquía.  Es irrelevante a esos efectos que haya habido fundadores muy santos y papas que no lo hayan sido tanto.

A lo que iba. Quede como quede configurada jurídicamente en los nuevos estatutos la relación entre los laicos y la prelatura, considero que ese asunto es de poca monta. Más importante es que el Opus Dei deje de albergar en su seno o dé pábulo a relaciones tóxicas. Ahí es donde le corresponde entrar en juego, lucirse y dar el do de pecho a la jerarquía interna del Opus Dei y en mucha menor media a la jerarquía de la Iglesia; es decir, a la compuesta por papa y obispos. La jerarquía interna del Opus Dei está compuesta por comisiones, delegaciones, consejos locales y dos secciones una de mujeres y otra de hombres.

Quizá haya que poner en tela de juicio que a esa jerarquía interna le convenga y se dedique a captar gente obsecuente, gentes a lo que a todo dicen amén. Quizá le convengan gentes menos “amenas”, dispuestas incluso a ponerse un gorro verde, si así se les indica. Sea cual sea la fórmula de vinculación o de no vinculación que se adopte, el papel de los laicos no todo puede consistir en ayudar en las actividades de la prelatura, porque esas actividades han de ser lógica y necesariamente clericales. Los laicos han de tener su propio espacio para desarrollar actividades propias de laicos y santificarse en el ejercicio de esas actividades. No pintan mucho en actividades pastorales, misioneras o de distribución del clero, me parece a mí.

En cualquier caso la figura “prelatura personal” está pensada para proveer a una mejor distribución del clero; no para proveer a una mejor distribución de los laicos entre el clero. No están pensadas para acaparar laicos puestos al servicio de actividades clericales.

Gervasio.

 




Publicado el Friday, 18 August 2023



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 070. Costumbres y Praxis


Noticia más leída sobre 070. Costumbres y Praxis:
Catecismo del Opus Dei.- Agustina L. de los Mozos


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.118 Segundos