Lamento sinceramente, Wompi, que la formación recibida o la experiencia vivida haya dejado en ti la idea de una religión católica consistente en una serie de normas morales que cumplir, tal y como se deduce de tu manera de expresarte.

Yo, gracias a Dios, he podido experimentar a la Iglesia como Madre (y no a la pretendida "madre-guapa-la-obra"). No porque sea ni haya sido mejor que tú, o "más bueno" en términos morales, sino porque he sentido siempre la acogida de la Iglesia cuando la he necesitado. También cuando no he actuado conforme a la moral que ella enseña, que ha sido muchísimas veces.

Juan Pablo II ha dicho lo mismo que ha dicho la Iglesia siempre. Lo que no entiendo es que, de pronto, nos pille de sorpresa lo que ha venido siendo doctrina del Magisterio durante 2.000 años. Durante esos 2.000 años ha existido la práctica homosexual. Y durante esos 2.000 años ha existido la misma postura por parte de la Iglesia. No es la Iglesia la que ha cambiado.

Sólo quiero decirte que no me considero en las nubes. Sé perfectamente que se hacen pintadas y llamadas amenazantes a homosexuales. Y también sé que se hacen pintadas contra sacerdotes y contra la Iglesia Católica. Lo que ocurre es que a mí no me parece serio culpar de las pintadas contra la Iglesia a los homosexuales radicales.

Tampoco creo que sea una postura seria la del victimismo. Por supuesto que hay homosexuales que son objeto de persecución. Y es cierto que hay heterosexuales radicales. También existen católicos radicales o violentos. Pero existen también homosexuales radicales y violentos. Y existen católicos que son objeto de persecución. En esto, como siempre, lo peor es generalizar.

Por otro lado, me parece que la Iglesia Católica tiene experiencia sobrada en cuanto a ser perseguida, y tiene millones de mártires de todas las épocas a sus espaldas, muchos de ellos muriendo por sus creencias hoy en muchos países del mundo. De sufrimiento todos tenemos experiencia, pero no es justo hacer del sufrimiento arma arrojadiza mediante el victimismo. Tampoco me parece justo dividir al mundo ente buenos y malos y después poner en el lado de los buenos a todos los homosexuales y en el de los malos a los católicos heterosexuales.

Un saludo. 

Melqui