Hace dos domingos el párroco de la Iglesia de San Francisco Javier de la capital en la que vivo, hablaba sobre el afán de los hombres de intentar monopolizar a Dios, a través de las distintas religiones y a través de los distintos grupos religiosos que hay dentro de cada religión...

Decía, refiriéndose ya a la Iglesia Católica, que todos los grupos religiosos creen que tienen el auténtico Espíritu de Dios...y así, empezó a nombrar varios grupos de los que frecuentan su parroquia...

Según iba enumerando, pensé “verás como no nombra a los del opus”... Pensaba yo que no los iba a nombrar porque no hay grupos del opus en las parroquias y por evitar enfrentamientos con un grupo tan peculiar...

Pero me equivoqué... al final mencionó también al opus dei entre los que creen que tienen el auténtico espíritu de Dios y que pueden explotarlo como si fuera un monopolio... O sea, los puso como un ejemplo más de estupidez humana...

Así que me fuí con la idea de que se va normalizando la opus dentro de la Iglesia, dado que se les nombró y se les criticó con naturalidad, como un grupo más de la Iglesia, con los mismos errores que los demás...

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Ayer volví a la misma Iglesia y el párroco, hablando sobre el matrimonio y dirigiéndose a los jóvenes para que lo fueran meditando, dijo: “En la Iglesia hay tres vocaciones: El matrimonio, el sacerdocio y la vida religiosa...”

Sólo mencionó esas tres y lo dijo de forma categórica: El matrimonio, el sacerdocio y la vida religiosa.

Nada de vocación al opus dei, nada de numerarios, nada de agregados, ni nada que se parezca a esos modos de vida...

Entonces pensé: Veamos, si el párroco sabe que existe el opus dei -al que mencionó el domingo pasado como un grupo más de la Iglesia- y, no obstante, afirma categóricamente éste domingo que en la Iglesia sólo hay tres vocaciones –matrimonio, sacerdocio y vida religiosa- deduzco que, o bien considera que el opus dei sólo está formado por sacerdotes y supernumerarios, lo que dejaría fuera de la institución a los numerarios (ellas y ellos) y a los agregados (ellas y ellos), o bien considera que los numerarios y agregados tienen vocación a la vida religiosa.

¿Irá alguien a decirle al párroco que, según dicen que le dijo Dios a los del opus, existe una vocación específica al opus dei, y que, además, Dios mismo informa de su Voluntad a través de los directores del opus dei, especificando quién debe casarse, quién no debe casarse y quién tiene que ordenarse sacerdote?

Saludos cordiales.

José Antonio.