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 Correos: La necesidad consciente.- Kaiser

060. Libertad, coacción, control
Kaiser :

Estimado BUIX:

No te me vayas por las ramas. Hay control sobre las actividades, las aficiones, el uso del tiempo, las lecturas y la correspondencia. Y aquí se juntan todas. Así que no me vengas con pruritos de mundano porque no cuela. Con esa sutileza argumental que podría caracterizarnos a ambos -te lo advierto- me dejas caer que los autores que reciben tus mejores atenciones se llaman Hegel y Nietzsche. ¡Cómo sabes de qué va la vaina! Y además lo dices como si estuvieran entre tus lecturas preferidas, cuando, en realidad, lo que dices claramente es que tienes el encargo de "prestarles una especial atención", como yo lo tuve de la limpieza de los zapatos. O sea, que eres uno de esos comandos legales, vamos, liberados. Haces juegos malabares con lo de pedir o dar perdón. No te esfuerces. Yo he sabido del exquisito nivel de sutileza que nos puede llevar a asimilar la interdicción mosaica del homicidio con la simple maledicencia. ¡Con qué grado de sutileza se viven las cosas del espíritu en Casa!¿Verdad?¡Qué confortado se sabe uno! Nos elevamos sobre el común grosero y distraído y somos capaces de percibir el leve soplo de la Gracia entre los tristes mortales. Sin embargo, no somos capaces de ver qué atrocidad de grueso calibre se está cometiendo con gentes como nosotros, cerca de nosotros, junto a nosotros, contando con nosotros, con nuestra complicidad, nuestro silencio, nuestra insensibilidad o nuestra ceguera.

Me hablas de entrega y sé muy bien de qué me estás hablando. Me estás haciendo un guiño. Me estás diciendo "ya sabes tú que todo eso de lo que se queja la gente aquí es una pamplina, porque todos saben -y tú también- que todos, absolutamente todos, se entregaron sin reservas. Con todo lo que eso conlleva". De acuerdo, BUIX, a entrega no me gana nadie. Tanto es así, que creo que ya dije que me fui por obediencia, casi como José Carlos. Nadie me dijo que me fuera. Me dijeron que reflexionara. Como me pudieron decir que limpiara las vidrieras de Aralar (trabajo que compartí con alguien que anda por aquí). Como te han dicho a tí que te metas en las cloacas. Y eso me asusta. Esa ceguera, chico, me pone los pelos de punta. ¿De qué habría sido capaz por causa de la entrega? ¿Alguien vio que efectivamente yo era capaz de todo? ¿Cuántos habrá como yo? ¿Cuánto peligro encierran?

Mira, BUIX, nosotros estamos perdidos aquí en disquisiciones que a nadie interesan. Mientras perdemos el tiempo en nuestro particular duelo, muy cerca de tí hay una AMAPOLA. Mutatis mutandis, BUIX, alguien a quien se metió en un tren engañada. Alguien a quien se dejó en un cuchitril sin mayor explicación. Alguien que esperaba humanamente llenar una necesidad. La necesidad consciente, BUIX. Necesitaba una formación profesional. Fíjate qué cosa más simple. Era consciente de su limitación. Y deseaba ponerle remedio. Poco importa lo prosaico de su circunstancia. Mundo rural, amiga que le abre un horizonte. No como el tuyo de elevado, claro, pero horizonte al fin y al cabo. Un ser que descubre el rumbo de su libertad... Dices haber leído a Hegel, BUIX. Repite conmigo: "La libertad es la necesidad consciente". Es de Hegel, BUIX. "Consciente", BUIX. Despierta. Hay una AMAPOLA detrás de la pared. Cuya libertad ha sido hecha trizas. Yo he pisado por donde pisó ella. Y no he besado cada baldosa del suelo. Vivía en perpetua levitación. Ignorante de que la diligente hermana que me hacía más llevadera la miserable existencia de todo mortal no estaba viviendo su entrega en virtud del ejercicio consciente de su libertad, sino en virtud de un alambicado y terrorífico entramado de reclutamiento casi calcado del Holocausto (mutatis mutandis). ¿Y qué seríamos todos nosotros sin ellas?¿Qué sería del florilegio sutil de tus argumentos? ¿En qué quedaría el lustre de lo que te rodea? Ni un minuto más, BUIX. Si para nosotros mata también el maledicente, ¿qué decir del secuestrador con malas artes, el extorsionador, el cómplice? No me digas que OMNIA IN BOMUN, que estamos hablando de seres reales, BUIX, que tienen derecho a entregar su vida lisa y llanamente a Dios. Con plena conciencia. "VERITAS LIBERABIT VOS". ¡Qué cerca está Hegel de nosotros! ¿Verdad? ¿Dónde está la verdad en tantas y tantas de esas mal llamadas vocaciones atraídas con engaños, trampas y malas artes? Si la tuya fue una vocación limpia, una llamada que percibiste de manera clara y distinta, un tesoro de valor y fuerza incalculable ¿por qué te quedas indiferente ante el espectáculo de tanto mercadeo pueril de almas inocentes? ¿No se te remueve algo por dentro?

Te muestras conciliador y asequible. Lo cual se te agradece, aunque no podemos dejar de recordar ese tipo de actitud calculada que todos conocemos. La tuya la creo sincera. Y no te concedo nada, simplemente es que valoro el hecho de que te hayas tomado la molestia de tomar nota de mis preguntas y contestarlas, aunque no todas. No era sobre tus responsabilidades sobre lo que yo te preguntaba. Sigue leyendo y no te vayas por las ramas. Te repito: ¿Has tratado información relativa a intimidades ajenas? ¿La has transmitido, o sea, traficado con ella?... ¿Se ha roto alguien entre tus manos? (¡Ojo! Yo decía "entre" tus manos, no "en" tus manos, como dices tú, cuidado con la soberbia, BUIX, nadie está "en" manos de nadie). No me basta con que me digas que ya me has hecho el guiño sobre la entrega de esas gentes y el valor que su intimidad y su trayectoria vital puede tener para ellos una vez "entregados". ¡Contéstate tú cada noche en el examen a esas preguntas! ¡Añádelas a tu cuestionario! ¡Inclúyelas en el del próximo retiro mensual de tu Delegación!

En cuanto a la cuestión de si sigues tratando a los egresados y cómo los tratas, no me respondas. Lo has hecho ya. Léete: ... "el peligro de caer en el absurdo por dedicar tiempo y esfuerzo -alma- en una lucha desigual contra Dios en cualquiera de sus manifestaciones bajo la excusa de querer serle más fiel -más auténtico- que otros". Aquí te quería yo ver. Entre la melíflua apariencia de tu escrito aflora tu verdadera faz. "absurdo", "excusa", "contradiós" (disculpa la licencia)... ¿Así los -nos- "tratas"? Pues "aviaos" estamos. Y eso que decías que no se podía generalizar a partir de experiencias personales. Ya sé que lo que aquí se dice te suena a llanto y crujir de dientes; pero, hijo, no esperes que te preste medianamente atención si en el fondo me estás despreciando a mí y a mi intransferible circunstancia.

Tu último párrafo te lo disculpo. Creo que no has querido decir eso. O es que te has llenado de balón y se te ha ido el control de la mente. Dices categóricamente que "nadie vive su vida, en todo caso, vivimos aquello que nos permiten los que nos rodean". ¡Menudo canto al libre albedrío, hijo! No pretenderás hacer escuela en Casa. Habrá que montar otra página web, sección buixmaníacos. Ya veo los trenes cargados de infelices que asumieron que su destino está en manos de otros. Veo florecer obras corporativas por doquier, sostenidas por una fuerza de trabajo silenciosa y sumisa, y veo oficiales como de las SS alzados sobre las miserias de los demás decidiendo a quién le prolongan la vida y de qué color habrá de ser la celda donde se pudra la de cualquier semejante. Acolcha con palabras de amor el ruido de sables y de polainas y tacones restallando por los sórdidos y lúgubres pasillos, y al visitante que te sigue indisimuldamente turbado, aclárale: ¿éstos? ¡Bah, carne de entrega!

No me contestes. Prefiero que me correspondas colocando esta carta en los tablones de los centros de San Rafael.

Un abrazo sincero.

Kaiser.




Publicado el Monday, 31 January 2005



 
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