JasonJonas :
Tu correo se me hizo desgarrador. Creo que por más que una persona logre ser empática con otra, a veces es muy difícil compenetrar TODO lo que esa persona siente con respecto a una situación, en este caso de dolor.
Me atrevo a dirigirte unas palabras. Palabras de consuelo puedo brindarte, pensando que a lo largo de muchos años podrías haber escuchado muchas también (y son muy necesarias en muchos momentos). El consuelo en muchas ocasiones alivia el peso de nuestras cargas y procura tiempos de esperanza: Algún día las cosas estarán bien…
Pero me detengo un poco en la reflexión del perdón que formulas. A título personal considero lo siguiente (puede sonar un tanto fuera de lugar, pero reitero que es sólo a título personal): Sólo tú sabes lo que de forma individual has vivido y padecido sobre tu experiencia en el Opus, y bajo esas particulares circunstancias vividas, para mí no es estrictamente necesario el que perdones… No tienes porqué cuestionarte una y otra vez el porqué de ello. Me parece que dejar de lado este único enfoque puede también aliviar tu carga…
Podríamos enumerar una serie de situaciones completamente comprensibles sobre el hecho de considerar el no perdón como algo consecuente en una persona (por ejemplo, un padre o una madre pudiera jamás perdonar al victimario de su hijo o hija, y esto es totalmente comprensible). Esto me parece que no significa fallar en la caridad y tampoco te lleva a ser una mala persona. No es mi intención sugerirte cualquier comportamiento espiritual que debas o no hacer. Todas las que pudiera haber al respecto por igual serían muy respetables. Sólo me detengo en el hecho, tratando de comprender el grado de dolor que expresas.
Creo que hay una diferencia importante entre el perdón y el rencor (u odio). Puede una persona no guardar rencor, pero no necesariamente llegar al perdón. Incluso para una víctima puede ser muy consecuente que el rencor permanezca, ya no digamos el no perdón. Por ello me parece totalmente válido que una persona no llegue a perdonar, porque aquello que haya vivido sea simplemente imperdonable. Y como en tu caso, solo cada persona puede sensibilizar el dolor y para sí lo que el Opus le ha provocado en su vida. Perdonar por supuesto también puede significar mucho para la tranquilidad de tu alma, pero me parece que no es una regla absoluta. Puede uno buscar y tener paz, sin pensar necesariamente que nos debemos al perdón. En este sentido se puede no desear el mal para aquel que nos lo hizo, pero sí desear completamente la justicia que conlleva (que como lo comentas, parece que ha tardado 40 años, y a los ojos del Opus esto ni siquiera lo ven así). Tal vez esa justicia no llegue de forma humana como la conocemos, pero la esperanza nos motiva a pensar que de alguna u otra manera ésta llegara…
Suena extraño, pero hasta cierto punto -sobre todo en personas muy allegadas a nosotros o familiares- puedes incluso amar a esa persona sin necesariamente perdonar lo que te hizo… (habrá quien diga que si la amas, entonces necesariamente la perdonas, pero me parece que cabe lo otro también).
En mi opinión y si en algo sirve en relación a tu dolor: Damian, si perdonas al Opus, bien, y si no lo perdonas, también bien. En ambos creo que Dios puede consolarte y sobre todo comprenderte, y así se lo podemos expresar.
Un abrazo.
JasonJonas
Publicado el Monday, 25 September 2023
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