La Reforma del Opus Dei más allá de lo jurídico

2 de octubre de 2023 – E.B.E.

«Este pueblo es un pueblo de dura cerviz»
(Éxodo, 32, 9)

Hay dos características constitutivas del Opus Dei que definen el corazón de lo que no se puede cuestionar del Opus Dei (y que es justamente lo que necesita ser cuestionado):

·         Su origen divino

·         Su inimputablidad (debida a su origen divino)

Se acepta como incuestionable que el Opus Dei sea una iniciativa de Dios y no de Escrivá, al punto de declarar al prelado del Opus Dei como un medio necesario para llegar a Dios, en el caso de todos aquellos sometidos al prelado por una vocación (no ya por una jurisdicción, forma jurídica, etc.). Por eso no importa la forma jurídica, ni siquiera si “los laicos pertenecen o no” jurídicamente al Opus Dei. La vocación está primero y si la forma jurídica no reconoce su pertenencia, será un error de esa forma jurídica, es decir, será un error de la Curia Romana, no del Opus Dei, que por su naturaleza responde a Dios antes que a los hombres, podríamos decir.

«“Si no pasáis por mi cabeza —decía nuestro Fundador—, si no pasáis por mi corazón, habéis equivocado el camino, no tenéis a Cristo”. Estas palabras pronunciadas por nuestro Fundador hace muchos años, son y serán válidas siempre: en primer lugar, referidas a su persona; y también aplicadas al Padre, sea quien sea a lo largo de los siglos» (“Meditaciones” IV, pág. 354, el subrayado no es del original)

En este sentido, la vocación al Opus Dei implica el sometimiento al prelado por necesidad de salvación personal, lo cual trasciende el simple plano de la obediencia disciplinal de cualquier instituto religioso, e incluso de la obediencia al papa sea quien sea. Primero está el prelado, de lo contrario, no tenéis a Cristo.

Evidentemente, esta doctrina necesita ser descabezada.

El problema de la reforma del Opus Dei va más a allá de la cuestión jurídica. Hay un tema doctrinal más profundo, anterior a la cuestión de la figura jurídica y que es la razón de que la forma jurídica haya sido tan compleja, porque en el fondo el problema ha sido siempre el mismo: cómo hacer que prevalezca la figura del Padre por encima de cualquier sometimiento que pueda imponer la Iglesia, es decir, cómo sortear los límites que la Iglesia pueda imponer a la figura del Prelado del Opus Dei.

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La otra característica del Opus Dei es su incuestionabilidad: al ser de origen divino, no puede ser cuestionable ni tampoco imputable de delito alguno.

Al contrario, por ser divino, el Opus Dei será siempre perseguido (las persecuciones vienen a ser la contratuerca de su divinidad).

El Opus Dei nació perseguido, podríamos decir. No hizo más que nacer y ya era perseguido. Como Jesús, que no hizo más que nacer y ya Herodes buscaba matarlo. De la misma forma, los enemigos de Dios han buscado matar al Opus Dei desde que nació. Y cada nueva persecución no haría más que confirmar esa fe en la divinidad del Opus Dei.

¿Cómo interpretar la intervención de Francisco, desde el punto de vista de la doctrina de Escrivá? Tal vez no haría falta más que ver cómo terminó Jesús: perseguido por el Sanedrín (papa Francisco) y crucificado. Pero como Jesús, el Opus Dei va a resucitar…

Ese es el núcleo duro de la fe que profesan los más fervientes creyentes en Escrivá y su Opus Dei. La conexión del Opus Dei con Dios es directa; la Curia Romana resulta ser un obstáculo, salvo que se someta a lo que demande el Opus Dei, cosa que se dio casi completamente durante el reinado de Juan Pablo II, limitado por la intervención del entonces cardenal Ratzinger (quien impidió que el Opus Dei tuviera su pueblo propio).

Conclusiones

Escrivá estratégicamente logró blindar su organización mediante estas dos características: ser divina y ser a priori objeto de persecuciones.

Hoy es necesario no sólo elaborar nuevos estatutos para el Opus Dei, sino sobre todo despojarlo de una divinidad indebida y que -ya sin fueros divinos- sea sometido a un serio cuestionamiento, respondiendo por los abusos espirituales de los que se le viene acusando desde hace décadas, como también de las acusaciones de explotación laboral, llevadas a cabo por un numeroso grupo de ex numerarias auxiliares.