Hola! Os voy siguiendo un poco a trompicones. Hoy aporto unas pequeñas reflexiones/ cuestiones. Mi móvil (supongo que como todos, ya que es normalito) manda noticias aleatorias, y si ve que por una te interesas, empieza a mandar de ese tema como loco. No me digáis por qué, pero me llegó una noticia del opus y la abrí. Por lo visto han puesto en marcha algo así como “youth”, en que pretenden conectar con los jóvenes, así en plan guay, cómo nos encantan vuestras inquietudes y aportaciones, ¡sois lo más! Ya no seguí buceando, pero me reafirmé en mi convicción de lo bien que vende la burra el opus. Si eres un ingenuo, y lees y te lo crees, la oferta de coles, de clubes... es supercojoniástica.

Quienes sabemos en nuestras carnes lo que hay detrás no dejamos de pasmarnos de la capacidad de cinismo. Los clubes/colegios, en vez de publicar lo chulis que pretenden ser, deberían poner, en honor a la verdad: si eres de familia de renta X, vete a formarte al Club XXX y si eres de familia de renta Y, vete al YYYY. A nuestras actividades de cocina les llamamos ahora “master chef”, para aprovechar el tirón, pero no te engañes, es la cocina de toda la vida y solo ofertable en centros femeninos, que los niños no tienen que cocinar, para ellos es más viril ir de escalada.

Sal de casa de tus papás supernumerarios, vete al club a que te ocupemos tu tiempo libre; te diremos a los 14,5 años que solo eres aspirante... PERO líbrete Dios de dudar ni un segundo de que has de ser numeraria, porque después de haberlo visto nosotros clarísimo en el consejo local (¿y con informes del cura del colegio, de la dirección del mismo tal vez?), tú no puedes dudar (es el demonio, no dialogues con la tentación) de que Dios te ha elegido desde la eternidad para ser numeraria. Hay que tener los huevos como el cubo de Rubick para que el opus hable de discernimiento. La pobre cría no tiene edad ni formación para discernir nada de nada, ni a los 14 ni a los 15 ni a los 16, ya que es acribillada tanto en casa como en el colegio y en el club por el mismo mensaje. Y los directores no disciernen nada: valoran y sopesan si la niña puede pitar el 2 de octubre o hay que esperar (ufff, ¡cómo se va a poner la de delegación!) a febrero, para que coincida (¿¿¿???) con el aniversario de la sección femenina...

Dicen que los colegios descubren tus talentos, y bueno, algo de razón tienen: descubren, a fuerza de violar tu conciencia, si tienes talento para tragar ruedas de molino. Y por ello hay alumnos de primera (hijos de supernumerarios) y alumnos de regional preferente (un familiar mío hijo de divorciados), a los que no hacen ni caso (gratias Tibi, Deus, gratias Tibi), porque, por una razón ultraespiritual, Dios desde la eternidad sabía que sus padres se iban a divorciar y por tanto (flipante, lo sé), no puede ser numerario. Sé de la doble moral de un supernumerario para quien en los negocios se podían hacer todas las trapacerías, todas las ilegalidades monetarias, pero que en las relaciones personales un beso con lengua a su novia era pecado mortal; prefiero no hablar, que me pongo de mala leche. Conozco a la chica, que se libró en buena hora de semejante espécimen.

Con respecto a numerarias, he mirado en páginas web y veo que centros de estudios que me son conocidos se han transformado en colegios mayores, no sé desde hace cuánto tiempo: Alcor y Goroabe por ejemplo. La zona sur yo no la “trabajé“ así que desconozco si en Castilla La Mancha y Andalucía el fenómeno es el mismo. Veo a una numeraria de mi edad (pitó al año siguiente e hizo el centro de estudios conmigo) que a sus 60 años está dirigiendo un club de niñas (podrían ser casi sus nietas) y que en vez de decir que lo hace porque no hay relevo generacional dice que así pone sensatez en el club... no se consuela el que no quiere.

Con respecto a los colegios del Opus, me pregunto quién es el valiente que deja la Obra o dice que sus hijos no van al club, o que no va a tener más hijos porque ya no da para más por el agotamiento, ya que entonces perderá el trabajo y tendrá que sacar a sus hijos del colegio, porque seguro que la gratuidad se esfuma. Cuando yo era de la Cosa, las directoras eran numerarias, así que si se iban, no pensaban más que en su pan, no en el de sus hijos; era más fácil.

Yo no mantengo relación con ningún numerario/a al que le pueda preguntar por los famosos estatutos. Sé de uno al que le dejan hacer su vida con una holgura que ríete tú de los solteros de oro; el señor viaja lo que quiere, llega a casa y tiene la comida servida, los calzoncillos planchados y la limpieza hecha. Dado que su edad mental se ha quedado fosilizada en los 15 años en todo aquello que sea real, dado que su madurez es inexistente para vivir en el medio del mundo, fuera de la burbuja, (comentado por un buen amigo suyo al que conozco y que no deja de sorprenderse de su infantilismo), dudo mucho de que el guirigay de los estatutos le suponga un problema vital.

Me temo que los mandamases están esperando a ver si SU divina providencia se lleva a Francisco a mejor sitio (no hace falta que muera, basta que se jubile) y poder meter cuchara. La vieja guardia, por ley de vida, tiene que ir faltando, pero no nos engañemos: quedan muchos en la cincuentena/sesentena que llevan ahí desde los 14,5 años, y, si te juegas el trabajo (o la cotización previa), muuuucho te tienes que hartar para dar portazo e irte. Claro que si te dejan vivir en un piso (cosa dificilísima, extraordinaria hace 30 años) y, en caso de que vivan, te dejan cuidar de tus padres, tensionan menos la cuerda y habrá quien se conforme. Bueno, y habrá quien sea feliz así, que de todo tiene que haber en la viña del Señor....

Íbera